No soy lo que escribo, soy lo que tú sientes al leerme

El mundo de hoy cambia demasiado aprisa. Es un ir y venir de inventos, de tecnología, de adelantos, de progreso. Es urgente un cambio. Se necesitan niños que puedan enfrentar retos, niños con capacidad para cuestionar, para soñar y para demostrar que se puede lograr lo que se quiere.

Me tracé un objetivo cuando llegué a esta escuela de la vereda Bancos de Páramo, sede de la I.E. Técnico Industrial del municipio de Garagoa (Boyacá). Después de haber trabajado año y medio y darme cuenta lo que faltaba, quise cambiar las mentes de los niños y que ellos entendieran que esta actividad convertida en hábito, sería la única que nos ayudaría a transformarnos en mejores seres humanos: La Lectura.

Leer un libro es un placer. Es el camino para adueñarnos del mundo y formar parte de ese cambio que todos soñamos. Una lectura que se disfruta es una conquista plena. Hay una condición esencial que hará que este regalo sea único y que sea para siempre, el placer que nos produce y nos invade el alma para quedarse allí intacto y disponible.

No solo deseaba que los estudiantes aprendieran a amar los libros y se interesaran por leerlos, sino que además entendieran lo que leían. Y se convirtió en mi reto: leer, transformar. Sabiendo que es la actividad más importante para poder sobresalir en cualquiera de los campos y obtener lo que se anhela: “calidad en la educación”. Siempre se me escucha decir: “el que lee ya sabe todo”, pues es capaz de analizar, redactar, argumentar y su vocabulario aumenta; esta es la clave para obtener el triunfo, para alcanzar la cima.

¿Mi sueño? Que se recreen, que quieran y conozcan mundos fantásticos poblados por princesas, príncipes, brujas, piratas, gnomos, monstruos. Ese mundo misterioso y desafiante que paso a paso descubre que se puede conquistar. Solo basta abrir sus pastas y ahí está, al alcance de nuestras manos, ahora podrían tener las batallas, las conquistas y el amor que deseaban si permitían que los libros los sedujeran y llegaban a sentir fascinación por ellos.

Poco a poco empecé por comprarles libros, uno dos, tres, cuatro y así empezamos a tomar sus páginas para conocer e indagar algo que era distinto para ellos. Seguiré siendo participe de este universo de letras. Aprovechando los libros que compraba empezamos este viaje alucinante de escritores, de luchas, de poder, de gustos.

Primero fueron lecturas pequeñas, composiciones cortas, comprensiones lúdicas, así iniciamos una carrera de lectores principiantes que llevados de la mano de la imaginación y con actividades innovadoras van descubriendo cosas que nos  enseñan  amar y disfrutar los libros.

Antes de iniciar labores, piden la lectura de un cuento o un micro cuento, exigen el concurso de lectura, las comprensiones, los juegos…No ha sido fácil. Las TIC, los cuentos dibujados, las lecturas, el concurso, el videobeam, las narraciones de “Cuentos para jugar” de Danny Rodary se han convertido en los mejores aliados para una   motivación permanente.

Ahora los alumnos de cuarto y quinto empiezan a escribir sus primeros cuentos. ¡Qué gran adelanto! Estos pequeños, que antes me decían que los libros no se podían tocar,  porque se dañaban, están leyendo, participando… escribiendo. Que satisfacción haber despertado la curiosidad y el gusto inexplicable por lo que siempre he amado: los libros; ellos hacen que nuestro mundo sea mejor, nos sirven de escape, para olvidar por un momento, por una noche por un día la dura realidad en que vivimos.

Si bien es cierto que debemos estar informados, no es para nada motivante ver un noticiero donde todo es violencia, maltrato, abuso. Si estamos luchando por cambiar el mundo, por equidad, porque los niños no pasen hambre, porque sean el futuro de nuestra patria…Entonces debemos seguir insistiendo en la lectura, que lean y lean para aprender, para soñar, para conquistar, y así poco a poco querrán saber más; porque derrotando la ignorancia lograremos transformar el mundo. Así alcanzaremos la paz tan anhelada, tan soñada, llena de justicia, e igualdad social.