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¿Educación diferenciada o educación segregada?

Separar por géneros es una práctica relativamente común en la educación nacional y mundial, pero ¿es realmente positivo el impacto de este modelo?

Marzo 11, 2020

La educación mixta, en su momento, fue vista como un gran paso para la equidad de género en los ambientes educativos. Estudiar había dejado de ser un asunto exclusivo de los hombres, y los conocimientos que se enseñaban eran iguales para ambos géneros. Sin embargo, aún existen colegios de único género, o bien, que  dividen a niños y niñas en la mayoría de las clases. Incluso, algunas instituciones educativas que en un inicio fueron mixtas han adoptado el modelo diferenciado. ¿Podríamos pensar que el hecho de regresar a este método es un retroceso? ¿Qué es lo que funciona y lo que puede fallar en el modelo diferenciado?

A nivel mundial, Magret Pála es quizá el rostro insigne de esta metodología (The Hjali Model) . Esta educadora afirma que existen diferencias sustanciales ligadas al género en la forma en la que los niños y las niñas aprenden y que, por tanto, juntarlos en las aulas de clase no es del todo positivo.

Según ella, cuando niños y niñas aprenden juntos, se ven envueltos en estereotipos y dinámicas sociales que les impiden aprender con libertad. No se sienten seguros de jugar, hablar y pensar como desean, sino que se ven forzados a actuar conforme a las presiones de su género.

De acuerdo con Pála, al separarlos, los niños y niñas se sienten más cómodos y libres de ser quienes son. Se pueden valorar mejor sus cualidades, pueden aprender libres de estereotipos, y por ende, se empoderan. En el caso particular de las niñas, la educación diferenciada puede hacer que levanten su voz más a menudo.

Islandia, país de origen de Magret Pála, ha adoptado este modelo en sus políticas de  educación pública, especialmente en los niveles de preescolar y primaria. Este país es actualmente el país más igualitario del mundo en cuestión de género. También es uno de los lugares con mejores resultados académicos escolares a nivel mundial. Pero, ¿se puede asegurar que estos buenos resultados están relacionados con la educación diferenciada?

En otros países como España y Colombia, las cifras no han mostrado una diferencia evidente entre los resultados de las escuelas mixtas y las escuelas de género único o diferenciadas. Según el diario Te Interesa de España, la presidenta de la La Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres de Alumnos (Confapa), Guadalupe Pinas, declaró que no entiende los fundamentos de la escuela diferenciada porque, por el contrario de lo que dice Pála, cree que estas instituciones pueden perpetuar los estereotipos de género en vez de reducirlos.

La explicación de su razonamiento es simple: al no relacionarse con entre sí, los niños se crearán una idea del (los) otro (otros) género (s) con base en lo que ven en sus casas, en la televisión o en otros productos culturales; lo cual, muy probablemente, corresponderá a estereotipos de género.

Además de Pinas, los detractores de este modelo explican que se pueden perpetuar los roles de género en el sentido en el que, al poner a los niños y las niñas en aulas de clase diferentes, lo que se les proporcione a nivel educativo va a ser distinto. Incluso, así la escuela en cuestión maneje un programa de contenidos igual para niños y niñas, la forma de enseñanza y el trato del maestro será distinta con cada género. Separarlos implicaría que no contaran con los mismos beneficios, ya que los maestros son sujetos sociales que están permeados por sus propios valores culturales.

Según Pála, la diferenciación haría más fácil el trabajo de los maestros, ya que genera una mayor cohesión entre los alumnos y una similaridad entre ellos casi inevitable. Sin embargo, ¿priman las facilidades en la labor del maestro sobre el bienestar del niño en formación? En todo caso, Guadalupe Pinas explica que todos los seres humanos son diferentes entre sí, sin importar su género. Así que, el hecho de que haya un salón de clases de un solo género no quiere decir que todos sus participantes vayan a ser iguales.

