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A convivir se aprende: estrategia pedagógica para mejorar la convivencia escolar

La meta: implementar una estrategia pedagógica para mejorar y prevenir la convivencia escolar, mitigar episodios de prácticas como el bullying  y desarrollar una cultura en valores.

Enero 22, 2019

Introducción

La convivencia implica una serie de interacciones donde se ponen en juego formas de ser, pensar y actuar. En estas relaciones muchas veces se generan conflictos que si no se solucionan a tiempo se convierten en actos de agresión y violencia, que en su mayoría atentan contra la dignidad del ser. Esta situación la enfrentan también las instituciones educativas en su día a día como una enfermedad de nunca acabar, generando como consecuencia víctimas y victimarios que reproducen las mismas acciones en los espacios en que se desarrollan.

Transcender el concepto de convivencia de la teoría a la práctica debe ser una labor de la escuela, teniendo en cuenta que la educación concebida como un proceso de formación permanente del ser humano debe preocuparse no sólo por la adquisición de conocimientos, sino también por el desarrollo integral de la persona. En este sentido lo que se quiere es transformar prácticas rutinarias y poner en consideración aspectos tan relevantes como la cultura en valores que hacen del individuo un ciudadano capaz de construir una nueva sociedad. Planteado desde Ianni (2003, p.89) se trata de entender que “A Convivir Se Aprende” y se enseña a través de la interacción, participación y diálogo”.

De allí que el presente trabajo enfoque su objetivo principal en la implementación de una estrategia pedagógica para mejorar y prevenir la convivencia escolar en la Institución Educativa 20 de Julio sede Yira Castro, ubicada en la ciudad de Cartagena (Bolívar); haciendo uso de la comunicación y el trabajo cooperativo para mediar cualquier problema y desarrollar relaciones interpersonales en paz y armonía.

La problemática estudiada se detectó a través de encuestas realizadas a la comunidad educativa y de una serie de observaciones al grupo de muestra con el que se trabajó desde finales del año 2015, cuando los estudiantes cursaban el grado tercero y vivían una etapa de transición y cambio de conductas. Entre los cambios se destacan el poco cumplimiento de las reglas y normas, a pesar de conocerlas; irrespeto; intolerancia; discriminación y falta de identidad como grupo. Razón que dio origen a la investigación con la pregunta ¿Cómo mejorar la convivencia escolar en los estudiantes de grado quinto de la I.E. 20 de Julio Sede Yira Castro?

Convivencia escolar: Una mirada retrospectiva

La convivencia escolar ha sido objeto de estudio de muchas investigaciones y motivo de interés para diferentes autores. Según explica Rosario Ortega, el primero en hablar al respecto fue Peter Paul Heinemann, psiquiatra sueco quién introdujo la palabra "mobbing" (acoso, persecución en pandilla) basado en observaciones en los patios escolares de su país. Heinemann escribió su libro bajo dicho título (Heinemann, 1972) en el cual narra en una de sus publicaciones:

“…estaba paseando junto a un colegio de su ciudad, cuando se fijó en un grupo de alumnos que estaban en el patio de recreo. Uno de los miembros del grupo estaba siendo perseguido por sus compañeros, el chico perdió su sandalia en la carrera, dejándola en la zona de arena…” (como se cita en Ortega, 1998; p.51)

Esta historia deja ver que los problemas de agresividad y maltrato han existido desde hace mucho tiempo y que el interés por encontrar solución a la dificultad ha transcendido hasta nuestros días. No obstante, esta preocupación se vuelve momentánea y pasa a un segundo plano cuando la escuela centra su mirada en un currículo academicista. Advertencia que recuerda la discusión planteada por Louis Not en “Las Pedagogías del Conocimiento”, al hablar de la contraposición de dos métodos pedagógicos: el método de heteroestructuración y el de autoestructuración del conocimiento cuya diferencia se fundamenta en que:

En el primer caso quien sabe enseña a quien ignora; ello implica que primero el objeto de conocimiento ha sido asimilado por el agente… En el método de autoestructuración, por el contrario, se trata de “…un individuo que efectúa acciones y va transformándose por sus acciones mismas” (2013; Pág. 13).

