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Misión Cucunubá: una apuesta por la educación rural

Acceder a la educación es un derecho fundamental de todo ciudadano en Colombia. Aunque parece una expresión común decirlo, es una afirmación ambigua porque la mayoría de nuestros niños y jóvenes en el campo ven a la escuela como un lugar distante, es más frecuente verlos enfrentando otras actividades. Juan Santiago Vélez Hernández.

Enero 21, 2016

En Colombia, desde la década del noventa, los índices socioeconómicos han mostrado la tendencia de una mayor vulnerabilidad en las zonas rurales. Sumado a esto, la precariedad de los programas de asistencia social en las zonas rurales hace más grave esta problemática. De acuerdo con el Informe Nacional de Desarrollo Humano: “los habitantes de las zonas rurales viven, en promedio, alrededor de dos años menos que los de la zona urbana” (PNUD, 2003:40).

Por las carencias del sector rural y de las marcadas diferencias en la mayoría de indicadores socioeconómicos la calidad de la educación se ve afectada. Si bien durante los noventa la educación en Colombia mostró un balance positivo en aspectos como el aumento del alfabetismo y la escolaridad promedio de la población, las diversas evaluaciones nacionales e internacionales pusieron de relieve la deficiente calidad de la educación básica, como su desmejora durante los últimos años.

“De cada 100 estudiantes que se matriculan en primero de primaria en las zonas rurales, sólo 35 terminan este ciclo y un poco menos de la mitad (16 estudiantes) pasan a secundaria; de estos, 8 completan el noveno grado y sólo 7 culminan el ciclo completo de educación básica” (Perfetti, 2003).

Más importante aún, la magnitud de la brecha educativa del sector rural con su contraparte urbana es aún bastante alta, con lo cual los avances mostrados no han sido suficientes para asegurar el derecho a la educación a toda su población. Lo anterior en gran medida porque los modelos de aprendizaje desarrollados en lo rural no responden a las necesidades del contexto, como tampoco ante los desafíos del siglo XXI.

De acuerdo con Perfetti[1], uno de los problemas más graves de la educación rural y de inequidad se da en términos de permanencia: “De cada 100 estudiantes que se matriculan en primero de primaria en las zonas rurales, sólo 35 terminan este ciclo y un poco menos de la mitad (16 estudiantes) pasan a secundaria; de estos, 8 completan el noveno grado y sólo 7 culminan el ciclo completo de educación básica” (Perfetti, 2003). Una educación de calidad debe asegurar las oportunidades de aprendizaje permanentes a lo largo de toda la vida, sin retrasos ni obstáculos, que le permita a los educandos alcanzar los diferentes sueños que se planteen.

La Fundación Compartir no es ajena a esta realidad y una de sus grandes apuestas en 2016 es la de apoyar el mejoramiento de la calidad de la educación rural. La experiencia adquirida por la en sus últimos 16 años representan una oportunidad para apoyar al municipio.

Motivada no solo por los intereses de su creador, el Dr. Pedro Gómez, sino por la coyuntura del país en la búsqueda de una paz con equidad, la Fundación se ha volcado a la construcción de una estrategia participativa a partir de las necesidades de la comunidad educativa del municipio de Cucunubá, que busca fortalecer:

  • La calidad educativa, específicamente la de los 72 docentes de las dos IE.
  • La primera infancia de más de 60 niños y niñas
  • El acceso a educación superior de los estudiantes de grado 11 de las dos IE.
  • Los proyectos productivos de los estudiantes de grado 11 de las dos IE.

La construcción de la estrategia participativa tiene como objetico general transformar la calidad de las IE de Cucunubá, para que exista un desarrollo sostenido al interior de cada una de ellas que se refleje en su crecimiento, innovación y mejora en la calidad del servicio que presta.

La capacidad de gestión y coordinación de sinergias constituye un nuevo reto para la Fundación Compartir y una posibilidad de potencializar su accionar social mediante un modelo educativo replicable a otras regiones del país

[1] Mauricio Perfetti es el actual director del Dane. Trabajó en el plan nacional de desarrollo de la administración de César Gaviria y fue director del Centro de Estudios Regionales Cafeteros y Empresariales, CRECE, en el 2000. Durante el primer gobierno de Juan Manuel Santos fue viceministro de educación preescolar, básica y media.

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Irma María Arévalo González
Gran Maestro Premio Compartir 2002
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