Ofrezco a cada uno de los alumnos un lápiz mágico y los invito a escribir su propia historia enmarcada en los cuentos y leyendas de su cultura indígena.
Sin pantallas, ni bloques de texto ni ningún tipo de código implícitamente; al contrario, utiliza un conjunto de pequeñas tarjetas con órdenes para manejar las acciones del robot.