Promover la inteligencia en beneficio de la humanidad

El profesor e investigador Howard Gardner, conocido por haber formulado la teoría de las inteligencias múltiples, señala que la mayoría de las conductas inteligentes pueden agruparse en tres categorías: capacidad para resolver problemas de diferente naturaleza, habilidad verbal (alto grado de comprensión lectora) y competencia social (que implica saber ‘estar’ o comportarse).

Descubrir la superdotación es una responsabilidad fundamentalmente de la escuela en la medida que es allí en donde se pone en evidencia el comportamiento de un niño, y específicamente es al docente a quien le corresponde detectarla. En el caso de la excepcionalidad, suelen ser estudiantes que aprenden más rápido que el resto, se aburren en clases que no se adaptan a su ritmo, hacen preguntas inusuales para su edad.

La literatura científica sugiere una vez detectados, aplicar pruebas de valoración, psicométricas, de inteligencia, creatividad y personalidad diligenciadas por profesionales y con base en los resultados, elaborar un plan individualizado que responda a las necesidades del alumno.

En Colombia se han venido haciendo esfuerzos importantes en esta materia pero aún no se cuenta con indicadores claros, ni docentes preparados que puedan detectar los altos niveles de inteligencia. Además se registra desatención por parte del Estado de menores de bajos recursos con talentos y capacidades excepcionales.

Esto lo demuestra un reciente pronunciamiento de la Corte Constitucional que ordenó al Ministerio de Educación Nacional identificar e incorporar a la población con talentos excepcionales de cada uno de los municipios y departamentos del país, y también adoptar mecanismos de subsidio para apoyar instituciones, planes, programas y experiencias, orientadas a la adecuada atención educativa de quienes no posean los medios económicos.

Como lo deja ver la Corte “Esta situación revela un claro desconocimiento de las obligaciones constitucionales y legales del Estado frente a los menores con talentos y capacidades excepcionales, de las órdenes de la Corte Constitucional, que señalaron la importancia de ampliar el programa y flexibilizar sus requisitos; y un menosprecio por el potencial humano que representan esos niños, niñas y adolescentes talentosos para el desarrollo de Colombia”.

Así que en Colombia está reglamentada la atención educativa de la población con capacidades excepcionales, pero todavía estas personas son invisibilizadas, tanto por el desconocimiento de la condición de talentos excepcionales, como por la carencia de oportunidades educativas, culturales, políticas y sociales.

Sin embargo, existen iniciativas complementarias interesantes como es el caso de una en Cundinamarca para talentos excepcionales promovida por la Fundación Cavelier Lozano que propone una ruta de acompañamiento que inicia con la identificación de los estudiantes en el grado noveno de bachillerato, continua con su acceso y permanencia en la educación superior y finaliza con la culminación de sus estudios de pregrado.

Otra iniciativa es la promovida por la Asociación Internacional de Superdotados, más conocida como Mensa, fundada en Inglaterra en 1946 con el propósito de identificar y promover la inteligencia en beneficio de la humanidad; promover la  investigación acerca de la naturaleza, las características y las aplicaciones de la inteligencia y crear un ambiente social que fomente la actividad intelectual de sus socios.

En Colombia contamos con una sede de esta organización cuyo lema es “una de cada 50 personas está capacitada para ser mensista” (se refiere a personas cuyo Cociente Intelectual está dentro del 2% superior de la población).

Ahora, el hecho de que sea un 2% de la población no justifica que no exista un mayor compromiso público en lo que tiene que ver con la atención a estas personas y nuestra obligación de comprenderlos, de respetarlos y de acompañarlos.