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Estoy tan convencida de mi vocación, que si volviera a nacer, volvería a ser docente

En Tinjacá, Boyacá, una licenciada en Filología trabaja cada día para lograr una educación de calidad, pero sobretodo que aporte a la formación de seres humanos íntegros. Oda a su proyecto.

Marzo 30, 2016

Cada lunes, a las 4 de la mañana, la “Profe Báez”, como sus estudiantes cariñosamente le dicen, se dirige a la calle 170 con autopista norte, en Bogotá, para tomar un bus que la transporta desde el apartamento en donde viven con su esposo y su hijo, hasta el lugar donde trabaja desde hace más de 13 años no solo con estudiantes, sino con toda la comunidad: la Institución Educativa Mariano Ospina Pérez en Tinjacá, Boyacá.

Licenciada en filología de la Universidad Libre, con dos especializaciones, una en educación con énfasis en dificultades del aprendizaje y otra en educación con énfasis en lúdica y recreación social, la profesora Luz Marina Báez Valderrama desarrolla e implementa una propuesta pedagógica que se trabaja en el aula y fuera de ella, la cual tituló inicialmente “La gramática como eje transversal de la producción textual”, título que posteriormente consideró pequeño para describir los alcances que ha tenido el proyecto a través de los años. Actualmente, la iniciativa está enfocada a la pregunta ¿Cómo vincular a los padres a través de la lectoescritura para el mejoramiento de la calidad educativa?

Este proyecto innovador y único tiene un origen muy particular, tal como esta licenciada lo narra en su propuesta presentada al Premio Compartir al Maestro. “Sin embargo, mis expectativas se fueron al piso el día en que Nidia, una estudiante de 15 años de edad y de noveno grado en el año 2003, luego de recibir su ensayo con una valoración de insuficiente, lo arrugó y en mi propia cara lo tiró a la caneca de la basura. Boquiabierta, desilusionada y consternada, le pregunté por qué había tirado a la basura su trabajo; pero su respuesta me dejó aún más desconcertada: 'Ya me lo calificó. Ya no me sirve para nada'". Motivada por esta situación, la docente decidió que los textos de los estudiantes debían ser producidos para ser publicados y leídos por el resto de sus alumnos y, por qué no, por sus padres y la comunidad educativa.

A partir de ese momento empezó a diseñar diferentes formatos y escenarios en los que quedarían plasmados los escritos de sus estudiantes. Así fue como nació la “Vitrina Literaria”, un espacio para la publicación de los textos que los jóvenes escribían semanalmente. Al inicio se realizó dentro del aula y luego se trasladó a la cartelera del colegio, en donde todos los integrantes de los distintos grados pudieran observar los escritos de sus compañeros.

Estos escritos no eran solamente académicos. Poco a poco se fueron transformando hasta tratar temas de actualidad y se escribieran letras dirigidas a las familias y a los amigos de los autores.

A medida que pasaba el tiempo, los textos de cada escritor se acumulaban luego de ser publicados. Fue allí en donde surgió otro formato para conservar y archivar las producciones literarias de cada joven: El Archivo Literario que, posteriormente, se transformaría en El Libro Artesanal.

Este libro es el resultado de una serie de escritos que los estudiantes realizan a través de todo su bachillerato. En él se consignan desde poemas de amor y cartas a sus padres, hasta crónicas y textos críticos y de análisis. Con el fin de estar a la vanguardia en tecnología, la profesora junto con las directivas del plantel, decidió que estos libros se hicieran de manera digital, siendo diseñados y producidos por los mismos estudiantes desde el año pasado. Para su socialización, la Institución creó el día del Estudiante Escritor, al que asiste la comunidad educativa y en el cual se premian las ocho mejores producciones que son impresas por el plantel.

Pero la difícil situación familiar de algunos de sus estudiantes llevó a la profesora Luz Marina a crear actividades que rescataran los valores y la unión familiar, creando así el programa “Lectura y Cariño” donde El día de la familia y otras actividades que se realizaban anualmente serían desarrolladas desde otra perspectiva.

El tradicional día de la familia se convertiría en el día de la gratitud, una actividad en la que padres e hijos se entregarían cartas agradeciendo y expresando sus sentimientos.

El resultado fue inmediato

Los padres lloraban de alegría al escuchar las palabras de sus hijos que rompían en llanto al tratar de expresar todos los sentimientos y las palabras que no decían a sus padres desde hacía mucho tiempo. Igualmente, los hijos abrazaban a sus padres con tanta fuerza que parecían convertirse en uno solo al escuchar un “Te quiero”.

Un caso en particular le confirmó a la maestra que ese era el camino que debía seguir su proyecto. Una madre se acercó luego de la actividad y le agradeció entre lágrimas a la profesora porque, gracias a ella, su hijo le había dado un abrazo después de 5 años.

El proyecto tomaba aún más fuerza

Una idea vino entonces a la cabeza de la licenciada que buscaba la creación de nuevos espacios de integración que vincularan a los estudiantes, a sus padres y a la lecto-escritura. Aquí nace la Biblioteca al Parque que, tal como se puede deducir, fue la transformación del parque municipal en un ambiente de lectura y de actividades familiares. Dentro de esta actividad, se realizaban rallys de lectura, representación de obras literarias, concursos y juegos.

