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El secreto para lograr la integración escolar

A juzgar por muchos indicadores, en las escuelas públicas estadounidenses hay más segregación racial y socioeconómica ahora de la que ha habido por décadas.

Marzo 10, 2016

En el noreste del país, el 51,4% de los estudiantes negros asisten a escuelas en las que entre el 90% y el 100% de sus compañeros son de minorías raciales, en comparación con el 42,7% en 1968. En los 100 distritos escolares más grandes de Estados Unidos, la segregación económica creció un 30% entre 1991 y 2010.

De muchas formas, es como si nunca hubiera ocurrido el caso Brown contra la Junta de Educación. Una creciente segregación racial y una sucesión de casos desfavorables en las cortes tienen parte de la culpa. Pero hay demasiados funcionarios en las escuelas que son reacios a admitir el papel que juegan las políticas de admisión en perpetuar la segregación de facto.

Mientras que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha apoyado varios recientes esfuerzos de base por integrar escuelas individuales en la ciudad, los funcionarios de los distritos escolares han evitado asumir una posición sobre la integración escolar en medio de la controversia. Carmen Fariña, vicecanciller de escuelas, recientemente rehusó apoyar propuestas de padres de familia para fusionar las zonas de determinación de asistencia de dos escuelas altamente segregadas que están separadas por solo 9 cuadras en el Upper West Side de Manhattan. En cambio, les trasladó la responsabilidad de la integración a los padres de familia. "Los padres toman decisiones", dijo.

En 2008 en Seattle, el superintendente y el comité escolar también citaron la segregación residencial como la razón para no darle prioridad a la integración. “Mi trabajo no es desegregar la ciudad,” explicó la presidenta del comité escolar al Seattle Times.

En el estado de Florida, el comité escolar del condado de Pinellas votó por atar las zonas escolares más estrechamente con los patrones residenciales, moviendo a escuelas de bajo desempeño a miles de estudiantes negros que antes estaban integrados. Uno de los miembros del comité describió el problema como "una cosa del país, no solo de nosotros.”

Las directivas escolares deberían dejar de excusar la segregación. Las aulas en las cuales hay diversidad reducen los prejuicios raciales y promueven el razonamiento complejo, la resolución de problemas y la creatividad en todos los estudiantes. Investigaciones de las últimas cinco décadas confirman que estudiantes en escuelas con diversidad socioeconómica y racial tienen, en promedio, resultados más altos en las pruebas, una mayor probabilidad de matricularse en la universidad y menos probabilidad de desertar que sus pares en escuelas donde la pobreza está concentrada. El nivel de logro de los estudiantes de familias de bajos ingresos mejora en escuelas integradas, y contrario a lo que piensan muchos padres de familia, el nivel de logro de los estudiantes de clase media no sufre.

Los retos estructurales y políticos de la integración son sustanciales, pero todavía hay opciones viables al alcance de casi cualquier comunidad que quiera darle prioridad a la integración. Veamos por ejemplo la integración socioeconómica. Según nuestra investigación, más de 90 distritos escolares y escuelas por concesión en 32 estados de Estados Unidos usan el nivel socioeconómico como factor en la colocación de estudiantes.

En estos distritos y escuelas por concesión están matriculados más de 4 millones de estudiantes. Debido a que la segregación socioeconómica y la segregación racial muy a menudo se traslapan — aún cuando las familias negras y latinas tienen mayor probabilidad de vivir en medio de la pobreza persistente e inestable - las estrategias mencionadas son un paso necesario para prevenir que la marginalidad racial persista en las escuelas.

En Champaign, Illinois, por ejemplo, las familias clasifican sus opciones de escuelas entre todas las escuelas del distrito escolar, y la colocación de estudiantes se hace con base en un algoritmo que garantiza la diversidad socioeconómica. Bajo este sistema, entre 80% y 90% de las familias usualmente recibe la primera opción.

En Rhode Island, el alcalde de la próspera ciudad de Cumberland lideró la aprobación de una ley para crear escuelas por concesión integradas regionalmente que reciban en una misma aula a estudiantes de suburbios acomodados y de ciudades con dificultades.

En Louisville, Kentucky, donde la Corte Suprema derogó los planes de integración racial en 2007, funcionarios escolares, padres de familia y estudiantes se movilizaron para crear un nuevo plan de integración que incluye parámetros como el ingreso familiar y el logro educativo junto con factores raciales a nivel de vecindario, garantizando así que las escuelas no vuelvan a segregar.

Las reacciones negativas son inevitables. Pero cuando los intereses chocan, los líderes valerosos deben reconocer que el trabajo por la integración bien vale la pena.

En 2010, padres de familia somalíes y el superintendente de Eden Prairie, un suburbio de población mayoritariamente blanca de Minneapolis, lideraron esfuerzos por volver a trazar las fronteras de las escuelas de primaria con el fin de integrar las escuelas. A pesar de las feroces protestas de algunas familias blancas, las fronteras se volvieron a trazar. Al cabo de seis años, las escuelas de primaria no solo tienen una mayor integración socioeconómica y racial, sino que también obtienen mejores resultados en las pruebas.

El tema de la integración escolar logró entrar a la campaña presidencial. En un discurso en Harlem este mes, Hillary Clinton se lamentó del “peligroso descenso hacia la resegregación en nuestras escuelas". La iniciativa por la integración también está lista para saltar de la política a las políticas.

El presupuesto que solicitó el presidente Obama este mes incluye 120 millones de dólares para apoyar esfuerzos de integración liderados por distritos escolares, más del doble de los fondos actuales. John King, Secretario de Educación encargado, considera que la integración escolar es una prioridad nacional y dice que la oportunidad de asistir a buenas escuelas con diversidad socioeconómica es "una de las mejores cosas que podemos dar a la niñez".

Con este trabajo que está en marcha al menos parcialmente en 32 estados, podría haber esperanzas de una nueva ola de integración escolar.

Texto original.

 

 

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