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¿Por qué una educación pertinente, retadora e innovadora?

Aportes para la educación católica desde el Plan de Formación CONACEDISTA

Abril 18, 2019

En el marco del plan de Desarrollo 2018-2020 “Una Escuela Católica que se renueva una federación que se fortalece” se gestó el plan de formación “Educación pertinente para el cuidado de la vida”[1]. Este plan no nace de un hecho furtivo, sino que es el resultado del análisis del estado actual de las demandas a la educación en el mundo, de lo que la sociedad nos reclama y nos exige a las instituciones educativas y a los educadores para dar respuesta al cambio de paradigma en que estamos inmersos.

El análisis de realidad retoma el llamado del Papa Francisco: “No se puede improvisar. Debemos trabajar seriamente. En el encuentro que mantuve con los superiores generales, destaqué que hoy la educación se dirige a una generación que cambia y, por tanto, todo educador —y toda la Iglesia que es madre educadora— está llamado a cambiar, en el sentido de saber comunicarse con los jóvenes que tiene delante” (2014), esta inspiración desde el cambio es la que empezó a darle forma a la propuesta actual que CONACED Nacional presenta como línea orientadora para pensar la educación desde la escuela católica. Si bien hemos venido hablando de retos desde años anteriores, en este trienio queremos ir mas allá del diagnóstico exacerbado para concretar acciones transformadoras al interior de los colegios, de tal manera que la educación católica sea sostenible y responda a los signos de los tiempos tal como es el llamado a la luz del evangelio.

En este sentido, el propósito de este texto es presentar el panorama educativo actual a través de los discursos institucionales que se tuvieron en cuenta para el análisis de realidad, a partir de ello los objetivos de este trienio para la formación de los asociados conacedistas y finalmente, la apuesta por una práctica transformadora y reflexiva.

Siempre hablamos de cambios en educación, pero… ¡ahora si es en serio! 

No hay escenario en el cual no se hable en relación con la crisis ambiental global, las cifras son contundentes ( (Agence France Press, 2018) todas las regiones del mundo están amenazas por la deforestación, la crisis del agua, la contaminación de los ríos, y que decir de los mares.  Para sobrevivir como especie estamos llamados a usar nuestra inteligencia (Llinás, 2018) si no queremos destruirnos a nosotros mismos, también la situación social que estamos viviendo en donde los niños, niñas y jóvenes construyen otros sentidos de vida o a veces sin sentidos desde  lugares que afectan su dignidad humana y que en vez de construirlos o fortalecerlos los destruyen (consumo de sustancias psicoactivas, soledad familiar, entre otros).  

Este escenario ambiental y humanitario es en el cual se gesta la necesidad de procurar una educación “Pertinente” orientada al “cuidado de la vida”.  Ser pertinente, según el diccionario etimológico, es ser conveniente, ajustado o apropiado a algo, que cuadra bien, que se adecua a la situación. Si lo pensamos en términos educativos, es hacer que nuestras intencionalidades para la formación de nuestros estudiantes sean adecuadas a lo que realmente ellos necesitan para vivir en el mundo de acuerdo con las competencias que éste les exige.

El cuidado de la vida es esencia de la educación católica, es el espíritu vivo del amor que nos enseñó Jesús y que el Papa Francisco recoge desde una perspectiva de ecología integral en la encíclica del laudato sí (Francisco, 2015), en consecuencia, ¿Cómo, frente a la crisis ambiental, no pensar en la necesidad de procurar la formación de la persona humana en estrecha relación con la hermana tierra tal como lo enunció en su momento  San Francisco de Asís?

Ahora bien, encontrando el sentido desde el cual emerge el nombre de nuestro plan de formación avanzamos a observar los discursos de la UNESCO, del Ministerio de Educación Nacional, de la OEI entre otros y por supuesto los objetivos de Desarrollo sostenible (ODS). En todos ellos encontramos un eje articulador común: procurar la calidad educativa. Por supuesto una calidad que es cuestionada en los tiempos actuales porque no es solo dar respuesta a cifras o números, sino que se gesta desde el potenciamiento del desarrollo humano, de los aprendizajes en procura de las competencias del siglo XXI para para ser ciudadanos del mundo y aprender a aprender durante toda la vida.

