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Rúbrica de un solo punto. Una herramienta de evaluación formativa

La rúbrica de un solo punto está pensada más para los alumnos que para el docente porque es el alumno quien debe ver cuáles son sus puntos fuertes y cuáles los puntos que debe mejorar.

Marzo 2, 2020

Hoy quiero compartir contigo una entrada sobre la rúbrica de un solo punto, en inglés single-point rubric (SPR), una herramienta o instrumento de evaluación formativa que además aporta un aspecto fundamental para el aprendizaje de los alumnos: la retroalimentación.

Esta no es mi primera entrada en este blog acerca de las rúbricas de evaluación. De hecho, he publicado varios artículos como, por ejemplo, ‘Cómo elaborar una rúbrica de evaluación en 7 pasos’ o ‘Rúbricas de evaluación. Rúbrica analítica y rúbrica holística’.

En el artículo de hoy tengo la intención de centrarme en qué consiste este tipo de la rúbrica de evaluación, en qué tipo de evaluación se integra, cuál es su finalidad y, por último, enseñarte un ejemplo práctico.

¿Quieres saber más sobre la rúbrica de un solo punto? ¿Quieres conocer en qué consiste este instrumento de evaluación formativa? Si es así, estaré encantado de que me acompañes en la lectura de este artículo. Así que, sin más demora, zarpamos…

La rúbrica de un solo punto podría considerarse como una simplificación de la rúbrica analítica que es la que comúnmente se viene utilizando en educación. Se trata, por tanto, de un instrumento de evaluación que podríamos encuadrar dentro de la evaluación formativa y formadora y una herramienta muy práctica para la coevaluación y la autoevaluación de una tarea.
La rúbrica de un solo punto está pensada más para los alumnos que para el docente porque es el alumno quien debe ver cuáles son sus puntos fuertes y cuáles los puntos que debe mejorar.

¿Cuáles son sus ventajas?

  1. Reflexiona acerca de lo que se está trabajando y es una invitación para que docente y estudiante tomen conciencia de lo que se está haciendo realmente bien y en qué se debe mejorar.
  2. Favorece la regulación del aprendizaje por parte del alumno. Además, no es tan exhaustiva como una rúbrica analítica y la comprensión por parte del alumno es, por tanto, mayor.
  3. Evita que los estudiantes se comparen o compitan entre ellos porque cada estudiante recibe una retroalimentación personalizada.
  4. No prioriza la calificación, es decir, es un instrumento que evalúa, pero no necesariamente califica una tarea.
  5. Es mucho más simple, ya que no aparecen tantos indicadores como en una rúbrica analítica, lo que permite al estudiante centrarse en los puntos de mejora con mayor claridad.
  6. Funciona muy bien cuando hay que coevaluar y autoevaluar una tarea porque los comentarios que se realizan, además de estar por escrito, son mucho más específicos que en una rúbrica tradicional.

Rúbrica de un solo punto como elemento evaluador más que calificador

Hay una cita de Neus Sanmartí que me gusta mucho recordar y que reza así:

“Evaluamos siempre y calificamos de vez en cuando”.

Esta cita creo que encaja perfectamente con la rúbrica de un solo punto porque es un instrumento pensado más para la reflexión y mejora del alumno que para la calificación del docente. Por tanto, silo que se quiere es calificar una tarea, lo normal es que se use la rúbrica analítica. Si, por contra, lo que se pretende es la evaluación de un proceso de aprendizaje, trabajar la reflexión, fomentar la metacognición mediante la escritura, la rúbrica de un solo punto es una herramienta muy válida dada su simplicidad y concreción.

Partes de una rúbrica de un solo punto

  • Este tipo de rúbrica constaría de tres columnas:
  • La primera columna correspondería a los aspectos a mejorar.
  • La columna central se correspondería con los objetivos y la descripción de cada criterio.
  • La tercera y última columna se correspondería con los aspectos destacados.

Si te fijas, la diferencia con la rúbrica analítica o tradicional es significativa porque desaparecen los niveles de desempeño y los indicadores de dichos niveles. En su lugar aparecen los aspectos destacados y mejorables.
Aquí tienes un ejemplo de rúbrica de un solo punto:


En este ejemplo sobre un texto argumentativo podéis ver las tres columnas. La columna central es la que se centra en los objetivos que en esta rúbrica constan de cinco criterios:

  • Tesis
  • Desarrollo
  • Conclusión
  • Aspectos lingüísticos y literarios
  • Refuerzo visual

Como podéis observar, cada criterio está redactado de una manera sencilla para que pueda ser entendida sin problemas por los alumnos.

NOTA: Algunas rúbricas de un solo puntos constan de cuatro columnas. Hay una columna a la izquierda donde se pondrían los criterios (p. e. tesis, desarrollo…). En mi caso prefiero simplificarlo en tres y en la misma columna del centro colocar el criterio y su descripción.
Si te fijas en el ejemplo, creo que queda claro que se trata de una herramienta que fomenta más la evaluación, es decir, la reflexión y la retroalimentación, que la mera calificación. Con todo, hay quienes también califican este tipo de rúbricas dando un peso a cada criterio.

A modo de conclusión

Con este artículo he querido ampliar la visión que muchos tenemos acerca de la rúbrica de evaluación. La idea de esta herramienta, como habrás comprobado, es más de orientar que de calificar. Además, creo que además de fomentar la reflexión entre compañeros y el docente, también fomenta la excelencia, la mejora progresiva de una tarea, parándose a pensar, a escribir lo que está bien y lo que se puede mejorar. De ahí su gran valor como instrumento regulador y autorregulador del aprendizaje.

Contenido publicado originalmente en el blog ‘Justifica tu respuesta’ bajo licencia Creative Commons.

 


Imagen pixabay.com

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Maestro de secundaria, defensor de la educación inclusiva, apasionado de las nuevas tecnologías y enamorado de la educación emocional
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