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¿Por qué irse a estudiar en el exterior?

Hace algunos años, me enfrenté a la disyuntiva de donde estudiar una maestría. Decidí que salir del país era mi mejor opción.

Junio 21, 2016

Hace algunos años, me enfrenté a una de las decisiones más importantes de mi vida. Luego de tener una experiencia profesional satisfactoria y enriquecedora, sentí que quizás era momento de volver a la universidad y estudiar una maestría. Y aunque había muchas opciones para estudiar en Colombia, mi cabeza se inclinaba más por hacer un esfuerzo e intentar ir al exterior.

Por supuesto, hubo en el camino personas que desalentaron en tomar esta dirección. Ir a estudiar al exterior, así sea en países cercanos como Chile o México, es una decisión totalmente disruptiva en la vida de cualquiera. Implica cambiar no solo de país, sino además de cultura, casa, huso horario, clima, alimentación, amigos y hasta de idioma. Tantos cambios de un solo golpe implican también un proceso de adaptación duro y complejo. De entrada, este no parece ser un panorama alentador.

Pero había algo intrigante en esa disrupción, que en mi experiencia personal iba más allá de la decisión académica de elegir un programa por fuera. Muchas de las maestrías que se ofrecen en el país cuentan con un nivel de calidad muy bueno y son accesibles. Encontré muchos programas interesantes, pero quizás el plus más grande que ofrece estudiar por fuera del país es la posibilidad de interactuar con personas de distintas nacionalidades, una experiencia que difícilmente viví en Colombia.

Al nacer y vivir en Colombia, no nos damos cuenta de lo embebidos que estamos en nuestra cultura y cómo damos por sentado muchos aspectos y costumbres que varían en distintas partes del mundo. Desde que me fui del país, ha sido para mí muy enriquecedor el poder conocer cómo funcionan culturas de todo el mundo. Jamás hubiera podido ver de cerca toda esta multiculturalidad al estar encerrada en mi pequeña burbuja colombiana.

Al nacer y vivir en Colombia, no nos damos cuenta de lo embebidos que estamos en nuestra cultura y cómo damos por sentado muchos aspectos y costumbres que varían en distintas partes del mundo. Desde que me fui del país, ha sido para mí muy enriquecedor el poder conocer cómo funcionan culturas de todo el mundo. Jamás hubiera podido ver de cerca toda esta multiculturalidad al estar encerrada en mi pequeña burbuja colombiana. Y aunque es posible leer y estudiar estos fenómenos, nada iguala la experiencia de sentirlos por uno mismo. No es igual que te lo cuenten a vivirlo, sin lugar a dudas.

Aunque académicamente mis estudios en Francia han sido interesantes, es quizás este aspecto de la interacción constante con personas de todo el mundo lo que más valoro de mi vivencia. En mi maestría de International Management, no solo aprendí aspectos relacionados con la gestión de proyectos, sino también a ser mucho más tolerante, abierta y respetuosa con la gente. Esta maestría, que está en la Université 1 Toulouse Capitole de la ciudad de Toulouse, tiene la característica especial de recibir estudiantes de todo el mundo. Además, realizamos muchos trabajos en grupo con colegas de todo el mundo y pude ver de primera mano el estilo de interacción laboral de distintas personas provenientes de culturas diversas.

También, el estar en un sistema educativo tan distinto al colombiano ha sido enriquecedor para mí. Las calificaciones, proyectos y clases funcionan en Francia de una manera distinta a lo que viví en Colombia. Y no quiero elegir o decir que uno es mejor que el otro, son solo diferentes.

Finalmente, es en esta experiencia multicultural donde he aprendido a ser mucho más abierta, tolerante y respetuosa con la diferencia. Nacemos y crecemos en un entorno y hay muchos aspectos que están totalmente insertados en nuestro modo de ser, que no nos damos cuenta de ello. Y es difícil, si siempre interactúas solamente con gente que piensa igual que tú. Pero al salir no solo percibimos la diferencia, sino que nos damos cuenta de lo grande, maravilloso y hermoso que es nuestro planeta completo. Hay tanto por conocer y tanto por aprender, que, por eso, salir así sea una corta temporada es una experiencia que vale totalmente la pena.

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Comunicadora social y periodista
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Hoguer Alfredo Cruz Bueno
Gran Maestro Premio Compartir 2009
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.