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Urdimbre: formando formadores

Lea la experiencia de Fredy Velandia, licenciado en Ciencias Sociales quien ha dedicado su vida a formar docentes y comunidades educativas para que se transformen en espacios de paz.

Abril 1, 2016

Hoy le cedo este espacio al autor de una experiencia educativa donde formar formadores es la gran tarea. Fredy Velandia León, un licenciado en Ciencias Sociales quien ha dedicado los últimos 12 años de su vida a formar docentes y comunidades educativas para que se transformen en espacios de paz.

En agosto de 2003 tuve el punto más alto de mi frustración como docente de aula o, lo que es lo mismo, el punto más bajo en mi ánimo por ser educador, lo que repercutía en todos los aspectos de mi vida. Sin embargo, la educación realmente me apasiona, así que algo debía hacer. Justo por esa época, el IDEP abrió una convocatoria para proyectos de maestros en formación ciudadana y, contra viento y marea, me lancé a elaborar esa idea con el apoyo inicial de Ángela. Una vez aprobada la financiación del proyecto, se sumó Álvaro y empezamos una odisea que duró todo el 2004 y que llamamos ‘En Bogotá el Ciudadano soy yo’.

Ahora que lo pienso, hoy lo tendría que llamar El ciudadano y La ciudadana, porque en este tiempo hemos incorporado no solo el lenguaje sino todo el enfoque de género y diferencial. Pero no es lo único que ha cambiado, pues el entusiasmo de aquel entonces hoy se combina con la experiencia y el conocimiento de un sector mucho más complejo de lo que parece desde el ángulo del docente.

Además, y mucho más importante, en este transcurrir lo que fue una pequeña iniciativa ha venido sumando otras personas, maestros y maestras que, en distintos rincones, realizan acciones de gran impacto en sus respectivas comunidades.

¿Cuáles son los factores comunes en estas personas que conforman Urdimbre? Podría decirse que frustración, cansancio, agotamiento; pero preferimos sentir que tenemos ante todo unas ganas enormes de impactar positivamente este sistema. Como dicen: ¡antes de que el sistema nos devore! Sí, pues así como la nada va devorando fantasía, la mediocridad va acabando el entusiasmo de ser docente. Lo hemos visto en muchos colegas y no queremos que siga pasando.

Durante estos más de diez años, el equipo inicial ha ganado experiencia en instituciones educativas formales, en entidades del Estado (Ministerios y Secretarías de Educación), ONG y numerosos y muy variados proyectos pedagógicos.

Además, hemos podido encontrar el mismo entusiasmo en educadores de Perú, México, Argentina, República Dominicana y Brasil, por no mencionar la amplia geografía colombiana. No deja de ser algo emocionante encontrar en tantos y tan diversos lugares la misma chispa, el mismo entusiasmo por educar, con la certeza de que es el momento de hacer algo para que la fantasía perdure. Cuando Bastián decide entrar en el libro, no hay forma de frenarlo. Así, esta urdimbre sigue creciendo y se expande porque somos muchos quienes sabemos que la educación debe ser mejor.

En palabras de Sir Ken Robinson, ningún sistema educativo o escuela es mejor que sus maestros.

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Sandra Cecilia Suárez García
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