Dime qué haces y te diré quién eres…

Un coordinador del colegio me planteo las siguientes preguntas: “¿por qué nunca se habla de los coordinadores, los psicólogos, los orientadores y todas estas personas que como yo han hecho  carrera docente y hoy dinamizamos la vida de las instituciones educativas?”

“¿Por qué son tan escasas las alusiones y reflexiones en torno a nuestro papel y al aporte que hacemos a la educación?”
“¿Por qué no se indaga sobre nuestras ideas, experiencias, aprendizajes y competencias en materia de educación?
“¿Por qué  los eruditos en educación no preguntan por nuestro aporte a la educación?  

Luego hizo las siguientes afirmaciones:

“No somos los policías de la indisciplina, los apaga incendios ni los toderos de la institución”
“Somos algo así como los artífices de las instituciones, nos compete responder por la vida institucional, organizar la jornada diaria, solucionar las novedades del día a día, atender a los docentes, estudiantes y padres de familia, garantizar el orden y el ambiente académico, además de monitorear el desempeño de los docentes, el comportamiento y el rendimiento de los estudiantes”.
“Como orientadores nos compete escuchar los problemas personales de nuestros estudiantes y maestros, atender a sus dificultades, afanes y fatigas, somos acompañantes, agentes de prevención, cuidado, protección, mediadores y pacificadores; de ahí que seamos reconocidos como los salvavidas de la institución”.
“Nos atañe la tarea de exigir, corregir, alentar y estimular, somos algo así como los artesanos de la vida escolar, garantizamos que el hilo de dinámica institucional se convierta en la costura que une todos los aspectos de la institución, somos garantes de la coherencia que debe existir entre la  cotidianidad y los postulados del PEI, hacemos que la letra de la planeación institucional se vuelva realidad”.
“Damos razón sobre el tejido institucional y sus alcances, desarrollamos y poseemos las competencias y las habilidades para atender la complejidad de la vida escolar, no necesitados de grandes tratados o de teorías, tan solo hemos descubierto la clave para insertarnos en la realidad  las personas y la dinámica de las instituciones”.
“Somos muy importantes en la vida de las instituciones educativas, se nos ha encargado la tarea de coordinar, asesorar, orientar y dinamizar el día a día institucional”.

Para cerrar su intervención, manifiesto: “Pareciera que somos invisibles ante los ojos de los grandes pensadores de la educación, los dirigentes, los pedagogos, los maestros, los estudiantes y los padres de familia,  ¿Qué sería de los rectores, las instituciones  y las comunidades educativas sin nuestra labor y aporte?”

El escenario de la educación integra varios actores que en muchas ocasiones quedan relegados al anonimato. Coordinadores, psicólogos y orientadores cumplen un  papel determinante en la formación de los estudiantes sin embargo, casi nunca se habla de ellos y de su más que importante labor.

Escuché atento toda su intervención, en tanto él hablaba, no percibí a un hombre que reclamaba reconocimiento, más bien revelé que aquellas frases estaban cargadas de competencia y experiencia, elementos indispensables en la elaboración de cualquier reflexión o discurso que en materia de educación, pedagogía, gestión y liderazgo se pueda realizar.

En todas nuestras instituciones existen esta clase de líderes, en su labor conjugan vocación, pasión y servicio elementos clave en la dinámica de la vida escolar. En este maestro con cargo de coordinador, en sus interrogantes y sus afirmaciones, hallé un universo de tareas que constituyen la materia prima para grandes reflexiones, muy conveniente sería crear escenarios en donde estos expertos se encontraran para compartir sus saberes y experiencias como aporte a la escuela que administramos, vivimos, queremos y soñamos.

Son muchos los que hablan de liderazgo, intervención, organización y dinámica de la escuela, otros se atreven a dar recomendaciones desde la periferia, sentados en sus escritorios, sin el contacto con la vida y la dinámica escolar.