La educación concebida como un proceso de formación permanente del ser humano y de transformación del individuo debe propender no sólo por la adquisición de conocimientos, sino también por el desarrollo integral de la persona, es decir por aplicar métodos autoestructurados como señala Louis Not, en los que “el factor determinante de la acción es el alumno y el objeto (de conocimiento) está sometido a sus iniciativas. En estos domina la primacía del sujeto” (Ibídem). En este sentido, desde lo pedagógico se buscará transformar ‘praxis’ que en muchos casos se han vuelto monótonas, metodologías que se limitan a dictar lecciones -en ocasiones repetitivas-, y que olvidan poner en consideración aspectos tan relevantes como la cultura en valores, con lo que se posibilitaría, de esta manera, la construcción de un individuo que contemple valores ciudadanos como: ‘una  patria  mejor’ -entre otros valores cívicos-; en  donde el  diálogo y el respeto  por  el  otro, primen, ante  cualquier  circunstancia. Aquello que a mediados del siglo XX se contempló desde las asignaturas de Civismo y Urbanidad y que hoy en día se ha transformando difuminándose y perdiéndose.

La Política de Convivencia Escolar del Ministerio de Educación de Chile (2004) argumenta que la educación en el amplio sentido de la palabra es el principal instrumento para la construcción de una cultura de paz, de la buena y sana convivencia; y los elementos clave son el aprendizaje, la práctica de la no violencia activa, el diálogo, la tolerancia, la solidaridad, el respeto de los derechos humanos y la búsqueda permanente de la justicia. El logro de estos elementos es lo que va a permitir hablar de un clima escolar agradable, que finalmente va a propiciar la convivencia escolar. (p.5)

Esto implica que el arma para transformar la realidad que se vive en las aulas es la educación; ya que el salón de clase debe convertirse en un lugar de interacciones agradable donde prevalezca el buen trato. 

…la convivencia más que un concepto es una práctica que necesita ser pensada como tal para lograr una mejor y mayor conceptualización. En el ámbito escolar se presenta como un conjunto de interacciones observables que tienen una intencionalidad y significado, explícito o implícito. Estas interacciones dan como resultado una serie de procesos de acercamiento y conocimiento del otro, del diferente, y permiten la elaboración de una red o tejidos interpersonales. (Perales Franco, Arias Castañeda, & Bazdresch Parada, 2014, p.17).

Se espera que en el ámbito escolar se establezcan relaciones de cordialidad, amabilidad, y además, se contemplen todas aquellas habilidades emocionales que favorezcan el buen vivir entre todos los miembros de la comunidad educativa. Más que una interiorización de valores, se trata de un proceso en donde se desarrollan una serie de competencias, las cuales deben estar encaminadas al manejo de conflictos, emociones, sentimientos, la solución de problemas, el trabajo en equipo, entre otras, para una verdadera formación integral del individuo.

Atendiendo a todos los planteamientos que se han venido abordando se considera que la escuela debe procurar la transformación del clima  de aprendizaje buscando que los estudiantes asimilen los conflictos como oportunidades para la reflexión y el diálogo; que dichas acciones lleven directamente a la solución del mismo, entendiendo entonces la convivencia como un conjunto de interacciones en las cuales se mantienen relaciones bajo el respeto y la tolerancia, fomentando el dialogo y poniendo en práctica la resolución de conflictos. 

“A convivir se aprende” y se enseña

Dado que esta investigación se basa en planteamientos de Ianni (2003)  en cuanto “A Convivir Se Aprende” y se enseña, para consolidar la idea inicial establecida en el proyecto que la utilización de una estrategia pedagógica mejorará la convivencia escolar en  los estudiantes,  se realiza una síntesis reflejada en la siguiente tabla  que da cuenta que el aprendizaje de la convivencia en todo sujeto es un proceso interminable que puede tardar toda la vida y para ello la escuela debe no sólo  priorizar en  el desarrollo de conocimientos, habilidades y métodos sino también en la formación de valores.

Tabla N° 1. Síntesis de la teoría “A convivir se aprende y se enseña” (Norberto Ianni, 2003). / Fuente: Elaboración propia.

Siguiendo la ideología anterior, el grupo investigador considera que la convivencia es aprendida ya que el niño desde la casa en la cotidianidad de su hogar va nutriéndose de normas, comandos de conductas, buenos y malos modales y cuando éste llega a la escuela se 

desarrolla como ser individual y social. Esto lo obliga a adquirir rápidamente nuevos conocimientos, comportamientos, destrezas y formas de relación que lo llevan a aceptar nuevas reglas, al tener que desempeñarse ahora en lugares desconocidos para él como: en el aula, el patio de recreo, la secretaría, la biblioteca, entre otros. Se aprende a través de la interacción, del constante dar y recibir y en la institución educativa desde la formación en comunidad para ingresar a los salones hasta la despedida para las casas. Está inmersa en cada ámbito de la vida del ser humano que hace parte del proceso de enseñanza-aprendizaje como un elemento casi que indispensable a la hora de desenvolverse en la sociedad.

