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La educación se dice de muchos modos: vocaciones vitales de 9no a 11vo grado

Desarrollando las vocaciones vitales de los adolescentes como pasaporte para una vida más plena 

Junio 4, 2015

Hace unas semanas atrás en “La escuela como fábrica: la historia oficial” exploramos una historia oficial harto debatible. La de que la escuela no había cambiado en dos siglos, que los métodos de enseñanza eran tan fútiles hoy como lo habían sido un siglo o dos atrás, que entrar en un aula hoy (a diferencia de lo que ocurre en un quirófano, una startup o en un laboratorio de alta tecnología) nos deja en el mismo tipo de espacio que habitaron generaciones anteriores hace mucho pero mucho tiempo atrás. Nada de lo cual es rigurosamente cierto.

Hoy seguiremos en esa senda recurriendo a ejemplos de cierta escala que pretenden modificar las salas de clase y lo hacen desde perspectivas llamativas, inesperadas o sorprendentes por los motivos más diversos. Ya sea porque proponen diseños curriculares inéditos y sumamente discontinuistas (como lo están haciendo los Jesuitas con el "proyecto 2020), porque se animan a reinventar los espacios de aprendizaje (como las escuelas Vittra en Suecia), porque se animan en nuestros países a anteponer al cierre de la brecha analógica mediante la inclusión digital (como en el "Plan Ceibal” en Uruguay).

Resulta curioso que existiendo tantos ejemplos de renovación educativa en el mundo los mismos no estén sistematizados, tamizados según criterios erarios y pedagógicos, y a disposición de numerosos directivos, docentes y escuelas, que podrían querer replicarlos, adaptarlos o mejorarlos.

Estamos demasiado atados a las consignas ministeriales, a las decisiones “top-down”, a los consejos y propuestas de los expertos educativos que siguen operando como si las políticas públicas se aplicaran a entes racionales (los docentes, los alumnos y los padres). Algo que decididamente no ocurre como por fin parece haber descubierto el Banco Mundial en su reciente informe 2015.

Mientras aquí y allá una combinación afortunada de ideas claras, socios inesperados y fondos que a veces recaen en buenas manos se convierten en modelos de anti- o pos-proyectos que señalan buenos caminos a compartir y recorrer juntos.

Es el caso de “construyendo mundo” (@HuilaCMundo), una iniciativa trienal financiada con recursos del Fondo CTel del Sistema General de Regalías en Colombia suscripto entre el Departamento del Huila, la Corporación Politécnica Nacional y la Universidad Surcolombiana.

Aparentemente el proyecto no parece estrictamente educativo ya que apunta más al desarrollo social a través de la apropiación de ciencia y tecnología enfatizando temas de competitividad, productividad, economía del conocimiento.

Sin embargo, la forma en que el proyecto formula una pregunta clave ¿Cómo fomentar una cultura de la innovación desde el sistema educativo? se está implementando de la mano de un equipo joven y arriesgado encabezado por Carlos Camilo Madera Sepúlveda y acompañado por Rafael Sánchez y Patricia Díaz, se enfoca en el desarrollo del talento humano, el desarrollo de una plataforma tecnológica de investigación y la construcción de un sistema de relacionamiento social tiene numerosos aspectos educativos que merecen ser destacados.

Más concretamente el proyecto se apoya en 3 objetivos estratégicos:

  1. Formar gestores de conocimiento.
  2. Desarrollar un sistema de información en el departamento
  3. Monitorear el impacto en el desempeño productivo de la capacidad de apropiación de conocimiento por parte de las comunidades académicas del departamento.

A nosotros el objetivo que más nos interesa es el primero por la peculiar estrategia que los diseñadores del proyecto imaginaron. Todos sabemos que la flexibilidad cognitiva se va enrareciendo con el paso del tiempo. Cuando los estudiantes (el porcentaje sumamente bajo que lo que hace en nuestros países) finalmente deciden qué estudiar (basados en factores sumamente dispares y condicionados en gran parte por su capital social ampliamente mal distribuido), la suerte esté echada. En el camino que va de la escuela primaria a la secundaria y finalmente hasta quienes terminan ésta, el desgranamiento es mayúsculo, las posibilidades de reversión mínimas.

En Colombia de cada 100 estudiantes que entran a la primaria, 59 la terminan, 21 entran el universidad, 12 se gradúan, 9 trabajan y solo 3 lo hacen de la carrera o especialidad que estudiaron (3% de eficiencia formativa). ¿Cómo no necesitar proyectos como éstos para mejorar sensiblemente este desastroso panorama?

Mucho más interesante que seguir haciendo juegos de adivinanza sobre cómo cambiar el curriculum, cómo formar docentes, cómo introducir tecnologías en el aula, o cómo copiar (generalmente mal y a destiempo) ejercicios de mejora de la calidad educativa en otras latitudes, es avanzar en un diseño ontológico de los estudiantes.

Esta es la fuerza impar de este proyecto orientado a la identificación de las vocaciones vitales de los jóvenes de 9, 10, y 11 grado, la capacidad de hacerse responsables de su propio futuro, la capacidad de reconocerse y de reconocer al otro, para “construir mundo juntos”.

Para lograr este diagnóstico ontológico se está trabajando de manera directa con 300 directivos de las instituciones educativas, 50 bibliotecarios y 1500 docentes de los cuales 100 serán gestores de conocimiento, y de manera mediada con 19.500 estudiantes y al menos un padre de cada estudiante.

