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La etiología del malestar docente

Consciente de la importancia del clima laboral para el bienestar y la salud de los educadores, el profesor Carlos Abril se propuso rastrear indicios de malestar e identificar sus causas.

Agosto 4, 2017

El primer paso en el proceso de investigación que inició el profesor Abril, fue una documentación exhaustiva que le permitió establecer las categorías preliminares de su análisis: indagaría acerca de la percepción de los maestros acerca del ambiente institucional, las situaciones estresantes y sus estilos de afrontamiento, así como sobre los patrones relacionales, la articulación del principio de autoridad, y las ideas, emociones y sentimientos que se entretejen en torno a estos aspectos coyunturales y que van configurando el clima laboral e incidiendo en el bienestar o malestar docente dentro de la institución.

Con este propósito en la mira, el siguiente paso consistió en el diseño de los instrumentos que permitirían recolectar ese tipo de información: una encuesta, entrevistas semi-estructuradas y el desarrollo de un grupo focal serían los mecanismos de indagación. La aplicación de la encuesta, en la primera fase de sondeo, evidenció la existencia de malestar docente en la institución.

Se destacan entre otros los siguientes Resultados:

“El 23% de las docentes y el 20% de los docentes encuestados, considera que la comunicación de instrucciones referidas a su trabajo no son claras, lo que incide negativamente en la ejecución de actividades y en los logros alcanzados.

El mismo porcentaje de mujeres y hombres, respectivamente afirma haber percibido algún tipo de hostilidad de parte del Rector. El 62% de las docentes acusa falta de interés por su trabajo por parte de sus compañeros, y un 38% advierte ese desinterés por parte de las figuras directivas. El 20% de los docentes tiene la misma percepción con respecto a sus compañeros y el 30% nota desinterés por parte de los directivos”.

La segunda fase del sondeo consistió en la aplicación de una entrevista semi-estructurada a 18 docentes y directivos. A partir de la trascripción y análisis de la misma se pudieron establecer diversos aspectos de desequilibrio que inciden como variables en el malestar de los educadores dentro de la institución.

“En primera instancia, existe una percepción negativa por parte del docente con respecto a sus condiciones de trabajo: la sobrecarga laboral generada por las políticas de gratuidad y cobertura que desconocen las condiciones de las instituciones, y la insatisfacción con respecto al salario y la excesiva asignación de funciones de tipo administrativo, son, entre otros factores, causa de molestia y desazón entre los profesores del colegio Antonio Villavicencio, que inciden en detrimento del ambiente organizacional”.

Por otra parte, la gestión institucional del tiempo es percibida como un factor interferente en la posibilidad de logro en el ejercicio docente: los maestros se sienten urgidos en el desarrollo de sus funciones y esto es detonante de sensaciones de ansiedad y frustración.

Así mismo, la percepción sobre los otros y sus actitudes, se convierte en factor de malestar: hay maestros que se consideran muy comprometidos con su labor y con la institución, pero encuentran que algunos de sus compañeros “se limitan a lo básico, se resisten al cambio y no colaboran en las actividades colectivas”.

Esta tensión genera situaciones cotidianas que poco a poco impactan el ambiente laboral. Adicionalmente, existe una percepción generalizada de intransigencia por parte de las figuras de autoridad y la sensación de tener que someterse a decisiones impuestas desde las instancias administrativas, sin concurso en su reglamentación.

La entrevista permitió también caracterizar dificultades interpersonales que atentan contra el clima laboral: se detectó que algunos maestros son víctimas de burlas y comentarios irrespetuosos por parte de sus compañeros.

En esta dinámica de tensiones, se consolidan diadas y subgrupos de apoyo que permiten a los docentes paliar el malestar asociado. Finalmente, se encontraron indicios de correlación entre los patrones relacionales descritos y el surgimiento de cuadros patológicos entre los docentes.

Después del análisis discursivo de la información recolectada a lo largo de su investigación, el profesor Abril recomienda promover acciones puntuales de fortalecimiento personal y grupal que permitan la detección temprana de situaciones generadoras de malestar docente: “Los fenómenos de estrés, malestar docente y enfermedad ―afirma― no deben ser interpretados como una cuestión particular: en su manifestación se están condensando situaciones que afectan la dinámica institucional, que quizás por aspectos personales, surgen en una persona y no en otra, pero que indican una disfunción que debe ser intervenida de manera integral y colectiva. A pesar de que las políticas actuales puedan resultar adversas, la escuela debe ser sujeto de su realidad y debe agenciar los procesos de cambio que garanticen el cumplimiento de su misión”. 

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Directivo Docente Coordinador SED Bogotá
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Gustavo González Palencia
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