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Escuelas que se piensen a sí mismas desde el uso de las TIC: más que un reto, una necesidad

Las TIC están convirtiéndose, día tras día, en un medio para transformar la manera como se enseña y aprende.

Agosto 22, 2017

A pesar de que, aparentemente, el mundo de hoy está en constante desarrollo, al menos desde las tecnologías digitales no hay una correspondencia con la evolución de la escuela. De hecho, las prácticas pedagógicas actuales distan de estar transformándose, más bien se han quedado detenidas en el tiempo, en la medida que los métodos y las actividades parecen ser las mismas de hace 50 años. Muy a pesar que lo anterior, pudiera plantearse como una verdad indiscutible, la preocupación permanente de algunos miembros de la escuela pudiera llevarnos a creer que estamos cerca de salir del marasmo. Sin embargo, eso dejaría de ser algo utópico, sólo si pensamos la escuela apoyándonos en las TIC.

La obsolescencia de los recursos materiales disponibles en las instituciones de educación, la infraestructura sin remodelación ni mantenimiento óptimo, la desfinanciación de la escuela pública, el acceso limitado o pobre a las tecnologías digitales, la animadversión hacia los recursos tecnológicos o su uso inapropiado por parte de los docentes –que no se auto observan-, falta de capacitación, son algunos de los obstáculos para llevar a las escuelas a unas condiciones mínimas para ser repensada desde el uso de las TIC. Por otro lado, el recurso humano ha venido renovándose en edad, pero sin el consecuente cambio de visión para procurarles a sus estudiantes otras posibilidades de aprendizaje poniendo a disposición de ellos las tecnologías de la información y la comunicación. Y los docentes de muchos años distan de entrar en el rol del uso de los dispositivos tecnológicos en sus labores pedagógicas.

Desde el anterior escenario, la gran tarea recae en el docente, no desde una posición pedagocéntrica, en el sentido de creer que el único responsable es él, sino más bien que desde su posición privilegiada impulse o motive a que los demás estamentos repiensen sus prácticas con la ayuda de la tecnología. Es en este sentido, que cada uno de los docentes, sin importar el grado de recursos TIC disponibles, debe renovar su quehacer a partir de las pedagogías activas como: aprendizaje por proyectos, aprendizaje cooperativo y aprendizaje basado en problemas, entre otros; en la medida que hoy por hoy la educación debe centrarse en el estudiante como protagonista y ya no más en el docente como amo y señor.

Por su parte, las TIC en la institución deben garantizar para todos una conexión permanente, lo cual implicaría que la actividad docente debe desbordar el aula y la sala de profesores hacia las aplicaciones, software, equipos digitales, smartphones, plataformas, blogs, y desde allí formar parte de una red, bien administrada, que promueva el diálogo permanente por la escuela. No se quiere con esto, acabar con la intimidad de los docentes, ni mucho menos frenar el diálogo –mirándose a los ojos- entre distintos estamentos, pero si brindarle de manera constante el acompañamiento en el uso pedagógico de las TIC.

Es desde allí que podemos repensar la escuela por dentro. Transformar las prácticas docentes implicaría en primer lugar un acto de constricción; de autobservación; mirar dentro de sí lo que te distancia del otro que a la vez hace de espejo; de comprender tu propio pensamiento; autoevaluarse. Posteriormente promover en las prácticas de aula el uso de una cantidad importante de recursos tecnológicos digitales tales como: Pixton, Cmaptools, Podcats, Facebook con fines académicos, SMILE, Google, Youtube, Plataformas, Blogs por mencionar algunos. Así mismo, promover el trabajo en equipo, la camaradería, el sentido del humor. Pensar es hilvanar los problemas con los propósitos de la escuela, favoreciendo la búsqueda y consecución de alternativas, las cuales no arrancarán en lugar diferente a nosotros mismos.

Concluyendo, podemos decir que las TIC, sin ser una mediación pedagógica per se, están convirtiéndose día tras día, en una condición sine quanon,  no para mejorar radicalmente el rendimiento de nuestros estudiantes, sino más bien, en un medio para transformar la manera como se enseña y aprende. Revolucionar la escuela implicaría que desde ese repensamiento permanente surjan iniciativas docentes novedosas que vayan sacando poco a poco a las instituciones de educación del anquilosamiento y desde allí llevarlas, con la ayuda de las TIC, a ser consideradas, lo que en teoría debieran ser, un motor de desarrollo, como una reivindicación permanente de nuestro papel en este constante devenir de nuestra sociedad que se prepara ahora para enfrentar el uso amplio de las tecnologías. Una escuela transformada la constituyen maestros que tienen una experiencia de sí, es decir, una escuela que se piensa a sí misma.

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Escrito por
Maestrante en pedagogía de las TIC de la Universidad de La Guajira
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Laura María Pineda
Gran Maestra Premio Compartir 1999
Dar alas a las palabras para que se desplieguen por la oración y vuelen a través de los textos para que los estudiantes comprendan la libertad del lenguaje.