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La primera vez
Llegó el momento de aplicar los conocimientos en la escuela de práctica
Pero antes de eso tenemos que planear las clases, pensar en unas actividades emocionantes para que los estudiantes no se aburran e implementar una metáfora divertida para el proyecto de aula. En ese momento de preparación empezamos a pensar como niños, a preguntarnos si en realidad les gustaran y funcionaran las actividades que llevas. Al presentar tus planeaciones a tu maestra de práctica se realizan unas observaciones, te felicitara, te corregirá, pedirá algún cambio.
Después de hacer las correcciones pertinentes estas lista para ir a la práctica. Y empezamos a preguntarnos: ¿Cómo será el salón? ¿Los niños me querrán? ¿Si haré las cosas bien? ¿No se me olvida nada? Comienzan los nervios.
Mi primera práctica la realicé en la I.E.D. Liceo Samario Sede II, Santa Marta en el grado 3°A, en compañía de mis dos compañeras de grupo de investigación, subí las escaleras con muchas ansias, pasar al salón y ver a todas las miradas concentradas en cada movimiento que realizas. Nos presentamos, en el momento en que dices cuanto tiempo te quedarás ver esa sonrisa que aparece simultáneamente en el rostro de tus pequeños.
Empezamos con las clases todos muy atentos a lo que dices y escribes en la pizarra seguimos con la actividad que preparaste para ellos, todos participativos y emocionados por el material.
Al sonar el timbre de receso bajamos, llegamos al patio y todos rodeando a las nuevas practicantes, hacían preguntas sobre nuestras vidas personales, habían algunas niñas que te agarraban, jugamos y llegó el fin del receso.
Llegó el fin del día, dos estudiantes me dan un abrazo espontáneo y de repente nos encontramos en un abrazo de todo el grupo, ese abrazo te llena de sentimiento y te das cuenta que todo el esfuerzo está valiendo la pena.
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