Se enseña en la medida en que tanto la familia, la escuela y la sociedad en general comprendan que la educación no puede estar priorizando sólo en lo cognitivo. Que lo importante es mantener un equilibrio entre el conocimiento y los valores. Es así como el ejemplo se convierte en un aspecto trascendental para que las conductas que se reproduzcan producto de lo enseñado sean más positivas y apunte a contribuir al desarrollo de las competencias ciudadanas.

La estrategia pedagógica como vehículo para mejorar y prevenir la convivencia escolar

El concepto estrategias pedagógicas, es utilizado en el campo educativo para hacer referencia a las acciones que realizan los maestros, encaminadas a dinamizar el aprendizaje en el aula, es decir para orientar el trabajo de los estudiantes. Desde una mirada retrospectiva de este concepto, Rogelio Tabón Franco, plantea que:

El concepto de estrategia es muy antiguo, y está indisolublemente relacionado con las concepciones acerca de la guerra.

Estrategia -strategía- es una palabra griega, indisolublemente ligada al campo militar… en su significado básico, se trata de lo concerniente al mando de un ejército o de una armada. (Tobón, 2004, p.1) 

No obstante, en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, DRAE, no sólo se relaciona con lo militar, sino también se define estrategia como acepción para las matemáticas: “…proceso regulable, conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento”. Conectando así la idea de una planificación destinada a una finalidad.

En el ámbito pedagógico es pertinente el uso del concepto estrategia, porque supone un proceso sistemático de planeación, organización, ejecución de acciones pertinentes y efectivas de aprendizaje en el aula, relacionadas con el contexto socio cultural. Por lo general, las estrategias pedagógicas aplicadas por el maestro en el aula, son resultado de la reflexión acerca de cómo se enseña y cómo se aprende, responden a los intereses y necesidades de los estudiantes y a la planificación del proceso de enseñanza - aprendizaje, lo que supone la toma de decisiones por parte del maestro, de manera consciente y reflexiva. En tal sentido las estrategias pedagógicas están referidas a las acciones, las técnicas y actividades que pueden utilizarse en el aula, para obtener los resultados esperados en el aprendizaje de los estudiantes.

Tal como lo plantea Marcel Postic, “Centrarse en el acto de aprender, de apropiarse de saberes, es analizar la evolución personal de alumno con el fin de buscar una estrategia que se adapte a él.  Es así como se le permite conocer a la vez que aprende, a captar sus dificultades, a poder superar los obstáculos con que se encuentra. El enseñante puede ajustar sus intenciones a las realidades del alumno, no para hacerlo más dependiente de él, sino por el contrario, para llevarlo a una autonomía”. (Postic, 2000, 113) 

En concordancia al concepto anteriormente mencionado, se trabaja precisamente con la autonomía del estudiante a la hora de elegir el rol que quiere desempeñar en un grupo de trabajo, que pueda delegar funciones cuando estén practicando un juego y que decidan qué aprender del maestro y qué no; de tal manera que vayan cambiando parcelas de su realidad.

Metodología

Este trabajo desarrolla un enfoque mixto, con el objetivo de tener la posibilidad de encontrar diferentes rutas para transformar la realidad detectada, en este caso el problema de convivencia escolar que se evidenció en la Institución Educativa 20 de Julio.

Al utilizar el enfoque mixto se entremezclan los enfoques cualitativos y cuantitativos en la mayoría de sus etapas, por lo que es conveniente combinarlos para obtener información que permita triangularla. Esta triangulación aparece como alternativa a fin de tener la posibilidad de encontrar diferentes caminos para conducirlo a una comprensión e interpretación lo más amplia del fenómeno en estudio (Ruiz, Borboa & Rodríguez, 2013, p.11).

Se hizo uso del enfoque cuantitativo en la medida en que se analizaron e interpretaron encuestas representadas en graficas estadísticas en donde las preguntas respondían a las variables de investigación que obedecían a los objetivos. En cuanto a lo cualitativo se retomaron los registros narrativos producto de la observación directa, actas de convivencia y observadores del estudiante. Además, el informe final resultado de la triangulación fue redactado bajo estudios descriptivos.

El proyecto toma como alternativa la investigación descriptiva, puesto que se realizó un recuento detallado de los hechos y resultados obtenidos a la luz de las teorías investigadas, los datos arrojados a través de los instrumentos utilizados (observación directa, encuesta y entrevista) y el impacto de la propuesta en la comunidad educativa.  

