Como adultos podemos hacer un trabajo mucho mejor al enseñarles a los niños que ciertos tipos de comportamientos nunca son aceptables: no hay nadie a quien culpar, sino a los mismos agresores.
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.
Hay un libro que todo aspirante a docente -y con el tiempo a maestro- tendría que leer. Se trata de Lecciones de los maestros (2007) del inmenso George Steiner.