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La educación no es una carrera de 100 metros, es una maratón

"No sólo le enseñes a tus hijos a leer... enséñales a cuestionar lo que leen.  Enséñales a cuestionarlo todo." George Carlin 

Septiembre 19, 2015

Por lo general el ser humano siempre busca con mayor ahínco las respuestas y en el camino de las preguntas se agobia y fatiga, es de alta importancia entender que es el proceso el que nos permite llegar a objetivos. Cuestionarse siempre será esa herramienta que moviliza toda nuestra capacidad como seres vivos y pensantes.

En dos días un grupo de jóvenes reunidos por un mismo sueño me enseñó el valor de cuestionar las verdades sobre la educación, de quienes la divulgan y las infinitas maneras de propagarla.

Hace unos días participé en el taller del movimiento Todos por la Educación que se llevó a cabo en Medellín. En dos días un grupo de jóvenes reunidos por un mismo sueño me enseñó el valor de cuestionar las verdades sobre la educación, de quienes la divulgan y las infinitas maneras de propagarla. Cuestionarse entonces se convirtió en la mejor herramienta aprendida para hacer ruido sobre este sector tan olvidado por muchos de nosotros.

Sólo cuando reflexionamos somos capaces de ir más allá, de crear nuestra propia forma de pensamiento, de cultivar nuestra inteligencia, de desaprender conocimientos adquiridos, de escuchar y desarrollarnos como humanidad. Sólo cuando preguntamos somos capaces de cambiar el mundo y sobretodo la manera como creemos debemos exigir por la educación.

El taller tenía por objetivo brindar herramientas a jóvenes líderes regionales para que lograran movilizar la educación como un sector prioritario en sus regiones (Quibdó, Cartagena, Bogotá, Medellín, Cali y Manizales). Durante dos días, expertos enseñaron técnicas de incidencia y movilización para informar adecuadamente a la ciudadanía sobre el derecho que esta tiene a exigir una educación de calidad.

Sin embargo, las expectativas cambiaron cuando nos dimos cuenta que por incidencia y movilización los ideales de cada uno eran diversos e infinitos, ¿cómo entonces debíamos trazar un mismo objetivo cuando los intereses y necesidades variaban de región a región? Fui consciente y participe de un afán compartido: una mejor educación para todos los colombianos. Pero quedó claro que “de las carreras no queda sino el cansancio”, todos queremos correr para lograr nuestro objetivo pero es necesario tomar una pausa y escuchar las necesidades reales, las locales, las del vecino.

En aras de propagar lo que otros líderes y yo consideramos un bien común, nos dispusimos a apresurar un proceso que de por sí ya es lento. Antes de decretar teníamos que aprender a escuchar y en un consenso materializar los mejores mecanismos que permitan soluciones puntuales según regiones y sociedades.

El diagnóstico se convirtió en un reto motivador. Debíamos en dos días desaprender de los conocimientos previos que teníamos sobre el sector y la supuesta manera como lograríamos que la ciudadanía entendiera el ruido que queríamos hacer para poder construir unas leyes más incluyentes. Si queríamos lograr que la ciudadanía de cada una las regiones dejara ese silencio e indiferencia absoluta en torno a la educación, debíamos entender que la carrera iba más allá de los 100 metros, teníamos que entrenarnos para correr una maratón y es que si  bien Medellín es una de las ciudades dispuestas a asumir este tipo de desafíos, ciudades como Quibdó se han sumado a este tipo de iniciativas haciendo que nuestro compromiso  con la sociedad sea cada vez más fuerte.

Sólo cuando reflexionamos somos capaces de ir más allá, de crear nuestra propia forma de pensamiento, de cultivar nuestra inteligencia, de desaprender conocimientos adquiridos, de escuchar y desarrollarnos como humanidad.

Este fin de semana tendré la fortuna de viajar a Quibdó aprovechando que desde hace un tiempo la Fundación Compartir, tuvo conocimiento de la campaña “Yo no vendo mi voto, yo amo al Chocó”, liderada por jóvenes interesados en mejorar el futuro de su ciudad a través de pedagogía ciudadana.

Desde la Fundación Compartir se hace una apuesta a este tipo de movilizaciones en la búsqueda de un escenario en el que los diversos actores la sociedad se integren, se informen sobre las propuestas de los candidatos, cuestionen si estas propuestas responden de manera idónea a las necesidades de la población y logren hacer una veeduría que permita determinar si se está cumpliendo con las promesas hechas por los candidatos.

Medellín y Quibdó son la punta de lanza en un proceso de integración que busca demostrar que la educación es el corazón de un país sin indiferencia

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Luis Fernando Burgos
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