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¿Puede la tecnología reemplazar a los maestros?

Un texto lleno de confianza y respeto para los profesores de todo el mundo, que les hará sentirse orgullosos del trabajo que hacen en el aula de clases, ya que es irremplazable. 

Febrero 8, 2017

Artículo tomado de: https://www.theguardian.com/commentisfree/2016/dec/07/can-technology-replace-teachers-google

Traducción: Palabra Maestra 

Por: Harpreet Purewal

La ansiedad de perder su trabajo a causa de la tecnología es un miedo racional y creciente. Andy Haldane, jefe de economía del Banco de Inglaterra, recientemente estimó que en el Reino Unido 15 millones de empleos se vieron amenazados por la automatización. La tecnología está alcanzando tal grado de sofisticación, que es capaz no solo de realizar tareas manuales, sino también tareas cognitivas, poniendo así, un amplio rango de trabajos en riesgo; dentro de las áreas más vulnerables se encuentran la conducción y el trabajo administrativo. No obstante, según un informe de la Universidad de Oxford, el cual examinó más de 700 áreas de trabajo, se evidenció que la enseñanza en todos los niveles a través del espectro educativo, es una apuesta segura.

Sin embargo, la seguridad aparente de la enseñanza como una profesión, no encaja con el boom de los cursos en línea; desde la comodidad de mi sofá puedo observar conferencias de universidades prestigiosas alrededor del mundo, unirme a los cientos de millones de personas que se han inscrito en un curso de la Khan Academy, inscribirme en un Mooc (curso online masivo y abierto), mejorar mis conocimientos y cambiar mi carrera con un curso de Lynda, entre otros proveedores de educación.

Muchos de esos cursos son gratuitos, pero aquellos que cuentan con una acreditación, tienden a cobrar, pero lo atractivo de las instituciones educativas es simple: usted puede pagar una vez a un profesor que dictará una conferencia a una cantidad ilimitada de estudiantes, sin tener que pagar por todos los gastos generales necesarios para dirigir un edificio; ofreciéndoles a los estudiantes flexibilidad y la ventaja de que puedan aprender a cualquier hora y en el lugar que más les convenga. A pesar de eso, las tasas de abandono de estos cursos, son extremadamente altas y por ende no representan una amenaza real para la educación tal como la conocemos. Al parecer, los estudiantes aún prefieren un salón de clases real.

Por eso nos preguntamos: ¿por qué no reemplazar a los profesores en el salón de clases con tecnología? Para entender el por qué las carreras de los profesores están a salvo, necesitamos hacer dos preguntas: ¿qué hacen los profesores todo el día? y ¿en dónde se queda corta la tecnología?

Una rápida encuesta realizada a quienes prefieren a los profesores en el aula, contestó a la primera pregunta: los profesores proveen cuidado pastoral, dirigen el juego de navidad, reconocen y ayudan a los alumnos vulnerables, cubren el tiempo de descanso, son los mentores de los profesores nuevos, recopilan datos sobre la asistencia y sobre el comportamiento de los alumnos, dejan tareas, montan luces y diseñan vestidos para los espectáculos escolares, solicitan recursos como libros de texto y equipos de aula, escriben boletines informativos, asisten a viajes escolares, evalúan el logro de sus alumnos, conocen a los padres, localizan a los terroristas potenciales de acuerdo con las normas preventivas del gobierno, dirigen asambleas, hacen interminables fotocopias y evalúan a otros miembros del personal. Esta lista está incompleta y parece mucho para que una pieza de tecnología los reemplace. Pero si usted está buscando un trabajo fácil y a largo plazo, éste no lo es: casi un tercio de los profesores renuncian en un plazo de cinco años.

Es probable que algunas de las tareas administrativas que los profesores realizan, en el futuro se lleven a cabo por medio de la tecnología, al igual que en otros sectores, pero, ¿qué pasa con la enseñanza actual? El acto de enseñar no es solo impartir lo que está en su cabeza a una audiencia cautiva; la enseñanza es una actuación y es leer los intereses de los estudiantes en la clase, y trabajar con ellos. Es en este punto en donde la tecnología realmente se queda corta y la empatía es un factor clave que la tecnología y la automatización difícilmente podrán superar.

¿Acaso los niños están en la parte de atrás del salón aburridos porque usted está hablando de algo que ellos encuentran muy difícil o porque ya lo saben? o ¿porque no está presentando la información de una manera significativa? Los seres humanos son capaces de recoger una multitud de pistas contextuales para determinar y responder a los estados emocionales de los demás. A diferencia de la tecnología, la cual no puede detectar estados emocionales y mucho menos adaptar su comportamiento para atenderlos.

Otro aspecto complicado de alcanzar para la tecnología, es la rapidez del pensamiento para definir qué es clave enseñar. Estas son algunas de las cosas que pueden ir mal en un día escolar: que un orador invitado cancele, que la pizarra electrónica se congele, que los buses se retrasen, (o, en una situación extrema,) que la fotocopiadora se dañe. Los seres humanos a diferencia de las máquinas, son capaces de reflexionar y reformular sus planes para adaptarlos a las nuevas circunstancias. Pensar en el terreno es una habilidad clave para los profesores, y muchos citan la variedad de trabajo, como una razón para entrar en esta profesión.

Además, los maestros saben lo que la tecnología no puede hacer por los estudiantes y profesores, pero hay ciertas variables sobre el papel de la tecnología en la educación, por ejemplo: los profesores en el Reino Unido a menudo se quejan de la carga de trabajo administrativo que interfiere con el del día a día, por lo que la tecnología podría ayudar con la recopilación de datos de manera significativa, liberando el tiempo de los profesores y permitiéndoles concentrarse en aspectos más importantes de su trabajo.

Por otro lado, internacionalmente la tecnología tiene el potencial de llegar a aquellos que no tienen acceso a un salón de clases; en 2015 el British Council usó Skype para impartir formación docente en Libia y en el año 1999, Sugata Mitra ya había creado “Hole in the Wall”, un programa en el que a través de los computadores se estudiaba en barrios pobres de Delhi.

Los mejores profesores implementarán la tecnología en los salones de clase como parte de un conjunto de herramientas para expandir su metodología, pero también, ellos podrán ver los beneficios, ya que les permitirá realizar algunas de sus funciones por medio de ella.

Los salones de clase seguirán cambiando de forma, pero podemos asegurar que habrá un profesor frente a los estudiantes durante mucho tiempo. 

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