Tengo 18 años, soy una maestra en formación, cuando estaba en el colegio no sabía qué quería estudiar, pero un día de labor social descubrí mi gusto por ser maestra y enseñarle a niños.
La era de Google e Internet lo ha cambiado todo: una buena parte de las cosas que se siguen enseñando en la escuela resultan bastante impertinentes hoy en día.
Mientras con la metodología tradicional, la entrega de las actividades y la memorización de los conceptos resultaban primordial para los docentes; ahora se interesa más por el conocimiento que por la nota obtenida.
Una comunicación pedagógica tiene lugar cuando las relaciones entre profesor y alumnos no son únicamente de transmisión de información, sino de intercambio, de interacción e influencia mutua.
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.