A partir de los planteamientos de Rojas Soriano se asumen los estudios descriptivos como un tipo de investigación social cuyo objetivo central es obtener un panorama más preciso de la magnitud del problema o situación, jerarquizar los problemas, derivar elementos de juicio para estructurar políticas o estrategias operativas, conocer las variables que se asocian y señalar los lineamientos para la prueba de hipótesis (Rojas 2006, p. 42).

Propuesta de intervención: “A Convivir Se Aprende”

El grupo investigador presenta la estrategia pedagógica diseñada para mejorar la convivencia escolar, la cual contiene diferentes fases, cada una con sus actividades estructuradas con título, objetivos, procedimientos y evaluación. La propuesta se titula “A Convivir Se Aprende” y toma como eje central la comunicación y el trabajo cooperativo.

La propuesta encaminada a mejorar y prevenir la convivencia escolar, está basada en postulados de Fernández, 1999 citado en Martínez-Otero, 2001 quien expresa que “la convivencia se conquista cuando se involucran todos los agentes. La comunicación se convierte así en uno de los pilares de la resolución de conflictos. Así mismo muestra los canales a seguir para abordar la problemática de la convivencia escolar que son adoptados por el grupo de investigación como lo son concienciación, aproximación curricular, Participación y organización.

La estrategia se implementó siguiendo tres fases, cada fase tiene actividades que se desarrollan teniendo en cuenta el objetivo específico que se persigue (ver anexo 9). Dentro de cada actividad subyacen unos pasos que orientan ¿cómo se va a trabajar?, ¿con quién?, ¿para qué? y la forma de evaluar su impacto en la comunidad. Considera el tipo de participantes o actores de la comunidad educativa que se busca intervenir.

En cuanto al tiempo en que se desarrolló la propuesta, se dispuso del espacio que tenían los docentes diariamente para realizar jornadas pedagógicas, con una duración de aproximadamente 45 minutos. Con respecto a los estudiantes se tomaron las horas de ética y valores, religión, educación física y sociales que generalmente correspondían a los días miércoles y viernes. Con ellos el trabajo fue complejo porque, fue más que enseñar teorías encaminadas a la convivencia, lo que se quería era lograr que los niños aprendieran a convivir. A los padres de familia se les citaba los días de semana en horarios de 2:00 a 4:00 pm previamente consensuado. Durante estas charlas se buscaba que entendieran que la familia es la primera institución que educa y que su labor debe ir de la mano con lo que se hace en la escuela.

Fases de la propuesta

Exploración:
Esta fase se desarrolló mediante un proceso de sensibilización y reconocimiento del problema por la comunidad afectada. Aquí lo que se pretendía lograr era que reflexionaran en torno a la situación que vive la escuela en cuanto a conflictos y agresividad, que tan agresores o victimarios son y cómo se puede mejorar la realidad que actualmente se percibe.

Gestión democrática de la convivencia:
Esta fase pretende formar personas para la ciudadanía y el ejercicio de esta misma, es decir desarrollar habilidades que le permitan ejercer su participación, actuar como protagonistas políticos y relacionarse con otras personas. (MEN, 2006)

Esta fase se subdivide en dos partes:

  • Talleres interactivos para estudiantes (juegos cooperativos y concurso democrático, etc.)
  • Talleres para padres sobre manejo de conflictos y concursos democráticos. 

Aulas de convivencia:
Con las aulas de convivencia se busca transformar el salón de clase un espacio generador de paz, desarrollando actividades que toquen las emociones de cada participante llevándolo a una autorreflexión. Se trabajarán valores de manera vivencial como el respeto, la tolerancia, la solidaridad y la autoestima.

Análisis y discusión de resultados

Recordando que el diseño de la investigación es mixto, se combinaron los datos cuantitativos con los cualitativos en la aplicación de las estrategias implementadas al grado quinto de la Institución Educativa 20 de julio sede Yira Castro. De acuerdo con ello el grupo investigativo corroboró que realmente “A convivir se aprende” como lo afirman Ianni y Ortega, ya que el comportamiento de los estudiantes mejoró notoriamente con la intervención: tanto en el trato entre y con los compañeros, así como en los hogares de los estudiantes. Los estudiantes lograron vivenciar la puesta en marcha de las normas de convivencia, viéndose esto reflejado al pedir los permisos, al respetar las opiniones, al pedir turnos para expresarse, al respetar y valorar las ideas de sus compañeros, consiguiendo un clima agradable, armónico basado en buenos modales. Se comprueba que sí es posible intervenir con actividades que invitan a la meditación, participación y aplicación de acciones propias de la propuesta diseñada para encauzar tareas que ayuden a prevenir o mejorar la convivencia escolar.

