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Danzarte: una experiencia de identidad

Un enfoque diferencial a la expresión artística de la danza como elemento central de la celebración a través de la memoria histórica. 

Octubre 2, 2020

La danza, vista como portento social, remite al análisis antropológico y sociológico de correlaciones estructuradas entre miembros de una comunidad que comparten códigos simbólicos, saberes, lenguaje, formas de comportamiento, prácticas ritualizadas y recorridos históricos que, en conjunto, permiten la reproducción de identidades culturales de la comunidad.

En la I.E Gimnasio del Pacífico del municipio de Tuluá donde me desempeño como docente, una situación problemática de difícil manejo en la  clase de Educación Artística enfocada desde la expresión corporal y/o lenguaje del cuerpo a través de las manifestaciones folclóricas culturales comprendidas como una de las formas básicas para la comunicación humana, es  precisamente que éste tipo de formación fuera entendido equivocadamente por parte de los estudiantes como manifestaciones que se salían del paradigma dominante de lo” civilizado o lo epistémico” y que fueran consideradas como expresiones de lo” popular” y, por ende de menor valor artístico; generando con ello una visión estática de los valores autóctonos, de la expresividad y creatividad, del sentido patrio y de pertenencia ligadas naturalmente a un lugar específico y a una población determinada que no trasciende. Así mismo, donde la conceptualización de danza, sólo se limita a la ejecución automática de una coreografía, sin entender el trasfondo histórico, emocional, creativo, libre y ancestral que esta posee y el aporte significativo que le brinda a nuestra identidad expresiva y cultural.

En efecto, la danza es uno de los espacios interpretativos más importantes y frecuentes del discurso gestual tradicional de un territorio, en el que el tema de la identidad como referente memoria histórica, ha sido relevante.

En palabras de Paulina Ossona (1984): El hombre baila por una necesidad interior, mucho más cercana al campo espiritual que al físico. Sus movimientos, que progresivamente van ordenándose en tiempo y espacio, son la válvula de liberación de una tumultuosa vida interior… En definitiva, constituyen formas de expresar los sentimientos: deseos, alegrías, pesares, gratitud, respeto, temor, poder. (p. 15)

Lo anterior, me permitió reflexionar en mi práctica pedagógica y suscitar algunos planteamientos: ¿Cuál es el fundamento de la danza folclórica en la acción festiva de los colombianos?,¿Qué o cuáles técnicas  utilizar para hacer de la danza un espacio creativo, libre, ameno y de relación permanente entre el individuo y su territorio, sus emociones, la historia, la cultura y el folclor?, finalmente, ¿De qué manera intervenir en el plan de estudios de la institución, para que a través de  manifestaciones folclóricas y costumbristas la comunidad educativa se reencuentre con la historia y se fortalezca la diversidad cultural y el sentido patrio?. Éstos cuestionamientos permitieron hacer un llamado a la reflexión y reformular la estrategia de enseñanza, en donde los estudiantes entendieran el cuerpo como vehículo de expresión artística y cultural el cual posee una importancia fundamental en la educación, tal y como lo plantea María Fux: “la expresión y creación del cuerpo son propios del ser humano, cualquiera que sea su estadio cultural o cualquiera que sea su condición física. La necesidad de moverse es parte de la persona y cuanto más se le ayude a expresarse, más beneficios obtendrá para el resto de las actividades, en su vida privada o social”. Así mismo, R. Laban defiende el movimiento corporal como un arte fundamental por el que se educa la integridad del ser, como una unidad sensitiva, emocional e intelectual. “el movimiento es pensamiento, es emoción, acción, expresión…Está presente en todas las artes y en todo aquello que forma el mundo externo e interno del hombre” Laban (1984).

