La educación del siglo XXI, con la vista puesta en la creatividad

“Los sistemas educativos no deben ser una camisa de fuerza. Es decir: no puede ser rígidos y, mucho menos, se puede pensar que los estudiantes aprenden como si estuvieran en una fábrica”. Así aseveró Fernando Valenzuela, presidente para América Latina de Cengage Learning, durante su charla ofrecida en Consumer Electronic Show, evento realizado en la ciudad de Las Vegas, Estados Unidos.

De igual forma, el experto mexicano añadió que es elemental y “estrictamente necesario” evolucionar y convertir los roles al interior de las aulas clase en todos los países de la región para alcanzar una mayor competitividad en los estudiantes. (Lea: ¿Qué son las competencias del Siglo XXI?)

“Los alumnos deben tener un papel más activo en la construcción del conocimiento, mientras que los profesores tienen el desafío de convertirse en curadores de la información y diseñadores de una experiencia de aprendizaje”, agregó Valenzuela.

Menos rigidez, más creatividad

Para el líder de Cengage Learning, entidad encargada de diseñas estrategias educativas asentadas en el espíritu de los exploradores de National Geographic y la capacidad de oratoria de los panelista de TED, añadió que uno de los factores que limitan la creatividad de los más jóvenes es la rigidez que caracteriza al sistema formativo en gran parte del mundo. (Lea: Calidad docente: 21 aspectos a revisar para el maestro del siglo XXI)

“Creemos que todo ocurre de manera lineal, ordenada y natural. Y en realidad, son múltiples las formas en la que los estudiantes pueden llegar al conocimiento sin tener que adaptarse a una metodología uniforme”, expresó Fernando Valenzuela.

En palabras del experto, el principal reto de los docentes del siglo XXI está en “cautivar a los estudiantes” con contenidos relevantes para la coyuntura actual, dado que los jóvenes requieren las capacidades para enfrentarse a un mundo en constante disrupción. (Lea: Los 5 desafíos de la educación en el Siglo XXI)

“La labor de este sistema no es formar a ciudadanos que únicamente sean útiles para el mercado, sino para desenvolverse en todos los niveles sociales. La educación debe producirse de forma natural, partiendo de los intereses del aprendiz”, ultimó Valenzuela.

De esta forma, es claro que en la actualidad la formación y la educación que se imparte en las aulas escolares debe ir variando con el paso de los años, pues no es lo mismo dar una cátedra de hace 40 años hoy en día.