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La vergüenza del plagio

Aunque sea tristemente común, el plagio debe ser castigado y presentado como una práctica antiética.

Mayo 12, 2016

Uno de los primeros casos documentados de plagio ocurrió hacia el siglo I en el imperio romano, cuando el emperador Augusto elogió unos versos que habían aparecido en la puerta de su palacio. El poeta Batilo se atribuyó su autoría, lo que enfureció a Virgilio, el verdadero responsable de dichos pasajes. En venganza, Virgilio escribió un verso inconcluso debajo de la obra original y retó a Batilo a que concluyera el poema. Batilo fue incapaz de realizar esta tarea y su plagio quedó expuesto, gracias a la astucia de Virgilio.

El plagio ha estado presente en muchos segmentos de la historia y tristemente, es más común de lo que se cree. Sin embargo, el plagio empezó como tal a ser condenado cuando la atribución intelectual de cierta obra o invención tomó relevancia. Sin la atribución intelectual, el plagio no tiene forma ni sentido.

Por supuesto, el plagio no existe hasta que se realiza la comparación con respecto a una obra antecesora: sin contraste no es posible detectar si en efecto un texto se trata de una obra original o no. Es entonces cuando se concluye que: “El plagio, puesto que es fruto de una interpretación, no existe como tal hasta que no es ‘descubierto’, siendo el método denominado de “los pasajes paralelos” la herramienta preferida por los autores que denuncian la falsa autoría u originalidad de un texto”[1].

Aunque el plagio sea común, su difusión como práctica ante la escasez de ideas se debe acabar y debe ser condenada en la sociedad. Es posible tomar inspiración y recurrir a otros referentes para nuevas creaciones, pero, si se toman elementos con cierta precisión la atribución se hace necesaria. Y en nuestras escuelas el plagio no debe ser alentado, sino castigado y expuesto.

Si yo hubiera incluido la anterior cita sin comillas, mi texto tendría plagio ya que la base del robo de propiedad intelectual se fundamenta en la ausencia de atribución. Sin embargo, cuando se trata de una obra muy similar en su base con simples detalles cambiados también se habla de plagio, y en este caso hay un esfuerzo por enmascarar a la pieza original y confundir al lector.

Aunque el plagio sea común, su difusión como práctica ante la escasez de ideas se debe acabar y debe ser condenada en la sociedad. Es posible tomar inspiración y recurrir a otros referentes para nuevas creaciones, pero, si se toman elementos con cierta precisión la atribución se hace necesaria. Y en nuestras escuelas el plagio no debe ser alentado, sino castigado y expuesto, tal y como hizo el poeta Virgilio ante el plagio de Batilo.

Desafortunadamente, los casos de plagio siguen siendo comunes y pareciera que lo malo no fuera el robo intelectual en sí, sino la falta de astucia para evitar ser descubierto. Asimismo, el hecho que personalidades ‘distinguidas y honorables’ recurran al plagio no ayuda a que la recurrencia de esta táctica deshonesta disminuya. Es triste, por ejemplo, el caso de plagio en manos de Gina Parody, quien fue denunciada por la senadora del partido liberal Sofía Gaviria Correa al presentar un proyecto de ley para crear la Agencia Nacional para la Alimentación Escolar (ANA). A pesar de negar las acusaciones, en últimas se comprobó que efectivamente la jefa de la cartera educativa robó pasajes textuales [2]de una propuesta de ley que no es de su autoría. Un hecho triste, sobre todo viniendo de la líder que pretende llevar al país a la calidad educativa.

En las aulas, el plagio debe seguir siendo visto como un acto reprochable. No se trata de un simple descuido, sino que es además un irrespeto al trabajo de otras personas que desarrollaron ideas, obras o cualquier otro producto y merecen crédito. Aunque el plagio sea común, nuestros estudiantes deben crecer con la idea de lo nocivo que es el plagio para un país y de la clase de delito condenatorio que es en realidad este robo descarado de ideas.

Fuentes

www.diagonalperiodico.net/humor/breve-historia-del-plagio.html

www.e-sorbonne.fr/sites/www.e-sorbonne.fr/files/theses/These_LePlagiat_KevinPERROMAT.pdf

blogs.unir.net/2197-breve-historia-del-plagio

[1] Fuente: www.e-sorbonne.fr/sites/www.e-sorbonne.fr/files/theses/These_LePlagiat_KevinPERROMAT.pdf

[2]  www.elespectador.com/noticias/educacion/si-hay-plagio-de-mineducacion-proyecto-de-ley-de-alimen-articulo-630918

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Comunicadora social y periodista
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Gustavo González Palencia
Gran Maestro Premio Compartir 2008
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