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Competencias socio-emocionales: una clave de paz

Construir paz requiere que los colombianos recibamos una educación, formal e informal, que nos permita afrontar los retos individuales y colectivos con perseverancia, respeto, optimismo y confianza.

Septiembre 15, 2016

No sólo se trata de las destrezas asociadas a los múltiples ámbitos del conocimiento y la capacidad de innovación; se trata, muy especialmente, del desarrollo de las llamadas competencias socio-emocionales.

El plebiscito por la paz: apenas una primera etapa hacia la paz…

Después de arduos años de negociaciones, Colombia entra en una nueva fase histórica después de poner fin a un conflicto de más de cinco décadas. Caracterizado por la muerte de decenas de miles  de civiles y miembros de la fuerza pública, desapariciones forzadas, desplazamiento de millones, secuestros, ha sido uno de los últimos y absurdos vestigios de una guerra fría que culminó hace más de un cuarto de siglo con la caída del muro de Berlín.

Sin embargo, una vez el plebiscito dé por ganador el Sí el próximo 2 de octubre de 2016, empieza el verdadero reto de construir las bases para una sociedad en paz en la que sus miembros sean participativos, democráticos, solidarios, respetuosos, innovadores y productivos. Será un proceso que tomará, al menos, una generación. Se requiere, por tanto, de una visión compartida de largo plazo, que debe comprometer varias de las próximas administraciones públicas y, por supuesto, a la sociedad civil y sus organizaciones, las instituciones educativas y, no menos importante, el ámbito de las familias como educadoras primarias.

Educación de buena calidad: más allá del cliché

Es un lugar común referirse a la educación de buena calidad como uno de los factores críticos de éxito en un proceso de paz. Una de las señales mayores de inequidad social y económica consiste en la desigualdad de oportunidades de acceso. No obstante, la referencia puede convertirse en un cliché inofensivo típico de campañas políticas  sin mayor contenido. O, también, puede caerse en el riesgo de considerar que el logro de buena educación es equivalente a la obtención de buenos resultados en determinado tipo de pruebas académicas.

Las competencias del siglo XXI

¿Cómo convivir pacíficamente en sociedad, cómo trabajar en equipo siendo productivo e innovador, en contextos de alta competitividad global y local? Las llamadas competencias del siglo XXI establecen cuatro categorías de destrezas, asociadas a las maneras de pensar (pensamiento crítico y creativo; capacidad de resolución de problemas; aprender a aprender); maneras de  trabajar (competencias comunicativas para el trabajo en equipo); a las herramientas de trabajo (apropiación del uso de las tecnologías de la información) y a la manera de vivir en el mundo (ejercicio de los deberes y derechos ciudadanos; responsabilidad social).

Las competencias socio-emocionales: la clave final

No es posible el desarrollo de tales competencias sin las competencias socio-emocionales, a las que se les etiqueta también como “blandas”, “no-cognitivas”, asociadas al carácter y la personalidad, entre otros rótulos. Se trata de destrezas que se adquieren por vía informal y formal y en las que los entornos familiares y escolares de niños y jóvenes juegan un papel de primera línea.

De manera simplificada, algunos se refieren a las competencias socio-emocionales como aquellas habilidades que permiten identificar, entender y gestionar las emociones. Para la OECD *, tales competencias se traducen en tres grandes campos:

  • Logros (perseverancia, autocontrol, pasión por las metas)
  • Trabajo con los demás (procupación por el otro, asertividad, respeto)
  • Gestión de las emociones (calma, optimismo, confianza).

Colombia es un país caracterizado por amplias dosis de violencia intrafamiliar, intolerancia social,  excesiva desconfianza.  La necesidad de desarrollar en los niños y jóvenes las competencias socio-emocionales es un requisito indispensable para la convivencia pacífica, uno de los mayores retos después del Plebiscito por la Paz del 2 de octubre de 2016.


*OECD, Learning Social and Emotional Skills for Social Progress, Dirk Van Damme.

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Laura María Pineda
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