Un “cruce de caminos” probable, necesario, y seguramente inevitable entre lo que significan las TIC en la educación y uno de los terrenos más fecundos en la arena contemporánea: la investigación del cerebro y las nuevas ciencias del aprendizaje.
Si los docentes estamos listos para utilizar la tecnología de la información y la comunicación de manera propositiva, participativa y relevante en nuestras vidas, entonces ¿por qué no podemos utilizarlas eficientemente en el aula?
Guste o no, la ética debería empezar a ser una protagonista constante de las decisiones que se toman a diario y en un pilar de formación para nuestros estudiantes.
Concibo al maestro como la encarnación del modelo de ser humano de una sociedad mejor. Él encarna todos los valores que quisiera ver reflejados en una mejor sociedad.
Las experiencias de enseñanza excepcionales (manifestación del Talento docente) son aquellas en las que se establecen propósitos comunes entre docentes y estudiantes, dado que se modifican las estructuras de aprendizaje al interior del aula, propiciando la emergencia de comunidades de práctica.
No solo basta con manejar algunas herramientas tecnológicas para la docencia. Se debe, también, conocer y estudiar algunos conceptos relevantes que caracterizan la era digital.
No hay que temerle al dolor. A los que no vivimos la violencia directamente, debemos acercarnos a ella, para no vivir en la urna de cristal, donde nada nos toca y todo lo vemos. Para lograr entender porqué se necesita un proceso donde todos podamos ser parte.