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Colegio San Francisco en Bogotá: referente en atención a niños sordos

Aulas exclusivas, intérpretes, docentes de apoyo, mediadores pedagógicos y clases de lengua de señas para familias, convierten a esta institución oficial en un referente para la ciudad en atención especializada. 

Diciembre 23, 2016

La especialización en la atención, la adaptabilidad de los currículos a las necesidades de los estudiantes, el profesionalismo de los especialistas y el afecto y el empeño de directivas, docentes y estudiantes, han hecho del colegio San Francisco un referente distrital de atención a la población sorda.

Este colegio público ha logrado consolidar su proyecto de atención a niñas, niños y jóvenes con discapacidad auditiva gracias a su meticuloso proceso de atención y acompañamiento, que empieza en primaria con las aulas exclusivas donde los niños adquieren los conocimientos básicos y su lengua materna (lengua de señas colombiana) y que se prolonga hasta que los jóvenes ingresan al aula regular con el apoyo de un intérprete.

Hoy, el ‘Programa de inclusión de escolares sordos al aula regular’ de esta institución, que empezó en 1999 con la llegada de dos jóvenes con discapacidad auditiva que buscaban completar sus estudios, es una iniciativa pionera que atiende a 57 estudiantes sordos, desde los 5 a los 21 años, de grados 0 hasta 11.

El equipo de trabajo lo componen 4 docentes de apoyo a la inclusión, dos modelos lingüísticos (personas sordas nativas), dos mediadoras pedagógicas y 10 intérpretes que acompañan a los estudiantes sordos en clases y todas las actividades del colegio.

El éxito del programa no solo radica en la especialización de la atención por parte de profesionales y docentes, sino al clima de tolerancia y afecto que tiene la comunidad educativa hacia los estudiantes sordos. Cada uno de los salones y espacios de la institución está meticulosamente demarcado en lengua de señas y además se dictan talleres para padres de familia, profesores y estudiantes que quieran aprender la lengua de señas.

Para Sandra Patricia Rodríguez, docente de apoyo a la inclusión, la atención que ofrece el colegio a esta población ha marcado un hito en la localidad, porque, como destaca la docente, “para esta población altamente vulnerable, con difícil acceso a la educación, el colegio San Francisco ha tenido un impacto muy positivo. Aquí vienen los niños no solo a aprender su lengua materna, sino que vienen a socializar, a fortalecer sus talentos y tienen la oportunidad de acceder a todos los programas de la Secretaría de Educación porque hacemos un esfuerzo para adaptarlos a sus necesidades”.

Asimismo, destaca que el colegio es un espacio de reconocimiento para ellos, un lugar donde se les garantizan sus derechos básicos, se les respeta, se les reconoce y sobre todo se les rodea de mucho afecto y de mucha atención. “Es increíble cómo a través de la lengua van fortaleciendo sus habilidades, cómo interactúan con el entorno y desarrollan sus habilidades sociales que de otra forma sería muy difícil de explorar”, concluye.

Hacer de la educación un espacio incluyente donde todos están en igualdad de condiciones, con las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo, es un reto que se encara día a día. “Lo más difícil de esto es que todos se concienticen del valor que tiene la lengua de señas y la cultura de los sordos. Forjar un ambiente de tolerancia y respeto hacia la población sorda, donde se le valore y se le reconozca en toda su riqueza y complejidad. Ese es el reto que tenemos por delante y por el que trabajamos todos los días”, remata la docente Sandra.

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