“Para ser feliz en la vida debes hacer lo que te gusta”

Ahora que lo pienso con detenimiento, aunque a lo largo de mi vida he tenido la fortuna de estar rodeado por grandes personas de las que he tomado ejemplo de manera sistemática, fueron dos maestros los que marcaron mi camino de manera radical. Uno de ellos es Ken Iaci, mi mentor en este complejo y hermoso oficio de la cocina. Cuando llegué a Vancouver (Canadá), luego de estudiar cocina en el Sena de Colombia y de trabajar en el Hotel Hilton de Bogotá, tenía apenas diecinueve años. Kenny me dio mi primer empleo formal en una cocina de restaurante, algo muy diferente de una cocina de hotel. Junto a él trabajé jornadas de dieciséis horas sin descanso, pero las soporté sin ningún reclamo, únicamente por el placer que me producí­a aprender al lado de este gran chef. Debo confesar que traté de absorber todos sus conocimientos, y él, que siempre fue un buen maestro, me permitió instruirme tanto como pude. Kenny me inculcó, entre muchas otras cosas, el afán por aprovechar al máximo los ingredientes en una cocina y nunca desperdiciar nada. Si se deshuesaban los patos, por ejemplo, se utilizaban las pechugas y las piernas para las recetas, se hacía consomé con los huesos y se fundía la grasa para usarla en patés. Además aprendí a su lado la organización de una cocina profesional con sus distintas estaciones, cada una con su propio mise en place. Kenny es un apasionado por su trabajo, y supo transmitirme ese incurable amor. Aparte de ser mi mentor, hoy somos grandes amigos.

Mi otro maestro es mi padre, Nessim Sasson, de quien aprendí­, entre muchas otras cosas, a trabajar, a ser disciplinado, exigente y perfeccionista. Gracias a él, desde muy niño comprendí uno se debe ganar la vida trabajando, y no de otra manera. Si yo quería una bicicleta, tenía que ganarla. Recuerdo dos de sus frases, que se han convertido en mi derrotero: “Para ser feliz en la vida, debes hacer lo que te gusta”. De hecho, nunca dejaré de agradecerle que me haya impulsado a hacer lo que realmente me gusta, y por eso me convertí­ en chef. La otra frase es “No te debes meter a la boca un bocado más grande de lo que te cabe”, que significa que las cosas buenas toman tiempo y uno debe ir creciendo en la vida a medida que la vida lo va haciendo crecer.