De igual manera se logró mejorar la comunicación interpersonal, no sólo dentro, si no fuera de las clases así como lo plantea Van-der Hofstadt (2005 p.10). En la cual se deben “ comunicar a través de símbolos para generar un cambio de conducta” lo que afectó de manera directa  el ámbito cognitivo con el  mejoramiento académico de la muestra seleccionada puesto que  quienes tenían problemas comportamentales, eran incumplidos con la entrega de sus trabajos, en sus aportes y en la participación colectiva, viéndose reflejado no solo en su nivel de desempeño, sino en los aportes en los trabajos cooperativos, en el cambio de actitud frente a situaciones específicas, así como en los  aportes de su proyecto de vida desde la asignatura de Ética y Valores.

Este trabajo causó impacto en la comunidad educativa, ya que los valores trabajados no constituyeron un recital, sino que fueron traídos a la práctica mediante el diálogo y el trabajo cooperativo en cada una de las actividades propuestas, donde finalmente pasaban por un momento de introspección que los ayudaba a optimizar su comportamiento, valorando el aporte desde sus hogares a través de padres de familia y desde su escuela con los docentes y compañeros de grado.

Conclusiones

La implementación de la propuesta pedagógica: “A Convivir Se Aprende” dejó ver que se puede mejorar la convivencia en el aula a través de la realización de actividades concretas que involucraron el diálogo y el trabajo cooperativo, ya que aparte de permitir el fortalecimiento de los valores, se reflejó un cambio notorio en el comportamiento dejando atrás los episodios de bullying y creando escenarios reales de paz.

En la caracterización del estado de convivencia se pudo observar que los estudiantes, docentes y padres de familia a través de los instrumentos aplicados del diagnóstico inicial, reflejaron relaciones poco apacibles. Lo cual permitió dar viabilidad y aceptación al momento de seleccionar la estrategia para la problemática porque se pensó en que esta debía responder al contexto escolar y a los intereses de la muestra.

En el diseño de la estrategia se ideó un plan de acción que contribuyera   a fortalecer el respeto y a minimizar las diferencias entre los estudiantes teniendo presente que aunque los problemas de agresión y falencia de valores en la sociedad son comunes y no se erradiquen en su totalidad, si se pueden dar cambios actitudinales y de pensamiento para una cultura de paz.

En la aplicabilidad de esta estrategia las actividades apuntaron a mitigar los conflictos y en cada una de las fases de la propuesta se evaluó con un nivel óptimo y satisfactorio evidenciando de manera eficaz el desarrollo de la misma.

La propuesta no solo tocó el aspecto de la convivencia escolar sino también incidió en el ámbito cognoscitivo, puesto que los estudiantes mejoraron considerablemente en su rendimiento académico porque la mayoría de ellos tenía problemas comportamentales: no llevaban sus trabajos ni presentaban exposiciones orales. Después de la puesta en práctica de la propuesta no sólo subieron su nivel de desempeño sino que hicieron grandes aportes a su proyecto de vida. De esta manera, las estrategias que fijaron su atención en la formación y prevención de conflictos en el aula y fuera de ellos se convirtieron en el camino ideal para mejorar los problemas de convivencia, sin dejar de lado que la enseñanza y aprendizaje de la convivencia en la escuela es un trabajo más que teórico, práctico, que no termina en un día sino que se consolida en el recorrido del estudiante por la institución y el resto de su vida.

Referencias 

  • Blanchard Giménez, M., & Muzás Rubio, E. (2007). Acoso Escolar. (S. Narcea, Ed.) Madrid, España: Printed in Spain.
  • Colombia, M. (2010). Política Educativa Para la Formación Escolar en la Convivencia. pág. 5.
  • Fernández García, I. (1998). Prevención de la violencia y resolución de conflictos. . Madrid: NARCEA S.A.
  • Gutiérrez del Moral, M. J. (2009). El trabajo cooperativo. Girona: Univest.
  • H.Sampieri, R., Carlos, F., & Pilar, B. (2014). Metodología de la investigación. México: Mc Graw-Hill Interamericana de México,S.A de C.V.
  • Heinemann, P.-P. (1972). Mobbing. Sweden: Natur och Kultur.
  • Ianni, N. (agosto, 2003). Revista Digital de la OEI. Recuperado de: www.oei.es/historico/valores2/monografias/monografia02/reflexion02.htm.
  • Martínez-Otero, V. (2001). Convivencia escolar: problemas y soluciones. Revista Complutense de Educación, 306-307.
  • Mckernan, J. (2001). Investigación-acción y curriculum.Segunda edición. Londres: Kogan Paged Limit
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Diego Fernando Barragán Giraldo
Gran Maestro Premio Compartir 2004
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