La danza como una práctica que genera conocimiento, cultura, tejido social y memoria, ha posicionado lo territorial, el contexto y los saberes locales como escenario y ámbito de producción de subjetividades al hacer visibles las inscripciones culturales que existen en la memoria de los pueblos, reconociendo el carácter múltiple y diverso de la danza como un diálogo entre la tradición y la contemporaneidad que se materializa en el proceso creativo como forma de pensamiento y construcción cultural que fomenta el uso creativo de las memorias, valorando sus aportes a la creación de mundos tanto personales como colectivos, reconociendo su potencial ético, estético, político y cognoscitivo, definiendo y fortaleciendo la coexistencia y práctica investigativa producto de su relación con otras disciplinas y campos (música, artes visuales, literatura, cine, teatro).

Los referentes antes mencionados, permitieron el nacimiento de “DANZARTE: una expresión de identidad”, proyecto pedagógico de aula trabajado desde hace 10 años, enmarcado teóricamente en el aprendizaje significativo y aplicado a estudiantes  de los grados de la media académica, cuyas edades oscilan entre los 14 y los 17 años, y que tiene como propósito utilizar la danza y la tradición oral  e histórica del folclor nacional como estrategia pedagógica  para mostrar las posibilidades que tiene la dimensión artística en el espacio escolar como generadora de conocimiento, convivencia,  sensibilidad social y el fortalecimiento de la expresión corporal. De la misma manera, la experiencia ha buscado identificar y vivenciar algunos elementos propios del lenguaje y la idiosincrasia del pueblo colombiano, para enriquecer los valores autóctonos en el entorno escolar, favoreciendo el sentido de pertenencia y el amor por nuestras raíces folclóricas evidenciadas en la riqueza étnica y cultural de nuestra patria.

El proyecto tiene características trasversales y se fundamenta en 3 ejes de discusión en el proceso de enseñanza-aprendizaje durante el año lectivo: LA EXPLORACIÓN, LA EXPRESIÓN, Y LA CONTEXTUALIZACIÓN.

En la etapa de exploración o de investigación, nos involucramos en el mundo de la tradición oral, de la historia generada por el movimiento del cuerpo, de la danza y sus orígenes y de todo lo que representa para sus practicantes. Para ello, se acude a las fuentes primarias  como la información generada a partir de las visitas que se realizan a la casa de la cultura del municipio y los grupos folclóricos que allí se forman, la cual cumple con un trabajo coordinado, incluyente y diversificado en las 11 sedes que tiene, dando a conocer la riqueza cultural que tiene cada región, el significado del folclor desde cada una de sus ramas y la importancia de la danza a través de sus narraciones y registros documentales, rituales, cánticos, festejos religiosos, arrullos y hasta ceremonias fúnebres y procesos de protesta por la subyugación y esclavitud a la que fueron sometidos nuestros ancestros. Éste eje, sirve para entender que la danza folclórica está presente en la historia de Colombia a través de sus fiestas y celebraciones ancestrales y patrimoniales, así como está presente en la vida de cada hombre y mujer, sirviendo como medio para apreciar y comunicar lo que está latente en la historia, en las tradiciones y en las costumbres autóctonas.

En el eje de la expresión, el enfoque principal es que el estudiante perciba y sienta el cuerpo a través de la música, que tome conciencia de su realidad cultural; que se identifique respecto a sus posibilidades la capacidad de expresar a través de su cuerpo los diferentes ritmos; y cómo eso provoca un autoconocimiento y una autorrealización consciente de lo que quiere expresar. Se hace un recorrido concienzudo sobre lo que comunica el cuerpo a través de la expresión corporal, la danza-terapia, los mimos, entre otros, proponiéndoles trabajar el uso sensible del lenguaje propio de la danza, la conciencia del cuerpo y de algunos elementos propios del lenguaje dancístico, en donde ellos crean secuencias de movimientos y danzas que dan cuenta de sus gustos, aspiraciones, intereses y necesidades personales. El arte es ante todo un cuerpo liberado Duncan (1981)

