Retomar la ética para combatir la corrupción

No pocos colombianos creen que tienen la capacidad de juzgar a los demás partiendo de lo que cada uno cree que es correcto o incorrecto, si para mi está bien determinada conducta pues así es, lo que no es otra cosa que el subjetivismo, que se refiere a cuando el individuo toma la decisión sobre una elección moral, no con base en razones, sino en opiniones injustificadas, como pueden ser su sola conveniencia o capricho. De este modo, el individuo no justifica su decisión con razones válidas y, por otra parte, está cerrado en sí mismo, en su egoísmo al no tener en cuenta a los demás.

Lo anterior en razón a que se confunde el subjetivismo con la subjetividad, está última se da cuando el sujeto decide y asume la responsabilidad del acto moral como propio con base en razones argumentadas en relación con una serie de elementos, como son: las normas, los valores, los principios y el contexto. Todos estos elementos ayudan al sujeto ético a reflexionar y a tomar una decisión, es decir, a hacer un juicio moral razonable [1].

En Colombia, cada día vemos con preocupación cómo la corrupción ha permeado todos las esferas públicas y privadas, es una cultura que pareciera estar arraigada en nuestra sociedad.

Es así como en Colombia, cada día vemos con preocupación cómo la corrupción ha permeado todos las esferas públicas y privadas, es una cultura que pareciera estar arraigada en nuestra sociedad, es así como cada día vemos más casos de corrupción en la justicia, salud, educación, construcción y en el comercio, solo por citar algunos ejemplos. 

Por eso es que en las universidades y colegios se deberían fortalecer espacios que permitan esclarecer la importancia de la ética y la moral en los comportamientos cotidianos, con el fin de que los jóvenes puedan interiorizar  principios y valores que les permitan vivir en una sociedad con altos estándares de calidad. Es necesario formar en la auto regulación y sí esta no funciona se debe fomentar la intervención de terceros que permitan corregir las conductas incorrectas, esta es una de las formas como podemos combatir el gran vacío ético en que se encuentra la sociedad colombiana.

Podemos concluir que en el campo de la ética y la moral, como en muchos otros es más la ignorancia que el conocimiento, los antiguos griegos y grandes pedagogos han afirmado que el fin último de la educación debe ser la formación  ética, por eso es necesario retomar ese concepto y colocarla en primer lugar de la escala de en lo que debemos educar a los jóvenes del siglo XXI. 

[1] ÉTICA Y POLÍTICA,  JORGE PAUTASSI GROSSO