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Conozcamos a Colombia a través de su música

Conozca esta propuesta educativa que ha implementado Gloria Aidee Herrera, docente de Básica primaria en el Colegio Carlo Federici de Bogotá. 

Junio 16, 2019

 

Gloria Aidee Herrera Herrera
Año:
2017
Categoría: Maestro
Área: Básica primaria                          
Región:
Bogotá D.C. 
Institución Educativa: Colegio Carlo Federici (IED)

 

“El bocachico es astuto, como que sabe escribir, él sabe el día que llega y cuando debe partir, me pone alegre en Enero, me deja triste en Abril”. Así canta Gabriel Romero, recreando bellamente un fenómeno natural, cultural y económico en nuestro país: La Subienda, título de esta canción. Los pescadores de todo el Magdalena viven entre Enero y Abril de cada año la que, sin duda, consideran su mejor época, ya que en ella los peces nadan a contracorriente para desovar en las aguas altas tolimenses y gracias a este acontecimiento natural, al “maná ribereño”, al pescador le queda “plata pa’tienda”.

Música, canto, naturaleza, economía, cultura, mezcladas, que se convierten en la primera temática de aprendizaje para los niños y niñas que participaron del inicio de ‘Conozcamos Colombia a través de su música’, un proyecto que nace en el 2009 en nuestro colegio Carlo Federici. Una idea que empieza a gestarse en Enero de ese mismo año, cuando un grupo de maestros se reúnen para plantear estrategias de implementación del proyecto PILE de la Secretaría de Educación Distrital. En esa reunión se plantea, entre otras opciones, el uso de la música como herramienta didáctica que posibilita a los niños un acercamiento agradable a la lectura. Pero, como otras grandes ideas, esta no tuvo acogida en ese momento.

No obstante, las maestras de grado quinto toman la propuesta y deciden darle cada vez más cuerpo, hasta convertirla en un proyecto que se fija como objetivos , entre otros, el desarrollo de la lectura como habilidad para la vida, partiendo desde la escucha atenta y comprensiva, el conocimiento de la cultura colombiana para generar identidad nacional, el reconocimiento de los gustos e imaginarios musicales de los niños y niñas y el disfrute de la música, la danza y el canto como elementos que posibilitan la expresión oral, corporal y artística.

De esta manera, en Febrero y Marzo, mientras el pescador “amanece con pescao, para vende en el mercao”, los niños y niñas aprenden sobre la subienda, leen, cantan, analizan la canción, buscan y socializan información sobre la Subienda en Colombia y el carnaval que lleva su nombre en Honda (Tolima), descubren la rima que realza la belleza del texto poético, desarrollan gusto por la música colombiana, y se preparan para la puesta en escena de este poema hecho canción. Todo esto en medio de un entusiasmo creciente de los estudiantes y un apoyo incondicional de los padres de familia.

Se va consolidando entonces una metodología de trabajo constante, que consiste en, primero: investigación, sugerencia y elección de la canción colombiana a trabajar. Esta investigación la realiza el grupo líder focal o de impacto y paulatinamente se ha dado la oportunidad de sugerencia a los padres de familia del grado o grados con quienes se desarrolla el proyecto.

Segundo: lectura, reflexión, apropiación de la letra de la canción con respecto a sitios referenciados, costumbres y sentimientos de la cultura popular colombiana (ubicación geográfica de los sitios y reflexión de expresiones culturales).

Tercero: disfrute de la canción en un espacio lúdico, escuchándola, apostándole a recuperar la identidad nacional por medio de la sensibilización de los niños con expresión corporal espontánea.

Cuarto: Inducción general sobre el género de la canción trabajada.

Quinto: montaje de coreografías tanto dirigidas como libres, con el fin de disfrutar, nuevamente, de un espacio lúdico en el quehacer cotidiano escolar e infundir en los niños el sentimiento de que somos únicos, y así haya países parecidos en algunos aspectos, únicamente hay un país Colombia con sus costumbres y su cultura.

