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Abordar los problemas críticos de salud mental para impulsar el éxito académico

Se estima que del 13% al 20% de los niños que viven en los Estados Unidos han experimentado un trastorno de salud mental en el último año. 

Octubre 1, 2018

Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés), uno de cada cinco adolescentes entre los 13 y 18 años tiene o tendrá una enfermedad mental grave, y el suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 10 a 24 años.

Sin embargo, hay una escasez de profesionales de la salud mental en todo el país y los niños de las zonas rurales son los más afectados, el 65% de los condados no metropolitanos no tienen un psiquiatra y el 47% no tienen un psicólogo. A su vez, muchos estudiantes de color en las áreas urbanas usualmente se concentran en zonas de alta pobreza de las ciudades, que de otro modo se considerarían como metrópolis en pleno auge. Estos estudiantes a menudo tienen una mayor necesidad de servicios de salud mental debido a las cosas que experimentan en su vida diaria, pero es común que no puedan acceder a estos profesionales debido al alto costo del tratamiento.

Asimismo, una escasez nacional de psicólogos y consejeros escolares afecta de forma desproporcionada a estos estudiantes, ya que generalmente asisten a las escuelas más concurridas y con menos recursos, aunque estos estudiantes tengan una mayor necesidad. Todos estos factores contribuyen a lo que típicamente es una brecha de 8 a 10 años entre el inicio de la enfermedad mental y el tratamiento para niños y jóvenes, y casi el 80% de los estudiantes que necesitan tratamiento de salud mental en este país no lo obtienen porque el personal de la institución educativa tiene una cantidad de casos muy superior a la recomendada.

Alianzas entre las escuelas K-12 y la educación superior

Algunos distritos y universidades están trabajando para capacitar a su personal para identificar y, en algunos casos, ayudar a los estudiantes con enfermedades mentales en el campus. Teachers21, una filial sin fines de lucro de William James College, una universidad de postgrado de psicología en Newton, Massachusetts, está trabajando con líderes de aula, la escuela, el distrito y otro personal escolar para incorporar el tratamiento de salud mental a su pedagogía. La estrategia de manejo de estrés en el aula se ha convertido en un concepto popular, alimentando la idea de la justicia restaurativa, la cual busca tomar en consideración todas las cosas que experimenta un estudiante antes de ir a la escuela cada día y anticipar cómo esos factores pueden afectar la preparación o habilidad del estudiante para aprender (esto está más profundamente ilustrado en el poema viral, "Porque no tengo un lápiz").

“Los estudiantes a una edad cada vez más temprana, tan temprana como en el jardín de infantes, tienen comportamientos volátiles y actúan de forma agresiva frecuentemente. Los estudiantes muestran un comportamiento muy agresivo, muy inquietante y muy desafiante”, dijo Jennifer Antonucci de Teachers21, quien señaló que esto es especialmente cierto para los estudiantes “que han experimentado un trauma en casa o que viven en lugares donde están continuamente expuestos a un trauma”.

La mayoría de estos esfuerzos, y el enfoque en el aprendizaje socio-emocional en general, se concentran en las escuelas primarias y cuando un estudiante llega a la escuela intermedia este enfoque comienza a esfumarse. Para cuando un estudiante llega a un campus universitario, los esfuerzos son casi inexistentes, dijo el presidente de Williams James, Nicholas Covino, que es un psicólogo en ejercicio.

“Muy pocas escuelas secundarias tienen programas de aprendizaje social y emocional”, dijo Covino en una reciente conversación telefónica, “pero no tenemos nada de eso en la educación universitaria”.

Muchas universidades tienen centros de asesoramiento, pero, según Covino, muchos de esos centros de asesoramiento tienen límites. “Luego remiten el caso a una entidad externa, y ese programa tiene escasez de proveedores”, dijo, haciendo énfasis en eso porque "hay amplia evidencia" de que los desafíos de salud mental se extienden hasta los 20 años, priorizando el aprendizaje social-emocional y las intervenciones de salud mental “no pueden tratarse de dinero, financiación y fondos, realmente tienen que estar en su lugar como plan de estudios y tienen que extenderse a la universidad y probablemente a la escuela de postgrado”.

Pero por mucho que haga la estrategia de manejo de estrés en el aula para tratar de alentar a los educadores a ser más considerados con las circunstancias de los estudiantes, todavía no aborda los graves problemas de salud mental que los estudiantes pueden enfrentar como resultado de ese trauma.

Antonucci, que trabajó como administradora escolar antes de unirse a Teachers21, dijo: “En los últimos años, la dramática necesidad de asistencia en todas partes, y ciertamente en los sistemas escolares, en torno a la salud mental y la salud conductual ha crecido anualmente".

Dijo que la clave es enseñar a los educadores a “ser lo más interactivos y proactivos posible, pero también tener recursos para avanzar y mantenerlos en movimiento de forma segura y productiva en la escuela”, dándose cuenta de que hay “un sistema completo de necesidades, los niños que no están actuando también se ven afectados, y ellos también merecen seguir aprendiendo y no ser afectados por un maestro que está tras sus cabezas”.

Otros desafíos

También es necesario reconocer que los desafíos se extienden más allá de lo que tradicionalmente vemos como el perfil de un estudiante en riesgo de problemas de salud mental, dijo Covino. “Estamos muy familiarizados con los desafíos de los adolescentes cuando llegan a la edad adulta, pero un niño de cuarto grado también puede tener desafíos cognitivos... la educación tiene que abordar estas cosas”, dijo, y agregó que cuando se abordan estos problemas académicos, incluido el rendimiento en los exámenes, mejoran y la retención de los maestros aumenta.

Covino denomina al enfoque de aprendizaje social-emocional “salud mental preventiva”, no obstante, dijo que todavía está trabajando para encontrar respuestas a las necesidades de los estudiantes, particularmente en la universidad.

“Normalmente en las escuelas todavía nos enfocamos en las tres ‘R”’ (lectura, escritura y aritmética; reading, writing and arithmetic, en inglés), “e ignoramos la cuarta ‘R’ de relaciones”, agregó. “Tenemos que estar muy interesados en ayudar a los jóvenes a adquirir las habilidades para manejar su vida con éxito. Cuando hacemos esto, los estudiantes se destacan en la escuela, adquieren la capacidad de concentrarse mejor en su trabajo y la capacidad de experimentar relaciones satisfactorias: todo esto es el objetivo de la educación”.

 

Fuente: Education Dive.  

Traducción: Andrea Lugo.

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Periodista y directora de Out of Bounds Magazine. Cuenta con experiencia en educación, política, defensa y deportes.
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Diego Fernando Barragán Giraldo
Gran Maestro Premio Compartir 2004
Invitó a sus estudiantes a armar pieza por pieza un rompecabezas mental cuya imagen final dejaba ver la realidad del país.