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El desafío de enseñar y aprender una lengua extranjera

Buscamos apoyar la calidad de la enseñanza del inglés en Colombia.

Septiembre 21, 2009
Así como es importante desarrollar habilidades para expresarnos en la propia lengua, el mundo de hoy plantea a los estudiantes colombianos el reto de comunicarse en un idioma extranjero. La internet y otras redes que transmiten información de carácter efímero, cuya inmediatez requiere la consulta en las lenguas originales; las oportunidades de trabajo al servicio de empresas multinacionales, y el entendimiento y la tolerancia hacia culturas diversas para construir un espacio común de colaboración y prosperidad, son desafíos ineludibles.
 
La iniciativa de Palabra Maestra de dedicar una edición al asunto de cómo mejorar la calidad de la enseñanza del inglés en un país que en su cotidianidad no lo usa, exceptuando áreas específicas o invitados extranjeros, responde a la necesidad del sector educativo de cualificar sus reflexiones y prácticas a la luz de las políticas, desarrollos conceptuales, y ejemplos que permitan orientar decisiones de las instituciones educativas con respecto a la enseñanza de un idioma extranjero, específicamente del inglés.
Hace unas décadas el modelo dominante para este aprendizaje se basaba en el planteamiento según el cual lo importante era adquirir un dominio de su código lingüístico. Luego, gracias a las investigaciones adelantadas en este campo, se introdujo la perspectiva comunicativa que refiere el uso social de la lengua y los factores lingüísticos y extralingüísticos que concurren en ella. Con este modelo, el estudiante adquiere un papel protagónico en su propio aprendizaje y se amplía el concepto de autonomía del alumno sobre su desarrollo como persona que aprende una lengua; a su vez aparecen variables como la dimensión afectiva y los estilos de aprendizaje, la motivación y los procesos culturales. Así mismo se diversifica la función del profesor, no solo como alguien formado en metodologías y en idiomas, sino como mediador que crea las condiciones adecuadas para generar la apertura hacia el aprendizaje de la lengua y la valoración de otras culturas y visiones del mundo.

En suma, se trata de un enfoque que reta al sistema educativo en su conjunto a ampliar la mirada sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera, y entender que si se desea que los estudiantes sean competentes en el manejo del inglés, ello supone trazar estrategias encaminadas al desarrollo de sus competencias comunicativas, lo que se traduce en trabajar a favor de habilidades de comprensión, de escucha y de lectura, así como de producción escrita y oral. Para lograrlo, ciertamente es necesario concebir un currículo y una pedagogía en función de los escenarios educativos concretos en los que se lleva a cabo la práctica, lo que demanda a su vez adoptar decisiones compartidas.

Lograr que todos los estudiantes colombianos de undécimo grado alcancen el nivel B1 de competencia comunicativa en inglés es la meta que se puso el país al 2019, por lo demás idéntica a la que se planteó el Ministerio de Educación de Chile para su Programa Inglés Abre Puertas, lo cual permitirá compartir acciones de mejoramiento y comparar, a través de las evaluaciones estandarizadas, los avances del programa en los dos países. Alcanzar este objetivo requiere, como lo han señalado los expertos, de maestros con mínimo nivel B2, de por lo menos cuatro horas semanales de enseñanza de la lengua extranjera en los colegios, de un currículo articulado desde la básica primaria y de crear contextos significativos.

Las herramientas están dadas para alcanzar la meta señalada en el documento Visión Colombia II centenario: 2019. El país cuenta con : estándares que orientan los mínimos que se deben alcanzar por conjuntos de grado; evaluaciones externas que miden el nivel real de los alumnos colombianos y que especifican cómo y qué se debe mejorar; evaluaciones de los docentes de inglés que identifican su nivel de competencia en lengua, y esfuerzos en formación de maestros en servicio de las secretarías de Educación articulados en planes específicos a corto y mediano plazo para el bilingüismo (por ejemplo los programas “Dialogando con el mundo”, de Duitama, “Medellín City” o “Bogotá Bilingüe en Diez Años”, entre muchos otros); recursos virtuales que ofrecen alternativas, materiales, actividades, ideas para enriquecer el trabajo de aula (como se podrá apreciar en uno de los artículos publicados en este ejemplar); ofertas de formación del Gobierno a bajo costo, y en algunos casos gratis, que posibilitan la cualificación de todos (maestros, directivos y alumnos); modelos efectivos adelantados en otros países y asesoría de entidades especializadas en ello.

Todos los implicados en este gran reto que se propone el país, facultades de Educación, Gobierno, instituciones educativas, profesores de lengua extranjera, academias y organismos dedicados a la enseñanza de idiomas tenemos la responsabilidad de aprovechar todas las herramientas disponibles para lograr los requerimientos de la globalización.

El Premio Compartir al Maestro, consciente de este gran reto que tiene Colombia y con el fin de incentivar las buenas prácticas en las aulas colombianas, en alianza con el British Council ofrece desde el año 2008 una pasantía de un mes en el Reino Unido al docente que haga la mejor propuesta de enseñanza de inglés. Invitamos a todos los maestros que adelantan buenas prácticas en el área, a postularse al Premio en 2010; las inscripciones se cierran el 15 de marzo. Consideramos que este reconocimiento, así como la presente edición de Palabra Maestra contribuyen al mejoramiento y a visibilizar la importancia del área para aumentar la calidad de la educación del país.

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Irma María Arévalo González
Gran Maestro Premio Compartir 2002
Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.