Compartir Jugando, clave para afianzar la relación con los estudiantes

Como docente, entiendo que los escenarios han cambiado, que los jóvenes ven el mundo y entienden las relaciones de una forma particular. Tengo claro que para entenderlos, igual que ellos, también debo cambiar.

Entonces, decidí asumir el reto y es ahí en donde la Metodología Convivencial Compartir Jugando aparece para brindarme herramientas para acercarme a mis estudiantes e innovar cuando se generan baches de comunicación estudiante-docente (propios de contextos complicados como en el que trabajo).

La metodología contribuye, entonces, a dejar atrás el modelo tradicional en el cual el estudiante solo es el receptor y le permite convertirse en el principal gestor de cambios para sí mismo y su entorno.

Gracias al proceso que llevo, he logrado ver cambios significativos en mis estudiantes como en el caso de Dayana, una jovencita con la que inicié el proceso hace dos años. Ella presentaba considerables problemas convivenciales: sanciones, peleas y trato irrespetuoso a compañeros y docentes en el primer año.

Poco a poco, y por medio de la metodología, se fue sincerando, fue expresando lo que sentía y sacando todo eso que le hacía daño. Se dio cuenta que no era la única y comenzó a entender mejor a los demás. Su relación mejoró. Ahora es una jovencita más respetuosa pero, lo más importante, es más feliz.

Por muchos casos como este, y por impulsar mi crecimiento personal, agradezco a Compartir Jugando por esta oportunidad de mejorar en mi labor y porque, por medio de su metodología, he podido acercarme más a mis estudiantes.