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La educación como mi camino al éxito

Ser docente me llena y da sentido a mi vida por la posibilidad de inspirar y transformar.

Octubre 21, 2017

Considerando que de una u otra forma el hecho de ser maestro es un proceso acompañado de diferentes procedencias, en la mayoría de los casos proviene de la vocación.

En la etapa final de mi bachillerato analizaba lo que quería estudiar posteriormente. Al realizar mis 80 horas sociales en un salón de preescolar, me enamoré del poder educar y enseñar.

Cuando me gradué del colegio, decidí estudiar una carrera técnica en etnoeducación preescolar. Realicé mis prácticas en un colegio privado y cada día me gustaba más.  Después de un tiempo tomé la decisión de fundar un colegio pequeño de preescolar donde trabaje por 2 años con una población estudiantil de 30 niños donde fui docente y rectora.

Luego trabajé en otras instituciones de primaria donde detectaba las necesidades de los estudiantes y me parecía fantástico poder brindar un granito de arena para transformar  etapas de sus vidas.

Por la anterior razón ingresé a la Universidad de La Guajira a estudiar licenciatura en etnoeducación para la básica primaria, con el fin de fortalecer mi carrera técnica.

Descubrí que ser docente cambia vidas, motiva inspira a ser mejores personas; que es necesario transformar a la nueva generación e impulsarlos a seguir y no quedarse sin soñar, creando con ellos un ambiente agradable y aprendiendo de forma recíproca. Llegando a las personas y construyendo una mejor sociedad para los hijos de nuestros hijos.

 

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Escrito por
Estudiante de Licenciatura de etnoeducación de la Universidad de La Guajira.
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Irma María Arévalo González
Gran Maestro Premio Compartir 2002
Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.