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Jugando se aprende a convivir y a ser creativo

Diferentes estudios han demostrado que el juego potencia la dimensión cognitiva del ser humano. Además, desarrolla sus habilidades y capacidades socioemocionales. 

Abril 6, 2018

Eso es lo que están corroborando investigadores de la Universidad Nacional, quienes desde hace tres años hacen seguimiento a niños de seis municipios del país que asisten a ludotecas del Programa Naves, de Corporación Juego y Niñez, para comparar su destrezas con niños que no acuden a estos espacios dedicados al juego.

La empatía, el ponerse en los zapatos de los otros, la flexibilidad y la capacidad de presentar alternativas a diferentes situaciones (pensamiento divergente) son algunas de las habilidades que logra el juego, según esta investigación que terminará en un año y que desde ya recomienda abrir espacios a las ludotecas en la escuela y hacer  que desde la primera infancia los niños gocen de sus  beneficios, por las potencialidades que tienen en la formación de los seres humanos, sin importar su edad.

“Son varios los elementos que se rescatan del estudio, que se articulan con el momento que vive Colombia. Por un lado, muestra el impacto que tiene la ludoteca en el desarrollo de las competencias ciudadanas, especialmente la convivencia. Por otro lado, revela que los niños en los escenarios tradicionales de formación, como la escuela, siguen curvas decrecientes del desarrollo de sus competencias, especialmente en la creatividad y en las competencias emocionales, pero los niños que asisten a ludotecas tienen curvas crecientes de estas”, explica Rita Flórez Romero, directora del Grupo de Investigación Cognición y Lenguaje en la Infancia de la Universidad Nacional y coordinadora del estudio.

Un total de 529 niños de Manaure (La Guajira), Sabanagrande (Atlántico), Quibdó (Chocó), Barrancabermeja (Santander), Bugalagrande (Valle del Cauca) y Chinchiná  (Caldas) participan en el estudio. De ellos 354 asisten de manera regular al programa Ludotecas Naves de Corporación Juego y Niñez y 175 no asisten a ludotecas, son el grupo de contraste.

Durante el 2015, 2016 y 2017 los investigadores realizaron diferentes acciones como fueron: selección e identificación de los participantes, diseño y aplicación de instrumentos y análisis de la información recolectada. 2018 será el último año de esta investigación longitudinal.

“Se trabajó con estos municipios porque tenían más tiempo en el programa de ludotecas. La selección de los niños se hizo en conjunto con los ludotecarios y  en el caso de los que no participan en el programa, se hizo una búsqueda en colegios”, explica Flórez.

Desarrollo de tres competencias

En el país existen 41 ludotecas y están especialmente en aquellos lugares donde las condiciones son precarias para los niños. Gobernaciones, alcaldías, empresas privadas y ONG, entre otras organizaciones, han creado estos espacios para lograr procesos educativos a través de juegos espontáneos y dirigidos.

Los niños del estudio fueron observados durante dichas actividades, que tuvieron énfasis y situaciones especiales para que los investigadores pudieran analizar ciertas variables de su interés, por ejemplo: participación, interacción en el juego, manejo de conflictos, seguimiento de reglas, expresión de emociones, flexibilidad y pensamiento divergente, esto es que frente a una situación determinada el niño proponga diferentes posibilidades y alternativas.

“Hemos ido encontrando que los niños mayores que asisten a las ludotecas, y que suponemos han tenido más tiempo en ellas, tienen mejores rendimientos en las competencias evaluadas que los más pequeños. Es decir, que este impacto se va incrementando con el tiempo, especialmente entre más tiempo permanezca el niño en el programa”, señala Flórez.

En el caso de las competencias ciudadanas, los niños que frecuentan estos espacios evidencian mayor autonomía e interés en participar en diferentes actividades. El estudio asegura que les gusta invitar a sus compañeros a jugar, arman sus grupos con mayor facilidad, son más estables en la permanencia de los grupos, participan por iniciativa propia en las actividades propuestas, aportan ideas innovadoras, actúan por competitividad, pero lo hacen con respeto hacia los otros;  comprenden más rápido las reglas de juego y por ende pueden explicarles a otros niños cómo jugar, con lo cual logran juegos más organizados.

En cuanto a las competencias emocionales,  la investigación señala que los niños que le dedican buen tiempo al juego tienden a ser muy expresivos y espontáneos. Las obras de teatro, la lectura de cuentos y la representación con mímicas o títeres los ayudan a controlar las emociones en situaciones de conflicto.

Finalmente, en el componente de desarrollo de la creatividad, los investigadores destacan la capacidad de los niños de las ludotecas para plantear perspectivas distintas a partir de situaciones o contextos que el juego propone. De esa manera, son flexibles para cambiar y aceptar nuevos juegos, construir reglas y crear otros juegos a partir de sus propias iniciativas.

Aportes de las ludotecas

Desde el componente cualitativo, este estudio rescata los siguientes aportes de la ludoteca:

  • Las familias de los niños y las niñas que participan en las ludotecas reconocen que las acciones del programa han fortalecido los dispositivos básicos para el aprendizaje de sus hijos. La motivación, la atención y la iniciativa son los que se reportan con mayor frecuencia.
  • Las ludotecas aportan de manera significativa a la formación de valores como el cuidado de la naturaleza, la solidaridad, la ayuda, la comprensión y el amor.
  • Se reconoce que mediante el juego los niños se acercan a recrear la vida real y con ello aprenden a apoyar a sus semejantes y a valorar el medio en el cual se desarrollan.
  • En cuanto a principios éticos, las familias reconocen que participar activamente de los juegos intencionados que se realizan en las ludotecas promueve disciplina, seguimiento de reglas e instrucciones, reconocimiento y respeto por el otro.
  • La expresión de emociones es otro aspecto que se reconoce fortalecido en el trabajo que se realiza en las ludotecas. Las familias argumentan que el juego es una herramienta dinamizadora de los vínculos afectivos entre padres e hijos y con pares, además de fortalecer las relaciones respetuosas.
  • Otro aspecto importante es el reconocimiento del juego formativo, es decir, la perspectiva pedagógica del juego que hace que los niños y las niñas aprendan habilidades que favorecen su vida cotidiana y escolar.
  • En las familias se identifican otros elementos importantes que han aportado al desarrollo de los niños y las niñas en las ludotecas. Uno de gran importancia es la creatividad, entendido como una habilidad del ser humano para crear, componer e inventar cosas nuevas, e incluso modificar algunas que ya existen.
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Entidad sin ánimo de lucro, establecida en 1999, ONG del sector educativo, que trabaja para lograr transformación social a través del juego.
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Henry Alberto Berrio Zapata
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