¿Cómo construyen los jóvenes la autonomía y la participación?

Las actuales preocupaciones acerca de cómo formar ciudadanos comprometidos con el país y con sus instituciones, conducen a la reflexión acerca de cómo se da en la vida cotidiana, y en los diferentes contextos, la relación entre el ciudadano, el Estado y sus instituciones. Desde este punto de vista, se ve la necesidad de replantear la práctica política que mantiene a los ciudadanos y ciudadanas al margen de la participación y de la toma de decisiones.

Se destaca, entonces, pensar en los pilares fundamentales de una formación política que pueda garantizar en cada sujeto la capacidad de participar y de ejercer su autonomía, para aportar colectivamente en la toma de decisiones que afecten su comunidad local o nacional. Desde esta óptica se espera que cada ciudadano y ciudadana esté preparado para asumir su protagonismo en la vida política, aportando en la construcción de lo público.

¿Y qué es lo público? Hanna Arendt dice al respecto: “cualquier cosa que el hombre haga, sepa o experimente sólo tiene sentido en el grado en que pueda expresarlo. Tal vez haya verdades más allá del discurso, y tal vez sean de gran importancia para el hombre en singular, es decir, para el hombre en cuanto no sea un ser político, pero los hombres en plural, o sea los que viven, se mueven y actúan en este mundo, sólo experimentan el significado debido a que se hablan y se sienten unos a otros a sí mismos”.

En este contexto, los ciudadanos sólo podrán serlo en la medida en que puedan discutir y llegar a consensos sobre lo que es de interés común y propio.

Con el objetivo de poder identificar cómo lo público se vivencia y se asume en la escuela, la Facultad de Educación de la Universidad Externado de Colombia, en convenio con el IDEP, viene adelantando un proyecto de investigación denominado "La escuela y la construcción de lo público", con diez colegios' del Distrito Capital.

Ahora bien, la tarea se toma interesante en la medida que desde una mirada pedagógica, se desea desmitificar aquello con lo cual comúnmente se ha asociado lo público: con lo oficial -lo estatal-, lo legal. Porque, de hecho, la costumbre nos ha llevado a considerar que desde otras esferas u organizaciones provienen las decisiones de qué debemos hacer, pensar, decir.

La indagación realizada en este proyecto, acerca de las vivencias, las representaciones y las concepciones que de “lo público” llenen los actores en la escueta, permitió diseñar escenarios en los cuales la interacción fue la fuente principal de información que condujo al equipo de investigación a te afirmación de que “la escueta es un espacio insustituible para la construcción de relaciones democráticas, propias de una nueva cultura política”.

La vida en la escuela se ev1dencia desde la generación de una cultura de la participación, en donde docentes y alumnos se sientan poseedores de un legítimo desarrollo del sentido crítico frente a las lógicas que circulan en su institución, percibiendo que podrían ser mejores de lo que son- Esto Implicaría tocar lo intocable, lo que ha sido mitificado o idealizado.