El día del amor y la amistad se transformó en un evento llamado Mis padres, mis primeros amigos, evento que daba lugar al diálogo familiar y a la entrega de regalos. Por parte de los estudiantes se realizaba con anterioridad un poemario diseñado y hecho de manera artesanal con escritos dedicados a la familia y, por parte de los padres, su tarea consistía en regalar a su hijo un libro.

Una de las actividades que tuvo mayor impacto en el proyecto de la profesora fue la Fogata literaria en familia”, un evento que se realizó un sábado por la noche, en el cual la boleta de entrada consistía en llevar un farol hecho por cada familia.

El evento resultó tener más participación de la que se esperaba: más de 300 personas asistieron y alrededor de una fogata, en compañía de familiares y amigos, escuchando la banda municipal y degustando una deliciosa agua de panela con mogolla, disfrutaron de las diferentes actividades de lectura, escritura y poesía.

“Ser docente viene del corazón y mi corazón lo tienen mis estudiantes”, es lo que siempre dice la profesora Luz. Tal vez sea este amor por lo que hace lo que la lleva a que, además de organizar las actividades, participe en ellas. Así lo hizo en el Campamento de lectura del terror, una ocasión en la que aprovechó la época de Halloween para motivar a sus estudiantes a leer, pero sobre todo a hacerlo con amor.

Los Campamentos de lectura del terror reúnen los mitos y las leyendas, así como la literatura de terror y suspenso que más llaman la atención a los estudiantes y en una dinámica teatral los jóvenes de disfrazan y, junto con la profesora Luz, quien también se hace participe con su disfraz de la llorona, bruja o cualquier otro personaje mítico, enseñan a sus compañeros las historias que esconde cada personaje que interpretan.

No contenta con tantas actividades, la profesora decidió que la biblioteca escolar del Colegio Mariano Ospina Pérez debía ser el más claro ejemplo de un espacio de lectura permanente. Sin embargo al no contar con un bibliotecario, la docente decidió tomar las riendas de este lugar desde hace diez años y, al lado de un grupo de estudiantes, conformó un equipo de trabajo que se denomina Mediadores de lectura. Este grupo de Ángeles de la guarda, como cariñosamente los llama la maestra por su constante ayuda, además de atender la biblioteca, cuidarla y realizar actividades para que los estudiantes se involucren, participan y colaboran en todas las actividades que se realizan dentro del proyecto con toda la comunidad en un esfuerzo incansable.

Para el 2016, la meta es la construcción de 5 kioscos Ecolectores, como un proyecto de aula interdisciplinar con la profesora de química quien lidera una propuesta de reciclaje con los estudiantes en todo el municipio. Esta iniciativa busca la creación de espacios de lectura construidos con materiales reciclables con la ayuda de los estudiantes de grado décimo y once. Ya está en marcha. 

Cabe resaltar que la ejecución de todas las actividades que involucra el proyecto de lecto escritura no serían posibles sin el constante apoyo y colaboración del rector Jairo Cifuentes Rodríguez, quien brinda los espacios y los recursos necesarios para llevar a cabo esta propuesta.

Son tan buenos los resultados de este proyecto, que en el año 2007 el municipio fue uno de los ganadores del concurso de lectura de Boyacá “A leer sumercé” y recibió un premio de $10 millones en libros para la biblioteca escolar. Además, como lo narra en su propuesta, “en el componente académico se logró el puesto 18 en el ranking de los mejores colegios en Lengua Castellana en el año 2013 y, en el año 2014, la institución educativa fue galardonada por la Secretaría de Educación de Boyacá por su mejoramiento en las Pruebas Saber 11, con mejores resultados en el año 2015. De otra parte, en el componente comunitario se ha hecho visible el mejoramiento a través de los cambios en las costumbres institucionales en cuanto a la generación de nuevos espacios de encuentro familiar dentro y fuera de la misma, ampliar la participación de la comunidad en la acción educadora para de esta manera lograr  que el vínculo familiar sea aprovechado para alcanzar una alta calidad educativa, pero sobre todo la calidad de las relaciones entre padres, hijos y hermanos”.  Por esta razón, el rector de la Institución decidió implementarlo en todas las sedes rurales con la participación de todos los docentes de primaria y preescolar. Adicionalmente, la licenciada trabaja en conjunto con profesores de diferentes áreas: artes, química, inglés, ética, educación física, medio ambiente y sociales, para desarrollar una propuesta mucho más amplia y transversal a todas las áreas de estudio con cada una de las temáticas leídas y publicadas

Luego de 13 años de trabajo, animada por sus familiares y colegas, decidió mostrar su propuesta y compartirla para que más personas pudieran conocerla. Fue así como se inscribió al Premio Compartir al Maestro en el 2015 y, como fruto de su constante esfuerzo por lograr una educación de calidad, la profe Báez está hoy entre uno de los 16 nominados al Premio. Docentes que lograron superar varias etapas del concurso. Lo que sigue es una nueva etapa en la cual se seleccionarán los finalistas que serán presentados al gran jurado y de los cuáles se elegirá al Gran Maestro.

Por supuesto la maestra espera lograr un triunfo para sus estudiantes, la razón que la mueve a viajar cada lunes a las 4 de la mañana desde Bogotá. Porque como ella lo afirma con toda seguridad: “Estoy tan convencida de mi vocación, que si volviera a nacer, volvería a ser maestra”.

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Escrito por
Estudiante de VII semestre de Comunicación Social y Periodismo
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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.