Terminamos afrontando la educación para el desarrollo, entendida como una estrategia de intervención dentro de la cooperación internacional al desarrollo.
Un país, que por fin despegue del subdesarrollo, cerrando brechas, estrechando diferencias socioeconómicas y conquistando condiciones más igualitarias de vida.
El desarrollo educativo debe tomar en consideración las necesidades de quien estudia, sin discriminación, comprometiendo a cada estudiante y acercándolo al proceso formativo.
La meta: establecer relaciones sociales, teniendo en cuenta la percepción de padres, profesores, niños con discapacidad intelectual y compañeros de clase.