Para apoyar el proceso en las instituciones hay 25 gestores de conocimiento externos a la comunidad educativa, quienes están mediando entre los expertos en comunidades de aprendizaje y práctica y la comunidad educativa (estudiantes, padres y docentes) para fortalecer la gestión del conocimiento, uso y aplicación de objetos virtuales de aprendizaje y capacidades comunicativas y tecnológicas. Mientras a lo largo del proyecto se desarrollaran 300  proyectos de investigación como ONDAS donde la investigación es una estrategia pedagógica.

Emprendimientos como estos necesitan por un lado de liderazgo y atrevimiento, pero sobretodo de infraestructura tecnológica. Son costosos, difíciles de implementar y rara vez accesible masivamente, especialmente en zonas rurales o lejos de las ciudades más importantes. Por ello el proyecto lleva en su haber la conexión de 50 instituciones educativas a Internet, una zona Wifi con un radio de 400 mts con un ancho de banda de 20 Mb (el actual no sobrepasa cuando lo hay de los 2 Mb).

Por su parte las bibliotecas tendrán acceso a una red académica de alta velocidad (RAAV) tipo  Renata, y todo el esfuerzo estará destinado a abrir los repositorios y a conectar a  alumnos, padres y maestros a fuentes cada vez más amplias de información.

Todo lo anterior suena a palabras bonitas y a buenos deseos. El camino de la innovación pedagógica está lleno de buenas intenciones que generalmente fracasan estrepitosamente sobre todo por las tendencia “tecnohólicas” de sus implementadores (Bergstein, 2015).

No es el caso y nos tocó vivirlo en persona al participar del Primer Congreso Internacional Apropiación Social de Ciencia, Tecnología e Innovación. Huila 2032, Hacia una sociedad de conocimiento que tuvo lugar los días 27 a 30 de Mayo en Neiva, departamento del Huila. Allí nos dimos cita una treintena de investigadores, docentes y analistas de fenómenos de la cultura digital quienes en tres días consecutivos (dedicado el primero a la ciencia, el segundo a  la tecnología, y el tercero en donde tuve la oportunidad de  participar con dos ponencias: Labs, polímatas y banda creativas. El jaqueo de casi todo y Teaching machines: de los robots buenos y de los robots malos y del futuro de la educación en sus manos  a la innovación.

Aquí el programa completo:

 

Presentación tomada de: issuu.com

Resultó muy llamativo dar estas plenarias ante centenares de chicos (1500 en forma presencial y unos 9000 que lo siguieron por streaming). Mayoritariamente mujeres, religiosamente uniformados, disciplinados, asistiendo a eventos como si se tratara de una charla TEDx Youth.

Las presentaciones no siempre estuvieron orientadas hacia ellos, hubo más de un expositor que no respetó la banda etaria, y nada casualmente los chicos se sintieron más atraídos por los temas vinculados a la cultura digital (videojuegos, comics, cine, startups y emprendedurismo) que a los temas científicos y tecnológicos convencionales.

Tuve oportunidad de hablar con muchos de ellos, de ser entrevistado reiteradamente por ellos, de conversar con los directores del proyecto y con colaboradoras de primera calidad en estos menesteres como Julieta Arboleda y Patricia Díaz. Había entusiasmo, nos encontramos frente a una combinatoria de factores pocas veces tan solidariamente articulados. Se trata de un proyecto que costará más de 20.000 millones de pesos (cerca de 10 millones de U$S) y que tiene por delante dificultades de todo tipo. Entre las principales la necesidad de una inserción más plena en la escuela, y el desarrollo de anticuerpos para no ser neutralizados como cuerpo extraño por parte de un sistema educativo más que experto en reformar la reformas.

Sin embargo, desde la misma factura del congreso, de su liderazgo a manos de profesionales de menos de 40 años, de la inclusión del desarrollo y la presentación de un videojuego serio Los Pilares del Tiempo (galardonado con una interpretación del tema central por parte de la Banda Sinfónica de Neiva, en presencia del gobernador local), y el entusiasmo del equipo organizador muestra que la ecuación puede cambiarse de muchos modos. A veces (como en este caso) a través de estrategias de aproximación indirecta, a veces mediante toquecitos (como el concepto de gestor de conocimiento infiltrado en la escuela) y probablemente en el futuro próximo a través de clínicas pedagógicas (Piscitelli, 2014), de las que esperamos poder participar.

Felicidades Proyecto Huila Construyendo Mundos.

 

Referencias

Banco Mundial World Development Report 2015: Mind, Society, and Behavior
Bergstein, Brian “Former Microsoft Research Executive Says Technologists Overestimate Their Ability to Drive Social Progress”. MIT Technology Review, April 15, 2015
Bilinkis, Santiago "Reinventado la a educación" capitulo 9 de Pasaporte al Futuro. Planeta, Buenos Aires, 2015.
Piscitelli, Alejandro De porque necesitamos muchas más clínicas y muchas menos clases. Carta abierta a la cátedra de Datos
Rivas, Alex América Latina después de PISA: lecciones aprendidas de la educación en siete países (2000-2015) 

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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ILCE-México, UBA-Buenos Aires
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Martial Heriberto Rosado Acosta
Gran Maestro Premio Compartir 2004
Sembré una semilla en la tierra de cada estudiante para que florecieran los frutos del trabajo campesino en el campo que los vio nacer