En el eje de la contextualización, se les estimula para la participación de montajes representativos de las fiestas, carnavales y festivales que ostenta el calendario cultural de nuestra nación, y que hacen parte del orgullo nacional histórico, legado por nuestros antepasados en sus respectivos territorios y que impulsan el turismo, al sentido de pertenencia, al amor por la patria y a la práctica de danzas tradicionales y bailes populares y de esa manera establecen la diferencia entre lo qué es folclórico y lo qué son prácticas urbanas de la cultura, permitiéndoles con esto, conocer su propia cultura o culturas diferentes a la que pertenece, y, por lo tanto, se enfrenta al reto de ejecutar y dar sentido a los movimientos propios de expresiones dancísticas de cualquier índole. Este eje se fortalece con el desfile “Colombia Ritmo y Sabor”, el cual se realiza por los barrios aledaños a la institución y al cual convergen estudiantes desde preescolar hasta grado once, docentes, directivos y padres de familia, haciendo gala de sus montajes coreográficos y generando una fiesta de orgullo patrio a partir de nuestras raíces, el colorido y la gran gama de sonidos y prácticas costumbristas y tradicionales.

Mi función es asesorar y acompañar el proceso de maduración de la estrategia en el cumplimiento de las actividades propuestas. Es importante resaltar que desde hace tres años se implementó el trabajo en las redes sociales y el proyecto cuenta con su propio Facebook, donde los estudiantes suben sus videos, fotografías y registro de las actividades que se realizan a lo largo del año lectivo, alcanzando con esto mayor empoderamiento.

Desde su génesis y en su recorrido, la propuesta ha tenido trascendencia y se ha sabido ganar el respeto y seguimiento de otros compañeros que la han implementado en otros grados por sus alcances significativos;  es así como en la actualidad la experiencia significativa  de aula, pasó a ser  un proyecto institucional, interviniendo el currículo desde todos los niveles ,ciclos y grados ; en la vigencia 2019, el proyecto convocó más de 1.400 participantes, entre estudiantes, docentes, directivos y padres de familia en el desfile. Además, se ha incluido el festival a capella de música colombiana y los descansos culturales, donde se baila, se canta, se interpretan instrumentos musicales, con la posibilidad de sembrar valores nacionales y de orgullo patrio. En la misma línea, el proyecto sirve de base para que estudiantes de grado once realicen la labor social en la formación artística y cultural

En tiempos de pandemia, el proyecto ha tenido la oportunidad de reinventarse y desarrollar actividades con mediación remota en la interpretación de música colombiana y ejecución de danza moderna y para los días 1 y 2 de octubre el homenaje a nuestras raíces folclóricas en el festival virtual de “Colombia, ritmo y sabor”.

Para finalizar, es importante destacar la danza como práctica social y de construcción de comunidad viva que participa en el desarrollo social, político y económico de los territorios y por ende del país. Así mismo, la danza folclórica y la corporalidad como capital cultural y simbólico, ha valorado y fortalecido la capacidad de agenciar transformaciones y hábitos en la construcción de tejido social y en el diálogo intercultural, definiendo acciones que aporten a la sostenibilidad de la conservación y práctica de valores demosóficos, literarios, musicales y dancísticos que nos han posicionado y nos seguirán posicionando como un país pluricultural, que recoge su memoria histórica en la festividades patrias, religiosas y culturales.

Referencias

OSSONA, P. (1984). La educación por la danza, enfoque metodológico. Buenos Aires: Paidós.
FUX, Marìa. (1998) La Danza experiencia de vida.  Barcelona. Editorial Paidòs.
DUNCAN, Isadora (1968). Mi Vida. Editorial Losada, Buenos Aires, Argentina
LABAN, R. (1975). Danza educativa moderna. Técnicas y Lenguajes Corporales. Barcelona: Paidós.  


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Reciprocidad, Triada esencial, Práctica pedagógica, Acto pedagógico, Jorge William Patiño, Gimnasio del Pacífico
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Sandra Cecilia Suárez García
Gran Maestra Premio Compartir 2013
El cuerpo habla y la danza puede ser el camino para la exploración del ser y el medio para liberar las palabras que se encuentran encadenadas.