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Hablemos de educación aunque no tengamos idea de qué estamos hablando

No es que haya una sola educación para todos. Por el contrario, hay una educación para cada uno y el deber de cada uno es encontrarla.

Julio 27, 2018

En términos generales, rige actualmente un discurso políticamente correcto que nos pide ubicarnos en un lugar específico; es decir, en contra de un montón de cosas y a favor de otras tantas.

Esto es imprescindible aunque no tengamos mucha idea de que va, más allá claro, de los eslóganes que se anuncian. Y para ser sinceros, no importa mucho más. Acto seguido, tengo que volcar mi punto de vista, o atacar el de otros por alguna red social o aplicación de mensajería instantánea para que todos vean el compromiso que tengo.

De lo contrario, soy un tibio o recibo algún calificativo finalizado en “ista” –léase comunista, fascista, capitalista, etc.-. De ese modo, cualquiera que use alguno de esos canales podrá ver publicaciones compungidas, con un dolor “evidente” ante las desigualdades y desidias que enfrenta la educación, pero realmente: ¿Cuántos están directa o indirectamente involucrados en trabajar en contra de ellas?

Cualquiera que haya llegado a leer este artículo –publicado y alojado en un espacio específicamente dedicado a la educación- tiene claras las responsabilidades de cada uno de los actores que forman este ámbito.

Y son conscientes de los incesantes parches disfrazados de “reformas educativas” que se aplican constantemente en América Latina, o de la falta de libertad que tienen directivos y docentes para innovar en las aulas sin que eso implique un sumario por no respetar el currículo.

O de la permanente desidia de los padres en desligarse casi por completo de la educación de sus hijos y culpar a los maestros ante los malos resultados. O tal vez por allí, los estudiantes, quienes padecen todo lo anterior y ya ni siquiera pueden empoderarse para ilusionarnos con un cambio.

Ahora bien, las redes sociales en su cabal cruzada por imponernos eslóganes han obviado todos los problemas, y seducidas por el discurso políticamente correcto de turno han elegido un solo punto (y acá el lector puede optar por ese punto, ya sea según su país o su red de contactos).

En consecuencia desde sus publicaciones se han olvidado que la educación es una tarea conjunta. No solo a partir de su implementación, sino también y sobre todo desde su concepción, su evaluación y su posterior corrección.

Y con esto no es que haya una sola educación para todos, por el contrario hay una educación para cada uno, y el deber de cada uno es encontrarla, poniéndose en el lugar que le corresponda y saliendo a enfrentar los desafíos reales y tangibles. Y créanme que estos no pueden reducirse a 280 caracteres.

 

Lea el contenido original publicado en la Editorial Magisterio.

*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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Escrito por
Docente a bordo de @lakombicholulteca. Recorre América Latina buscando experiencias de educación no tradicional para reflexionar acerca de la escuela que queremos.
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Jesús Samuel Orozco Tróchez
Gran Maestro Premio Compartir 2005
Senté las bases firmes para construir una nueva escuela rural donde antes solo había tierra árida y conocimientos perdidos.