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Aprendizaje Servicio (ApS): otra manera de formar

El Aprendizaje Servicio (ApS) es una metodología que reta a los profesores y estudiantes; es, a la vez, una oportunidad para pensar la educación de otra manera.

Agosto 23, 2015

Desde numerosas perspectivas teóricas, son muchas las críticas que se le hacen a la educación actual y al cómo los diversos sistemas educativos parecen preocuparse exclusivamente por los resultados académicos de los estudiantes (especialmente en matemáticas y lenguaje) para así producir seres humanos obedientes y normalizados que están al servicio de las tensiones económicas del consumo; es decir, el sistema educativo produce trabajadores con poco sentido crítico y se desdibuja la formación humana a la que está llamada la educación.

Como una de las posibles rutas para hacer resistencia a lo anterior, aparece el Aprendizaje Servicio (ApS) el cual puede entenderse como “una metodología pedagógica con alto poder formativo (…) que combina en una sola actividad el aprendizaje de contenidos, competencias y valores con la realización de tareas al servicio de la comunidad” (Puig-Rovira, 2009, p. 9).

Esta metodología, que pone su acento en el servicio como una opción pedagógica, posibilita aprendizajes que impactan el sistema de relaciones sociales de quienes participan de ella, afectando a la comunidad. De esta forma, en el ApS la simple teorización o crítica de las situaciones sociales no basta, pues se necesita actuar para transformar aquellas problemáticas identificadas como oportunidad de aprendizaje.

Al parecer, existen variadas experiencias de servicio que se vinculan con el aprendizaje; sin embargo, la expresión service learning fue usada probablemente por primera vez en 1966 (Trilla, 2009, p. 33) para nombrar la metodología que estamos definiendo. La expresión pasará al castellano con la denominación de ApS y, como lo indica Tapias (2008), en su configuración existe gran influencia teórica de Dewey y Freire, tanto en Estados Unidos como en América latina.

Ahora bien, el ApS va más allá de los servicios de voluntariado, el servicio comunitario, las pasantías, las prácticas profesionales (Furco, 1996) o la caridad; por ello, lo fundamental de esta propuesta es que los participantes lleguen a identificarse como actores comprometidos con la sociedad mediante el servicio que prestan y, adicionalmente, que se logren desarrollar situaciones de aprendizaje.

Cabe mencionar, que si se desea poner en marcha un proyecto de ApS deben considerarse, al menos,  algunos aspectos importantes que se mencionan a continuación.

Parte de necesidades concretas. Como el objetivo es impactar a la comunidad se deben identificar aquellos aspectos problemáticos que merecen atención y sobre los cuales se desea intervenir. Es clave que, en lo posible, esas oportunidades de servicio salgan de la iniciativa de los estudiantes.

Inicia y continúa con lo simple. Las acciones de servicio inician con cosas sencillas, que pueden parecer de poco alcance, pero que poco a poco permiten ganar en profundidad. Por ello, las pequeñas acciones son una oportunidad para promover el ApS.

Es aprendizaje. En el ApS se debe aprender algo, y aun cuando el aprendizaje de valores es lo fundamental, se pueden tener por pretexto ciertos contenidos de áreas concretas como matemáticas, lenguaje, informática etc. Así, aprenden las dos partes involucradas en la experiencia de servicio.

Promueve la reciprocidad. Las acciones de ApS deben ser de doble vía; es decir, no solamente alguien con mayores conocimientos enseña algo a otro, sino que ese otro también enseña. No basta con que se incentiven acciones de intervención sino que se necesita que quienes desarrollen el servicio, comprendan que a cambio crecen como seres humanos y aprenden de aquellos a quienes acompañan.

Implica trabajo. No basta con criticar cierta situación, en el ApS es vital que se promuevan acciones concretas. En estos términos,  la cooperación y el trabajo en equipo suelen ser el eje articulador de las acciones. No se trata de un trabajo funcional, sino de una actitud donadora en el que los individuos dan de sí.

Integra entidades sociales. Es fundamental lograr que se integren diversos actores sociales y, especialmente, entidades (públicas y privadas) que puedan ayudar a constituir redes de cooperación. Esta situación es fundamental para que los proyectos de ApS posean alcance social y se articulen, si fuese el caso, dentro de la agenda de política pública.

Debe evaluarse. Como la mayoría de las acciones humanas, el ApS debe evaluarse continuamente para redefinir las acciones.

Con todo lo anterior, queda en evidencia que para el estudiante el ApS se convierte en una herramienta poderosa para promover aprendizajes significativos. Pero ¿qué pasa con el profesor? Es claro, el maestro no queda intacto, pues necesariamente debe transformar sus prácticas y hacerlo de manera reflexiva de forma tal que en esta opción metodológica el centro no puede ser la enseñanza de ciertos contenidos de cara a las mediciones estandarizadas a nivel local, nacional e internacional. Y puesto que el ApS es una manera de formar, exige intervención seria y sistemática del profesor que se entiende como pedagogo que decide hacer las cosas de otra forma.

En España y Latinoamérica existen variadas experiencias de ApS, pero en Colombia son escasas; por ello, deseo resaltar el trabajo de un grupo de profesoras del sector oficial (ocho en Bogotá y una en Chía, Cundinamarca) quienes con las restricciones propias al desarrollar propuestas innovadoras, han decidido modificar sus acciones pedagógicas con base en la metodología del ApS. Con estas maestras hemos iniciado procesos de implementación de esta iniciativa educativa buscando transformar las prácticas pedagógicas e impactar a la comunidad.

Estas colegas son: Sandra Milena Usaquén Beltrán, colegio Álvaro Gómez Hurtado; Norelis María Pizarro Fontalvo, colegio Manuel Cepeda Vargas; Lyz Ángela Hernández Taita, colegio Ciudad Bolívar Argentina; Luz Marcela Amín Cifuentes, colegio Paraíso Mirador; Yenny Liliana Gómez Bello, colegio San José Norte; Heisel Milena Quesada Buitrago, colegio Colombia Viva; Diana Peñaranda, colegio San José; Dioselina Velandia Gutiérrez, colegio Rodrigo Lara Bonilla y Soraya Constanza Catillo Rojas, colegio Laura Vicuña - Chía A ellas una voz de aliento en esta tarea innovadora.

Para concluir, puedo decir, sin temor a equivocarme, que el ApS –como propuesta alternativa en la educación– puede brindar alternativas para pensar otras opciones formativas para nuestro país, más acordes con la búsqueda de la anhelada paz.

 

Para saber más:

El ApS ¿qué es?

El ApS ideas clave

 

Referencias

  • Furco, A. (1996). Service‐Learning: A Balanced Approach to Experiential Education.
  • Expanding Boundaries: Service and Learning. Washington: Corporation for National
  • Service, 1996.
  • Puig-Rovira, J.M. (coord.) (2009) Aprendizaje servicio (ApS). Educación y servicio cívico. Barcelona, Graó.
  • Tapias, M.N. (2008). Calidad académica y responsabilidad social: el aprendizaje servicio como puente entre dos culturas universitarias. En: Martínez, M. (Ed.) Aprendizaje servicio y responsabilidad social de las universidades. Barcelona: Octaedro.
  • Trilla, J. (2009). El aprendizaje servicio en la pedagogía contemporánea. En: Puig-Rovira, J.M. (coord.) Aprendizaje servicio (ApS). Educación y servicio cívico. Barcelona, Graó. 
*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.