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Ejemplos para la vida

A los pocos días de fallecer su padre Jorge Cárdenas Gutiérrez encuentra el apoyo por parte de sus maestros. La enseñanaza con vocación y la pasión por el trabajo, asignaturas que gracias a sus maestros trascenedieron las aulas de clases, fomentando el caracter necesario para convertirse en uno de los dirigentes cafeteros más importantes del país.

 

Mayo 7, 2015

Esta nota me permite recordar con afecto a quienes fueron mis maestros en la época de primaria y secundaria.  Me formé en las aulas de un colegio regentado por los Hermanos de las Escuelas Cristianas, los discípulos de san Juan Bautista de La Salle, el Colegio de San José, en Medellín.  Allí llegué en enero de 1941, dos días después de la muerte inesperada de mi padre, y permanecí hasta concluir los estudios de bachillerato, en noviembre de 1949, una larga jornada en la vida de un joven.

La experiencia fue imborrable: un grupo de profesores consagrados por completo a la educación, con excelente preparación y, con una vocación de servicio que todos sus discípulos admirábamos.

Eran profesores de tiempo completo, que no sólo cumplían con la enseñanza de las materias propias del pénsum, sino que inducían a sus alumnos a tener inquietudes en muchos otros campos, como los científicos, culturales y deportivos.

Solían estimular a sus alumnos a aprender al máximo, a consagrarse con prioridad en el estudio de las materias propias de cada período académico, y establecían una sana competencia entre ellos.

Eran profesores no sólo cercanos al alumno, sino a sus propios padres, a los cuales reunían periódicamente para mantenerlos al tanto del comportamiento de cada estudiante.

Que época tan maravillosa.  Cuatro o cinco maestros por grado o año calendario, que en muchos casos iban ascendiendo con sus propios alumnos año tras año, con lo que el afecto y el conocimiento se hacían aún más sólidos.

Pasados tantos años, sigo recordando esas épocas de alumno con infinito cariño por mis maestros.  Unos pocos viven todavía, y cuando me convocan a un acto en que se les hace un homenaje o reconocimiento ahí estoy, como una muestra de mi agradecimiento con quienes me orientaron en el desempeño de mi tarea profesional.

Por eso, todo lo que signifique un reconocimiento al maestro, como el premio promovido por Compartir con tanto éxito, goza de mi pleno apoyo y simpatía.

Mucho ha cambiado el modelo de educación del país, pero el maestro continúa siendo lo más valioso para sus alumnos y el mejor ejemplo para su futuro comportamiento como profesionales  y como individuos.  Lo que forma la escuela es algo que nos seguirá acompañando a lo largo de la vida.

Jorge Cárdenas Gutiérrez

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Martial Heriberto Rosado Acosta
Gran Maestro Premio Compartir 2004
Sembré una semilla en la tierra de cada estudiante para que florecieran los frutos del trabajo campesino en el campo que los vio nacer