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Aprender con otros: un camino hacia la paz

Para el presente artículo, la diversidad en la escuela se asume desde varios aspectos: el género, la cultura y sobre todo las formas de aprender y conocer.

Junio 16, 2018

Uno de los principales propósitos de la escuela es formar ciudadanos capaces de convivir con otros, de construir sociedades en las cuales la diversidad (ampliamente entendida) sea reconocida como uno de los elementos fundamentales que contribuyen en el fortalecimiento de sociedades más justas y equitativas.

Para el presente artículo, la diversidad en la escuela se asume desde varios aspectos: el género, la cultura y sobre todo las formas de aprender y conocer. Cuando se plantea una propuesta de aula que fortalece habilidades y competencias para vivir con otros, es necesario pensar en estrategias que se incorporen al aula desde el currículo, que reconozcan que cada individuo tiene características únicas que aportan a la construcción de esa sociedad llamada escuela. De este modo, las estrategias curriculares y didácticas orientadas a la formación ciudadana plantean el currículo como un conjunto de elementos que, al interactuar, logran consolidar prácticas educativas más efectivas y coherentes con el propósito de formar ciudadanos del mundo y para el mundo. El trabajo desarrollado en el Colegio La Aurora de la localidad de Usme se ha propuesto, desde una perspectiva de integración curricular en la cual se reconoce que cada individuo es responsable de su aprendizaje, que puede contribuir en el proceso de aprendizaje de otros.

Ha sido importante comprender que para sentirse parte de una sociedad hay que identificarse con ella, por esa razón se crea un ambiente de aprendizaje denominado “Yo soy Colombia, yo soy PAZ”, que se ha trabajado con estudiantes de grado primero. Este pretende contribuir a la formación de ciudadanos que comprendan que, aunque se haga parte de un mismo país, cada individuo es fundamental en la construcción del mismo, y que sentirse parte de esa sociedad llamada Colombia implica aspectos tan importantes como reconocer la riqueza de la tradición y las manifestaciones culturales.

Con ese propósito, se desarrollan actividades de lectoescritura a partir del análisis de historias contadas en vallenatos tradicionales como los de Leandro Díaz, Rafael Escalona, entre otros, en los cuales se reconoce que en Colombia existe una fuerte tradición oral reflejada en canciones de distintos ritmos de acuerdo con las regiones. Cada historia se analiza desde diferentes aspectos, como el lugar de ocurrencia, sus protagonistas, el estilo de vida. A través de ellos, los niños manifiestan sus ideas mediante dibujos que representan situaciones y lugares en los que ocurrieron las historias.

Aprender juntos es parte fundamental de la educación en ciudadanía; por esa razón, en áreas como las matemáticas, se plantean situaciones problema en las cuales los niños necesitan de otros para resolverlas; por ejemplo, cuando se abordan problemas de “sumas llevando” tienen que trabajar juntos, ya que esos problemas son planteados de manera intencionada para que sean resueltos en equipos.

Otro aspecto importante en la formación en ciudadanía es el fortalecimiento de la autoestima. Se ha evidenciado que aquellos niños en los que esta se fortalece de modo permanente en la familia y en la escuela conviven de manera adecuada con otros, o al menos son capaces de solucionar sus conflictos de forma constructiva.

Por lo anterior, se ha involucrado a la familia en las actividades de los ambientes de aprendizaje para que los padres conozcan el trabajo que llevan a cabo los niños y los acompañen de modo más eficaz.

Algunas actividades como la construcción del ambiente de aprendizaje “Yo soy Colombia”, la elaboración de animales en vía de extinción por el deterioro de los ecosistemas como consecuencia de la guerra, la asistencia al colegio para escuchar a los niños presentar el resultado de sus proyectos de síntesis, se han convertido en parte esencial de la estrategia, dado que no solo contribuyen al fortalecimiento de la autoestima de los niños, sino que aportan a educar para la paz y la convivencia.

Asimismo, la propuesta de aula promueve el trabajo autónomo de los niños; aunque los padres colaboran en el proceso, se han incorporado tareas cortas que deben ejecutar ellos solos, lo cual les ayuda a confiar más en sí mismos, a sentirse importantes y a reconocer sus propias fortalezas y debilidades.

A lo largo del relato se ha mencionado el aprender con otros. De acuerdo con Bandura (1986), el aprendizaje se desarrolla en el medio social; a través de la observación de otros es posible aprender costumbres, reglas, formas de hacer las cosas, etc. Por la edad de los niños de primero, la imitación se convierte en uno de los principales elementos para el aprendizaje; por tanto, las familias y los otros se constituyen en modelos.

El medio social va más allá de la familia y la escuela, los niños recorren el barrio, escuchan las noticias, ven televisión y de todo ello obtienen información que influye en la formación de ideas acerca de las maneras de actuar en sociedad. Esto se ve reflejado en los comportamientos en el aula. Para algunos, son claras las responsabilidades que tienen como individuos de un grupo social, para otros no, y sobre todo no es clara la responsabilidad individual y colectiva con relación al aprendizaje. Urquiza y Casullo (2005) afirman que el comportamiento social proviene del entorno en el cual se encuentre el individuo, y que la posibilidad de tener comportamientos socialmente aceptables depende de los refuerzos positivos que se promuevan en ese entorno. Esos comportamientos incluyen la predisposición para aprender, pues para muchos niños es claro que desarrollar nuevos conocimientos y habilidades es fundamental en su vida, y eso no lo aprenden por intuición, sino porque escuchan en sus familias, en su entorno, comentarios relacionados con esto.

Es importante mencionar que en la escuela no se aprende al margen de la formación ciudadana. De hecho, es un espacio propicio para que el conocimiento y la ciudadanía se construyan de manera paralela. Martín (2010) afirma que la alfabetización científica y la educación en valores favorecen el desarrollo de sociedades democráticas, ya que al plantear la idea de sociedad democrática se hace necesario promover estrategias de enseñanza y aprendizaje integradoras, que permitan a los ciudadanos comprender su responsabilidad en la toma de decisiones en relación con los avances tecnológicos y científicos, lo cual se logra cuando al sujeto social se le permite participar a partir de lo que ha aprendido y conoce.

Para concluir, es importante destacar que la propuesta de aula ha permitido acercar a las familias de una manera más natural al proceso de aprendizaje, lo cual se ha visto reflejado en los comportamientos. Asimismo, la incorporación de distintas estrategias de clase que promueven el desarrollo de habilidades sociales y ciudadanas se ha convertido en uno de los principales logros del trabajo.

Otro logro interesante ha sido la integración curricular, ya que se ha planteado de manera que los estudiantes comprendan que Colombia somos todos y que para ser un país mejor se necesita la buena voluntad de cada ciudadano, que cada acción redunda en el comportamiento de los otros y de uno mismo, que lo que se aprende en la escuela debe ser útil a lo largo de la vida y debe aportar al desarrollo del país; por eso, la razón de ser de las estrategias antes mencionadas es la formación de ciudadanos capaces de convivir con otros, de crecer juntos y de construir una sociedad más justa para todos.

Lea el contenido original en la página de la Editorial Magisterio.


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*Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad estricta del autor.
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