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Educación en tiempos de coronavirus

Todo lo que se hace hoy es con las uñas y la creatividad, con la voluntad de familias, docentes y algunas entidades territoriales. Algo queda claro: hay muchos errores para corregir.

Julio 12, 2020

Fueron escuelas y universidades las primeras afectadas por las medidas para evitar la expansión del virus en el mundo.

Las escuelas públicas en un país como Colombia cumplen unas funciones que van más allá de las académicas; aunque para algunos sectores lo único importante son los resultados en pruebas censales, muchos niños, niñas y jóvenes van a la escuela a todo menos a estudiar, unos van a socializar con sus pares, otros a recibir la alimentación que no tienen en casa, algunos buscan el afecto y la seguridad que en sus hogares no sienten, en una sociedad tan disfuncional como la nuestra, las escuelas son mucho más que un espacio para repetir un currículo descontextualizado y caducado.

Es así, que como medida preventiva los estudiantes y maestros fueron enviados a casa con trabajo virtual, si bien, como lo han planteado varios expertos no es una novedad este tipo de trabajo, si es un reto pedagógico y de recursos físicos.

Pedagógico porque la falta de interacción física no se reduce a la generación de unas actividades que serán monitoreadas a distancia, o en su defecto la transferencia del aula de clase a la casa, como lo han podido hacer cientos de colegios privados de élite que no solo mantienen el horario de clases presencial, incluyendo descansos y horas de almuerzo, sino que se dan el lujo de controlar los permisos para ir al baño en la casa del estudiante, lo único que les falta es pedirles el uniforme, es el fetiche de la productividad, es el gran hermano de Orwell hecho realidad.

Eso lo pueden hacer porque sus estudiantes y sus familias están dentro de los privilegios de la cuarentena con alimentos, conectividad, seguridad y bienestar necesario para poder responder a esas condiciones de seguimiento, aunque no cabe descartar, que incluso en estos hogares haga falta un computador para cumplir con el teletrabajo de padres y clases virtuales de los niños.

Veamos que pasa en la mayoría de los hogares que tienen a sus hijos e hijas en el sector público, antes de pensar en las clases virtuales, estas familias están preocupadas por pagar el arriendo, los servicios, conseguir para el mercado, pagar las deudas, en fin, su trabajo vir-

tual es sobrevivir a la cuarentena, quienes logran superar estas pequeñeces pueden pensar ahora en obtener las guías físicas que los docentes dejaron pensando en los estudiantes que no tienen computador o acceso a internet en su casa.

Para los estudiantes que tienen el aparato y acceso a la red la dificultad radica en que las plataformas que están utilizando los profes están colapsadas, fundamentalmente porque las instituciones educativas no tienen en sus gastos pagos para plataformas más robustas, ya que apenas tienen recursos para cubrir los servicios públicos de las instituciones educativas.

Todo lo que se hace hoy, es con las uñas y la creatividad en medio de la crisis, con la voluntad de familias, docentes y algunas entidades territoriales, muchos errores para corregir, como, por ejemplo: algunos directivos solicitaron a los docentes trabajo no presencial para 15 días, pero no lo dosificaron, es decir, enviaron 10 actividades diarias, una para cada materia, muchos hogares están convertidos en el manicomio de las guías, conceptos que no se han trabajado y situaciones personales que no fueron tenidas en cuenta; sin tocar el tema de la evaluación, las notas, los seguimientos, el acompañamiento, etc.

Varias reflexiones para tener en cuenta en medio de la pandemia 

  • Se piden espacios de reflexión en familia que no existen en la cotidianidad sin confinamiento, pero la invasión de la escuela en la casa no lo permite. 
  • Es necesario que el sistema educativo público cuente con plataformas robustas de actividades complementarias virtuales y acceso a internet. (En Bogotá está en mora un convenio entre SED y ETB) 
  • Dotar a los estudiantes con tabletas o computadores portátiles con acceso a internet para el uso en casa y en la escuela. 
  • Finalmente, esta crisis nos permite visualizar que por primera vez en la historia, la humanidad está en peligro de desaparecer por la irresponsabilidad del modo de producción reinante, es urgente un cambio, muchos estamos entendiendo que un médico y un profesor son más importantes que la estrella de futbol o de TV, hoy más que nunca comprendemos que nuestros gobiernos desmantelaron la Salud y la Educación pública para salvar a los bancos, sin embargo, hoy los bancos no quieren dejar de ganar, sencillamente porque elegimos a los que permitieron que se privatizaran las ganancias y se socializaran las perdidas, en resumen, la salud y la educación son patrimonios públicos y no negocios, y los negocios como los bancos que hoy vuelven a pedir ayuda, que se la pidan a la mano invisible de Adam Smith que todo lo regula, menos las crisis.

Nota: lo anterior sin tener en cuenta el abandono y atraso de la educación rural.

Publicado en el texto ‘Sopa de Menudencias. Pensamiento crítico pedagógico en tiempos de pandemia’ de la Red de Maestros y Maestras La Roja, la editorial MorboMente y el IDEP. 

 


*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Escrito por
Magister en Educación. Docente SED. Red de Maestros y Maestras clasistas La Roja. Actualmente es el Secretario de Organización y Educación Sindical de la ADE. Correo: [email protected].
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Luis Fernando Burgos
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