A partir de ello, la pregunta que nos hacemos entonces es ¿lo que procuramos en el día a día en nuestras instituciones educativas responde realmente a este imperativo?  -Tenga la plena seguridad que si su currículo en cuanto al plan de estudios está aún pensado por áreas o ejes de contenido temático lo mas seguro es que la respuesta es NO-.  No obstante, reconocemos la calidad educativa de la escuela católica que se observa en los resultados en los exámenes de medición estatal en donde el 72% de los colegios asociados han obtenido los más altos resultados (CONACED Nacional , 2018) pero esto no nos exime de la necesidad de cambio.

En consecuencia, como nuestra sobrevivencia como especie depende de un hilo y la educación es el factor fundamental para el desarrollo de la conciencia humana, por eso consideramos que el cambio es ahora… llegó el tiempo de transformar el paradigma de la educación.

La invitación es transformar la educación católica a la luz de lo que nos propone el siglo XXI

Como el reto es el cambio es evidente que debemos procurar la innovación al interior de nuestros colegios asociados, es decir “crear algo nuevo” y lo nuevo es acorde a la necesidad de las realidades de contexto que vive la comunidad educativa, es aquí donde se cruza la innovación con la pertinencia.  En este sentido, el plan de formación conacedista se ha propuesto como objetivos para este trienio focalizar sus acciones en torno a la reflexión pedagógica con el ánimo de apoyar a los colegios en el desarrollo de esta tarea, dicha reflexión la proponemos en torno a los siguientes aspectos:

Currículo

Observar el qué, para qué y con qué de la educación de los colegios nos mueve a encontrar los puntos álgidos que permitan iniciar el cambio y la transformación curricular, debido a ello durante el primer año nos hemos propuesto orientar la formación hacia la reflexión sobre los currículos de los colegios asociados a las federaciones desde una perspectiva innovadora que dé respuesta a la formación humana de los niños, niñas y jóvenes y de sus familias.

Práctica pedagógica y didácticas

La segunda línea de acción está orientada a la reflexión en torno a la práxis, es decir la coherencia entre el discurso pedagógico y las prácticas, por supuesto aquí las didácticas juegan también un papel importante, en este sentido queremos:  Ahondar en el saber pedagógico y didáctico para el enriquecimiento de los currículos acorde a la identidad evangelizadora institucional y según la realidad de los contextos en los cuáles ésta se desarrolla

Evaluación

Observar los aprendizajes y la evaluación formativa en procura del desarrollo humano integral continúan siendo retos que se vivencian en la practica cotidiana escolar y aún más en contextos de inclusión e innovación, así como también el uso de los resultados para la toma de decisiones.  Pensar la evaluación desde la inclusión y la innovación, vista más allá del resultado académico y más bien propuesta como cultura, nos permitirá lograr las transformaciones pertinentes en cada colegio desde el carácter humanizante propio de la educación católica para responder de manera adecuada al signo de los tiempos en procura del cuidado de la vida.

El camino que recorrer en estos tres objetivos lo hemos propuesto de manera secuencial y sistemática a través de una identidad propia para cada año del trienio:

Gráfico 1: Línea de acción propuesta de formación CONACED nacional

Hacer más consciente la práctica pedagógica

Finalmente, retomando a Freire consideramos importante problematizar la educación y todo lo que hacemos al interior de las instituciones educativas. Cada colegio y su comunidad es una experiencia en sí misma, pero al ser experiencia está organizada por las múltiples subjetividades y discursos que la atraviesan.  La intención de la formación conacedista es invitar a pensar nuestra realidad de manera crítica usando la metodología de la pastoral VER, JUZGAR, ACTUAR, donde el juzgar sea reflexivo más allá del juicio, donde nos permitamos cambiar de gafas y ponernos en situación del otro para comprender su necesidad y no desde lo que consideramos que es el deber ser. 

Referencias

  • Agence France Press. (23 de Marzo de 2018). Daño ambiental del planeta en 20 cifras . El Nuevo Siglo .
  • CONACED Nacional . (2018). Plan de Formacion: Educación pertinente para el cuidado de la vida . BOGOTA.
  • Francisco, P. (24 de mayo de 2015). Vatican. Obtenido de Vatican: w2.vatican.va
  • Llinás, R. (2018). Tenemos que ser inteligentes para sobrevivir como especie. Semana.
 

[1] El plan de Formación es una apuesta colectiva de las Direcciones de Pastoral, Formación y Desarrollo bajo las orientaciones de  la Presidencia de CONACED nacional y del comité ejecutivo nacional.

 


Imagen unsplash.com

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Directora de formación y desarrollo en CONACED Nacional.
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