La falta de educación sexual y la tendencia de infantilizar el cuerpo y sexualidad de las personas con discapacidad crea imaginarios que desvirtúan el goce de sus derechos.
La escuela es el lugar propicio para un cambio cultural en torno a una educación sexual. Sin embargo, se continúa enseñando desde un conjunto de valores más que desde el Derecho.
Debido a las reivindicaciones logradas por diversos movimientos sociales, el concepto de ciudadanía se amplió hacia el ejercicio de los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos.
Concibo al maestro como la encarnación del modelo de ser humano de una sociedad mejor. Él encarna todos los valores que quisiera ver reflejados en una mejor sociedad.
Es necesario romper con ese ciclo de generar políticas de gobierno y no de Estado, pues solo las segundas pueden llegar a resolver los problemas de fondo en el sector educativo de Colombia.
Urge conocer y tomar acción en la problemática que se halla en las diferentes instituciones educativas debido a la ausencia de educación sexual en las aulas.
Una síntesis de los primeros referentes conceptuales que permiten su articulación con los elementos metodológicos, técnicos e instrumentales que lo constituyen.