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Rigor o libertad, esa es la cuestión

Para todos es sabido que, los sistemas educativos de Finlandia y Corea del Sur son ejemplos a nivel internacional por su excelencia y los buenos resultados que han alcanzado.

Enero 30, 2016

Lo que quizás no sabe es que apenas 50 años atrás la realidad educativa de estos dos titanes de la educación era totalmente diferente puesto que problemas en sus economías y una guerra civil tenían a la educación a un nivel paupérrimo.

Entonces, conociendo esto, las preguntas que surgen son: ¿Cuál fue el cambio que se dio en tan solo cinco décadas? Y además,  ¿pueden Colombia y otros países de la región, aprender de estas experiencias para alcanzar el éxito educativo?

Empecemos por el país asiático. Hoy por hoy, Corea del Sur está a la vanguardia en las pruebas internacionales que miden logros educativos al punto de presentar índice cero de analfabetismo puesto que el 100% de su población sabe leer y escribir.

Sin embargo, y honor a la verdad, alcanzar este éxito ha tenido un alto costo y es que los estudiantes soportan arduas jornadas académicas  y están constantemente bajo una enorme presión lo que ha llevado a que se presenten problemáticas sociales que incluso relacionan este forma encarar a la educación con un incremento de la tasa de suicidios en chicos entre 12 y 17 años.

Esto no es un invento surgido de la noche a la mañana,  es fruto de siglos de historia y tradición donde la cultura  respeta la idea de logros socioeconómicos promovidos por exámenes y en el cual no se considera el talento pues para ellos todo se basa en el trabajo duro y la disciplina por encima de todo.

Sin embargo, aunque las diferencias sean tan marcadas entre los dos modelos educativos es importante destacar que tanto finlandeses como coreanos, comparten una característica esencial: valoran y respetan profundamente a los maestros y sus logros académicos.

Las presiones no son solamente dadas por este arraigo sociocultural y  empiezan en la medida de que no existe margen de error por lo que exigen a los niños estudiar durante todo el año, en la escuela y con tutores extra.

Su filosofía, o mejor su método tiene un slogan “Si estudias lo suficientemente duro, puede ser lo suficientemente inteligente”. A su vez, debido a la cultura, tanto padres como los mismos estudiantes, presionan a los alumnos con expectativas de su desempeño escolar, al punto de expresarlo desde la primera infancia con excesiva carga horaria dónde el principal objetivo del maestro es dirigir a la clase para que funciones como una comunidad.

Al respecto, Andreas Schleicher, director de educación y habilidades en PISA señaló que “Los coreanos básicamente creen que deben esforzarse durante este período muy difícil para tener un gran futuro. Para ellos es una cuestión de infelicidad a corto plazo y la felicidad a largo plazo.

La contra cara de este modelo lo podemos ver en el modelo educativo  finlandés, el cual pregona flexibilidad, la elección extracurricular y la motivación intrínseca.

En el país vikingo la escuela es el centro de la comunidad, puesto que transgrede a la educación para ofrecer servicios sociales. Para ser más claros, los finlandeses ven a la como la creación de identidad.

Su cultura  no promueve la competencia ni presiona a sus alumnos; opuesto a Corea del Sur, valora la motivación intrínseca y la búsqueda del interés personal.

Finlandia dispone un día escolar corto comparado con otros países (600 horas de aula al año). La diferencia abismal es que este ciclo escolar es rico en actividades extracurriculares incentivadas por los colegios. Su manera de ver a la educación y la manera de interpretar al aprendizaje trasciende puesto que para ellos lo mejor y más significativo ocurre fuera del aula de clases.

Es por esta razón que un tercio de las clases que los estudiantes toman en la escuela secundaria son optativas, e incluso pueden elegir qué exámenes de matrícula quiere tomar; lo que traduce en una cultura distensionada, que valora el aprendizaje dado por las experiencias, todo esto sin olvidar un rigor académico que da seguimiento puntual a cada alumno.

Sin embargo, aunque las diferencias sean tan marcadas entre los dos modelos educativos es importante destacar que tanto finlandeses como coreanos, comparten una característica esencial: valoran y respetan profundamente a los maestros y sus logros académicos. 

Los modelos dependen, en gran medida, de los matices culturales de donde provenga. En algunas culturas se da prioridad a la libre elección por parte de los estudiantes en otras son los padres que de manera estricta y rigurosa elijen lo que consideran mejor para sus hijos.

Lo cierto es que estos dos contrastes nos permiten tener claro que a lo que educación se refiere lo ideal sería confiar en que todas las escuelas sean capaces de preparar a los niños para la vida adulta, ofreciendo un trabajo en conjunto donde todos los actores involucrados en el proceso educativo se relaciones e interactúen con el objetivo claro de apoyar y guiar, de todas las maneras posibles, a los estudiantes para que reciban una educación pertinente y de calidad.

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Luis Fernando Burgos
Gran Maestro Premio Compartir 2001
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