Así llegan “El Pescador de Barú”, y “El Testamento”. El aprendizaje de esta canción coincide desafortunadamente con la muerte de su compositor, Rafael Escalona el 13 de Mayo de 2009. Como un modesto homenaje y sobr todo como una oportunidad para aprender, los niños y niñas disfrutan y aprenden con “Jaime Molina”, “La casa en el aire”, “La Vieja Sara” y “El Arcoíris. Todas estas canciones escuchadas, leídas, comentadas, cantadas, bailadas, sentidas y disfrutadas al tiempo que niños y niñas se van sintiendo cada vez más colombianos.

Después, han llegado “Paloteo”, “ Diablos y Espejos”, “El cantor de Fonseca” composición de Carlos Huertas, interpretada recientemente por Carlos Vives, quien ha tenido el mérito de acercar el vallenato a las nuevas generaciones, “La invitación” de Jorge Celedón que nos permitió disfrutar “del valle y de la montaña, de cómo se ve la siembra color marrón, de cómo huele mi tierra cuando la bañan goticas de aguita fresca que manda Dios, y aprender sobre folclore colombiano , sobre cultura, lugares, gastronomía y fiestas populares.

Como parte de las actividades propias del proyecto se han realizado presentaciones en diferentes eventos de la comunidad, y cada año se ha realizado una actividad especial de clausura para ofrecer a toda la comunidad educativa la oportunidad de disfrutar con varias piezas de música colombiana. Hay lágrimas de emoción en los rostros de niños, niñas, padres, madres y maestras en este día de clausura. Emoción por la satisfacción de la obra realizada, de las múltiples alegrías compartidas, de las habilidades fortalecidas, de los conocimientos adquiridos, del trabajo hecho con amor.

Experiencia dentro del aula.

“Ponerse en los zapatos del otro” seria la expresión más cercana a lo vivido dentro del aula desde el inicio del proyecto con los distintos grupos a quienes ha correspondido el impacto del mismo. A continuación compartimos algunas vivencias…

  • El encuentro de generaciones a partir de los gustos musicales de los chicos y la propuesta musical folclórica hecha por las maestras.
  • La expectativa creada en los estudiantes a partir de las historias contadas en piezas musicales típicas como cumbias, joropos y vallenatos, las cuales los acercan a esta historia y geografía colombiana lejana para la mayoría de ellos.
  • La competencia sana en la creación y recreación de coreografías las cuales dan paso a la camaradería a la solidaridad, a la tolerancia y a su vez al entorpecimiento de cualquier forma de matoneo a partir del reconocimiento del otro, de sus capacidades y de su propia historia, que sumada a la de los otros refleja la historia colectiva alimentada por matices culturales de gran diversidad en el caso colombiano en particular.
  • Los momentos de alegría vividas por estudiantes y maestros al conocer, compartir, cantar, bailar y de alguna forma sentir porte de si las crónicas, los relatos, las leyendas de esas canciones escritos por juglares o simplemente por personas enamoradas de su tierra y de la vida. Ese enamoramiento se contagia en los chicos que piden otra y otra canción con historia colombiana posibilitando el acercamiento entre generación pero sobre todo generando herramientas que permiten a los estudiantes conocer la historia de su país de manera significativa.
  • Como maestras, hacer parte del escenario musical de los chicos entender sus imaginarios musicales como expresión de su propia historia y de su generación por lo anterior no es raro que en el marco de este proyecto se conjuguen aires de reggaetón, vallenato, champeta y cumbia todos apuntándole a procesos de convivencia que sean verdaderos pasos hacia la paz desde la escuela y el hogar
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Martial Heriberto Rosado Acosta
Gran Maestro Premio Compartir 2004
Sembré una semilla en la tierra de cada estudiante para que florecieran los frutos del trabajo campesino en el campo que los vio nacer