Premios a los docentes: el caso de Sudáfrica

La cultura de reconocimiento a la importancia de la educación básica en una sociedad tenía, hace dos décadas,  poco arraigo en las naciones en vías de desarrollo.  Cuesta un enorme esfuerzo que líderes y comunidades se comprometan en el mejoramiento de la calidad de la educación para todos los niños y niñas,  base indiscutible de equidad, bienestar y productividad.  Es imposible, sin buena educación básica, que una región o un país puedan insertarse en el grupo de las modernas sociedades del conocimiento.

En tal contexto, el Premio Compartir al Maestro,  creado e impulsado por la Fundación Compartir en Colombia y que tuvo su décima séptima edición en el año 2015,  puede considerarse como uno de los pioneros en el conjunto de los países en desarrollo.

Durante ese período se han creado, en múltiples naciones y regiones, premios a la excelencia docente. Uno de los más recientes, el Global Teacher Prize (Premio Global al Maestro) ha sido identificado como el “Nobel” de los docentes; de reciente creación (2014), lanzado por la Fundación Varkey, ha convocado a más de 5.000 maestros de 127 países.

De interés para Colombia es la experiencia de la República de Sudáfrica, la que se suele asociar al regimen discriminatorio del Apartheid, a Nelson Mandela y que enfrenta enormes retos, particularmente en el ámbito de la educación.  Una de las similitudes consiste en el proceso de paz que se avecina en Colombia, de grandes retos de convivencia en los años (y décadas) por venir,  retos que, en Sudáfrica, han estado presentes desde hace más de dos décadas.

Con una población algo superior a 52 millones de habitantes y un ingreso per capita ligeramente inferior al colombiano, Sudáfrica vivió décadas de discriminación racial , de alto impacto en los niveles de escolaridad de la población afro (la gran mayoría).

Mientras que en Colombia la tasa de analfabetismo es del 3% (pesonas de 15 años de edad en adelante), en Suráfrica alcanza el 12%. El índice Gini, termómetro del grado de inequidad es de 63, al menos seis puntos superior al correspondiente a Colombia (de por sí muy alto).

El Gobierno de Sudáfrica estableció en el año 2.000 el premio “National Teacher Awards” (Premio Nacional al Docente), gestionado desde el sector público. ¿Cuál es el propósito del premio? ¿Qué se premia? ¿Cómo particpan las regiones? ¿Cómo se realizan las postulaciones?

En un contexto de transición (de un sistema discriminatorio y excluyente hacia uno que, efectivamente, garantice derechos como el de la educación de calidad para todos)  el  Gobierno de Sudáfrica busca, con el premio,  canalizar la atención de la sociedad  hacia la importancia de la educación básica. De ahí que se pretenda reconocer la excelencia docente, honrar  aquelos docentes que se destaquen por su creatividad, dedicación y efectividad y, finalmente, por la vía del ejemplo de los galardonados, conseguir que los establecimientos educativos  estén dispuestos a aplicar las mejores prácticas.

En el caso de Sudáfrica se establecieron distintas categorías de premios: a la excelencia docente (tanto en primaria como en secundaria), al liderazago de los maestros, a la docencia  para poblaciones vulnerables y la educación incluyente y, también en los ámbitos de matemáticas y ciencias naturales.

El premio está concebido  como un proceso de arriba abajo: las candidaturas se originan en los colegios, pasando por los “filtros” de la región, la provincia y, finalmente, el nivel nacional.

Generalmente, para la postulación, existen dos grandes modalidades: los candidatos son postulados por terceros o, alternativamente, los docentes pueden candidatizarse directamente. En el caso de Sudáfrica se optó por la primera opción: un comité nominador, compuesto por el rector del colegio y colaboradores suyos, postula a grupos de docentes o docentes individuales.

Los formatos de postulación se tramitan según la categoría de premio en la que el postulado va a concursar (por ejemplo, matemáticas o ciencias). Son los comités de nominación los responsables de allegar la docuementación y las evidencias que repaldan las postulaciones. Los candidatos, en su momento, deben estar dispuestos a realizar sus presentaciones de tipo oral y a responder preguntas de los jurados.

Entre otros aspectos, Colombia debe introducir modificaciones en la forma en que honra a los maestros. De cara al proceso de paz que, probablemente, se inicie en pocos meses, el país debe  reconocer y alentar la educación para la convivencia y la paz. No basta el rendimiento en las pruebas PISA; no bastan los docentes mejor pagos y con mejor formación;  Colombia requiere educación para el respeto a la diferencia, la convivencia, la cultura ciudadana, la solidaridad.  Requiere de enfoques regionales diferenciados. Son, realmente, parte de las bases para una mejor calidad de vida y una mayor productividad.