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La historia reciente se debe abordar desde un lenguaje descriptivo no interpretativo

El rector de la I.E Los Garzones, ubicada en Montería, Córdoba, respondió cómo se debe enseñar la historia reciente en el colegio y cuál es el papel de la pedagogía en la construcción de verdad. 

Agosto 27, 2019

Dada la coyuntura o momento histórico que atraviesa nuestro país, se hace imperativo que las nuevas generaciones conozcan, analicen y traten de comprender nuestra historia reciente, por lo cual desde las instituciones educativas se deben generar los espacios para su divulgación y consecuente conocimiento.

Este ha de ser un empeño nacional en el que todos los agentes educativos debemos aportar nuestro grano de área, tratando de preservar el legado histórico sin los apasionamientos o sesgos ideológicos que muchas veces caracterizan nuestro actuar. En perspectiva de que reconocer nuestra historia nos ayude a valorar lo que somos y a repensar para mejorar lo que hemos hecho.

¿Cómo? Para hacerlo no considero conveniente crear una nueva cátedra, basta generar procesos de rediseño curricular en las áreas afines a la historia, como las ciencias sociales, la economía, la política, la filosofía, la educación religiosa escolar y la educación ética y en valores humanos.

¿Cómo se discierne la verdad en un mundo en el que hay tantas fuentes de diferente calidad e intenciones? 

Inicio parafraseando al pensador que considera que la verdad no es categoría humana, la verdad se nos escapa constantemente de nuestras manos. Máxime en un mundo como el de hoy, con una globalización y multidirección de fuentes de información impresionantemente amplias y complejas.

Sin embargo, al igual que todo lo que se nos escapa, se debe perseguir de forma insaciable. Para lo cual se hace necesario generar niveles de conciencia y objetividad colectiva que permitan apreciar las fuentes y los tipos de información que compartes para validar su confiabilidad. Es necesario aprender y por tanto enseñar capacidad crítica que facilite la formación de juicios de valor acertados sobre la realidad y nos emancipe de las garras del “opinadero” que termina generando idearios colectivos, en la mayoría de los casos, replicadores de discursos distorsionados de la realidad que nos alejan de la verdad.

¿Qué lenguajes usar en el aula para hablar de la historia reciente?

La historia reciente se debe abordar desde un lenguaje descriptivo no interpretativo, con lo cual se permite que al remitirnos simplemente a la descripción de los hechos que forman parte de la realidad histórica dejemos espacio a la interpretación y formación de opiniones subjetivas. Sin apasionamientos.

Aun corriendo el riesgo de que dicha subjetividad termine siendo afectada por las opiniones o sesgos ideológicos antes comentados.

¿Es el desarrollo del pensamiento crítico una ruta para construir o aportar a la verdad?

Sin lugar a dudas esta es una ruta posible, pensar críticamente evita ser contagiado de premisas fundadas en los pensamientos de otros y da la opción de pensar con nuestra propia cabeza. Formar nuestras propias opiniones y defender nuestras propias ideas.

Si es así, ¿Qué papel juega la pedagogía en la construcción de la verdad?

La pedagogía, como ciencia que se ocupa de la educación, tiene y tendrá mucho que aportar en la consolidación de una verdadera cultura crítica.  A través del qué y el cómo que genere se podrán planificar tipos de educación que el momento y nuestra sociedad requieren.

¿Cómo?

Implementando procesos de planeación que parta de la periferia al centro y modifiquen el paradigma contrario de planear el proceso educativo desde el nivel central descuidando los simbolismos y características diversas propias de las regiones. Es importante permitir el empoderamiento local y en ese proceso generar reflexiones pedagógicas desde el quehacer docente que es el verdadero conocedor experto del proceso enseñanza aprendizaje.

¿Cómo debe cambiar el sistema educativo para no perpetuar las condiciones que llevaron al conflicto?

Los cambios en el sistema educativo en procura de no perpetuar condiciones generadoras de conflicto deben partir de privilegiar la humanización sobre cualquier otro tipo de pretensión formativa. Tratando de establecer un equilibrio entre el Ser, el Saber y el Hacer. Ahora, en esta perspectiva el encargo social no debe ser solo para la escuela, son múltiples las direcciones desde las cuales se deben propiciar estos cambios.

La nueva visión educadora deberá propiciar espacios para la consolidación de una cultura en la que se vivencien los valores humanos y aprendamos a coexistir con otros en medios de las diferencias.

 


Imagen de Cole Stivers en Pixabay

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Escrito por
Rector I.E Los Garzones, Montería, Córdoba, Colombia. Magister en Educación, Universidad Católica de Oriente y Católica del Norte Fundación Universitaria.
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Rubén Darío Cárdenas
Gran Rector Premio Compartir 2016
Concibo al maestro como la encarnación del modelo de ser humano de una sociedad mejor. Él encarna todos los valores que quisiera ver reflejados en una mejor sociedad.