Se requieren personas con herramientas de juicio de amplio consenso para que el resultado de su ejercicio profesional sea beneficioso para la humanidad.
Abro una ventana a los niños con discapacidad para que puedan iluminar su curiosidad y ver con sus propios ojos la luz de la educación que hasta ahora solo veían por reflejos.
La educación política ya no puede seguir concentrada en desarrollar las tradicionales -y fallidas- competencias liberales de participación, deliberación y búsqueda de consensos.
El reto de la escuela ante los nuevos tiempos es la construcción de una nueva cultura de participación democrática, vinculada al reconocimiento de nuevos sujetos de derecho.
Durante mucho tiempo, la buena enseñanza ha sido vista como una habilidad innata. Pero los reformistas están demostrando que los maestros no nacen sino que se hacen.
En una entrevista reciente a un campesino, que leí en un diario nacional, me llamo la atención su afirmación: “siempre hemos vivido en guerra, lo que no sabemos es vivir en paz”. Creo que tiene razón.