Desde sus épocas de estudiante, Graciela Sturm soñaba con cambiar la historia del mundo. No su curso, ni los hechos pasados, sino la manera de enseñarla.
Con la sencilla, pero poderosa estrategia de leer juntos, en el colegio Gerardo Paredes de Suba, grandes y pequeños aprenden sobre el afecto, el respeto y la expresión.
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.
En el colegio Agustín Fernández de Usaquén, la profesora Nancy Cardona se dedica a despertar en sus pequeños estudiantes un genuino cariño por el mundo de las letras.
La profe Claudia García los inventó, pero son los más pequeños del colegio Chuniza, en Bogotá, quienes les dan vida. Junto a ellos, niñas y niños aprenden respeto, tolerancia, solidaridad y amor.
La práctica pedagógica ayuda a salir de una restricción de saberes y conocimientos, tales como la conformidad con el hecho de solo instruir al alumno, pues esta restringe la labor.