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La integración axiológica y el desarrollo ético en la clase de educación física

Habría que precisar objetivamente cómo y para qué se está trabajando, hacer visible la axiología, esa valoración que se está dando al interior de cada dinámica.

Mayo 30, 2017

El movimiento, la corporalidad, la técnica, la táctica y la expresión, entre otros elementos importantes dentro de la clase de educación física, recreación y deportes; son la materia prima de esta disciplina con la cual se desarrollan y se pulen las Habilidades motrices básicas y complejas del ser humano.

Capacidades, habilidades y destrezas que sirven al hombre para movilizarse, ubicarse y proyectarse hacia espacios y tiempos predeterminados dentro de diversos contextos y situaciones, donde el cuerpo y su cinética son la base de la comunicación deliberada con el mundo.

Monereo (1994) nos dice que: «En relación al primer binomio, capacidad-habilidad, hablamos de capacidades cuando nos referimos a un conjunto de disposiciones de tipo genético que, una vez desarrolladas a través de la experiencia que produce el contacto con un entorno culturalmente organizado, darán lugar a habilidades individuales. De este modo, a partir de la capacidad de ver y oír con la que nacemos, devenimos en observadores más o menos hábiles, dependiendo de las posibilidades que hayamos tenido en este sentido». [1]

Pero, ¿qué hacer con un movimiento vacío, incapaz de producir sensaciones y sentimientos, componentes axiológicos y éticos?; qué deben ser el fundamento interno de una comunicación efectiva y afectiva tanto intra como interpersonal, a la cual se debe llegar por medio de la educación integral, que debe brindar en sus principios la familia y fortalecer seguidamente la academia.

Es por lo anterior que se hace necesario y más aún obligatorio; la integración de valores y el desarrollo de la ética al interior de las diferentes cátedras de conocimiento y en este caso específico al interior de la clase de educación física.  Pero, ¿cómo hacerlo sin interferir con el desarrollo del objeto de estudio de la materia, sin desviar el progreso motriz del estudiante? ¿Cómo integrar la axiología y la ética en los procesos motores y corporales?

Quizá desde la honestidad con los ejercicios impuestos, la responsabilidad de la tareas a consultar, el trabajo en equipo y el respeto al contrincante en los deportes vistos, la solidaridad y bondad con el menos hábil, el compromiso y  esfuerzo para lograr el objetivo propuesto, la justicia en el desarrollo de los juegos o actividades, el control emocional durante el proceso motriz, el autoconocimiento, el autocontrol y la autonomía que requieren la actividades y dinámicas dispuestas en las clases.

Y sin embargo habría que precisar objetivamente cómo y para qué se está trabajando, hacer visible la axiología, esa valoración que se está dando al interior de cada dinámica.

La ética como el desarrollo de acciones que llevan al arte del buen vivir, y la moral como las actitudes válidas aceptadas en la sociedad en general. Pues ya lo difería Savater (1991). ““Moral” es el conjunto de comportamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como válidos; “Ética” es la reflexión sobre porque los consideramos válidos y la comparación con otras “morales” que tienen personas diferentes”.[2]

Ahora bien, ¿el docente debe estar en una posición imparcial o de qué manera? Talvez es más fácil si el profesor es justo, no tiene preferencias, es bondadoso y observa cada proceso y lo evalúa, confiable si puede cumplir con su palabra, respetuoso en el trato con todos a su alrededor, solidario con sus compañeros de trabajo, un ejemplo visible es lo que más habla y de manera clara se impone en el tiempo.

Así, el profesor éticamente bien formado, aportará demasiado beneficio a su clase, “las cosas como son y los puntos sobre las i” en cuanto a valorar lo importante, se debe ser muy prudente y tener mucho carácter para no convertirse en aquel individuo ambiguo, que se solapa y esconde su perversidad, que pide mucho de sus congéneres, pero da poco de sí mismo.

Un docente debe tener clara la relevancia del bien colectivo antes que el personal y saber que este es uno de los principios del buen vivir. Como diría la madre teresa “una persona que no vive para servir no sirve para vivir.”

Y solo olvidando esa zona de confort que ha creado el hombre contemporáneo, es que haremos de nuestra misión algo objetiva y palpable. Sin llegar a confundirlo con la catedra de paz, y más allá de lo que esto podrá involucrar para la educación colombiana.  Si cada persona da ejemplo desde su actuar diario y desde su profesión de una ética vivida constante y fuerte; la sociedad tendrá un asomo de mejoramiento, lo cual influye enormemente en la construcción de paz que se merece nuestro pueblo.

 

[1] MONEREO, Carles (coord.) Estrategias de enseñanza y aprendizaje. Formación del profesorado y aplicación en la Escuela. Colección El Lápiz, Ed. Grao, Barcelona, Grao, 1994, p 18 Recuperado de http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/inv_educativa/20...

[2] Savater, F. (1991). Ética para Amador. Editorial Ariel. S.A. Barcelona

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Hoguer Alfredo Cruz Bueno
Gran Maestro Premio Compartir 2009
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.