Incluso, cada uno de los niños puede tener expresiones de género distintas, expresiones que pueden ser objeto de burlas en el ambiente escolar. Según Pála, en un ambiente de género único los niños sienten la libertad de jugar con lo que deseen sin ser juzgados. Pero, ¿estamos de acuerdo con esto? Podría asegurar que la mayoría de nosotros hemos presenciado cómo un niño es juzgado por sus congéneres por jugar con algo que “no corresponde” a su género; o bien, nosotros mismos hemos sido molestados por este tipo de conductas.

¿El hecho de tener aislados a niños y niñas facilitará el paso a nuevas masculinidades y feminidades? Es probable que no sea así. Los niños y niñas pueden juzgar a otros individuos de su mismo género por tener una conducta “masculina” en el caso de las niñas, o “femenina” en el caso de los niños.

En ese sentido, la escuela diferenciada podría potenciar el sexismo, tanto en estudiantes como en maestros. El riesgo de estereotipar a los alumnos es mayor, especialmente porque se tiene la creencia de que el cerebro femenino es emocional y creativo, y el masculino es racional y calculador. Como exalumna de una escuela de este tipo, viví esta experiencia en carne propia.

Frases como las siguientes eran parte del día a día: “ustedes las niñas no pueden tener poder porque tienen el corazón muy grande”, “las niñas sirven más para hacer cosas bonitas”, “las niñas no son tan buenas para las ciencias exactas porque son muy sensibles”.

Pero, según la neurocientífica Gina Rippon, es un mito que exista diferencias en los cerebros de ambos géneros. Según ella, si tomáramos dos estructuras cerebrales de personas desconocidas, no podríamos identificar a qué género pertenece cada una. Si bien todos los cerebros humanos son distintos, el género no es un factor que demarque estas diferencias que están, más bien, ligadas a la genética.

¿Propicia la educación diferenciada la igualdad al decir que niños y niñas “aprenden de forma distinta”? Rippon dice que cada ser humano, independientemente de su género, tiene un proceso de aprendizaje único.

Finalmente, el pilar más grande del argumento de los detractores son las dificultades de relacionamiento que se pueden gestar entre niños y niñas. Hay un mundo fuera de la escuela, un mundo que en la mayoría de sus ámbitos es mixto. El estar en este tipo de colegios puede traerles graves consecuencias de relacionamiento en su vida adulta.

Jaume Camps, defensor de la educación diferenciada y creador de la web diferenciada.org, explica que el mundo mixto ya lo tienen en sus casas y fuera de la escuela. En la actualidad, niños y niñas tienen muchas facilidades para relacionarse y conocer a otras personas fuera del ámbito escolar. Pero es bien sabido que no todos los niños tienen habilidades y facilidades para socializar, y que para muchos, la única forma de conocer a otras personas de su edad a través de la escuela. Ahora, si adicionamos a esto una escuela diferenciada, sus posibilidades serán mucho más limitadas. Pála dice que las escuelas diferenciadas hacen que niños y niñas se respeten mutuamente; pero, ¿cómo pueden respetarse si no han aprendido a conocerse y relacionarse como iguales?

Por lo general, las escuelas que más adoptan este modelo poseen un carácter religioso, en el que se sataniza y se cohíbe el contacto entre niños y niñas. Estas escuelas son diferenciadas por las razones equivocadas, que involucran otro tipo de valores y prioridades, más allá de las pedagógicas. Pero según Pála, la clave no está en la diferenciación, sino en cómo y porqué se aplica.

¿Sería posible aplicar la diferenciación en un país como Colombia, en el cual se tienen valores y estereotipos de género tan arraigados? De ser así, sería necesario que los maestros colombianos deconstruyeran completamente sus ideas preconcebidas sobre el género.

De igual manera, debemos considerar que en la actualidad hay nuevas expresiones de género que se salen del esquema binario de hombre y mujer, y que clasificar a los individuos de esta manera genera más estereotipos de los que combate.

 


Imagen pexels.com

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Escrito por
Estudiante de Lenguas Modernas de la Universidad EAN
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Henry Alberto Berrio Zapata
Gran Maestro Premio Compartir 2007
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