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Biodiseño: cómo navegar en la incertidumbre

Entrevista realizada por Shaliny Ramirez Palma, voluntaria de Atarraya Uniandes, a la profe Zuathlyn Martínez.

Junio 22, 2021

Soy Zuathlyn Martínez Rodríguez, licenciada en educación especial y tengo un énfasis en neuropsicología en los trastornos del aprendizaje. Durante el año 2020 tuve la oportunidad de capacitarme como profesora en el programa Biodiseño en Colegios de Atarraya; al inicio fue un gran reto porque pensé “esto no es lo mío, no tengo nada que ver con pensamiento STEM”, iba a desistir pero con el tiempo surgieron nuevas oportunidades y ahí me pregunté: ¿por qué no trabajar con discapacidad y con el pensamiento STEM?

Decidí implementar este programa con un grupo de cuatro chicas con las que vengo trabajando desde el 2018, dos de ellas mayores de edad y dos menores, que presentan diversos tipos de discapacidad, desde física, psicosocial, cognitiva y problemas de lenguaje y habla. Con ellas logramos hacer el proyecto de ecosiembra y potenciar sus habilidades.

Preparar el barco y definir la dirección: ¿qué es ecosiembra y cómo surgió?

Iniciamos ecosiembra: un proyecto enfocado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible; empecé preguntándome ¿cómo hacer para que ellas se enamoren de esto tan chévere que nos introdujo Atarraya? Las veía muy motivadas en el tema de la gastronomía y ellas me propusieron hacer huertas caseras. En el proceso descubrimos que debíamos organizar nuestro proyecto y el libro de Biodiseño en Colegios nos ayudó a encontrar nuestra población objetivo, siendo jóvenes entre 14 y 30 años, del mismo barrio en la localidad de San Cristóbal. Escogimos este lugar porque hay muchas huertas y una maravillosa vista del Parque Entre Nubes y también porque ellas sienten que son muy rurales, pues sus familias vienen del campo.

Al principio estaban muy aceleradas, incluso murieron algunas plantas por sobrehidratación, tampoco sabíamos cuál sería nuestra propuesta de valor. Cuando llegó Llamada Maestra, el programa de mentoría entre expertos y estudiantes, muchas cosas se aclararon. Nuestra asesora, Natalia, nos propuso vincularnos a las ferias gastronómicas de la localidad, ella nos ayudó a desarrollar la idea. Lo principal era que las estudiantes podían ir a vender sus plántulas a las ferias o a las reuniones de padres de familia de su colegio, y anexo a eso, ellas iban a entregar al público un kit de recetas no convencionales.

Para divulgar la iniciativa se realizó un blog, estrategia con la cual nos fue muy bien pues lograron ensayar y modificar las recetas para el kit. Llegar a ese resultado fue algo muy productivo para ellas desde lo emocional, porque sintieron que eran visibles para la población de su colegio y también visibles en otros colegios.

Ajustar el rumbo de acuerdo al viento: cómo se resolvieron los retos que se iban presentando

El proceso de capacitación e implementación no fue sencillo, pues si bien desde el equipo Atarraya nos brindaban un paso a paso, cuando empezamos a leer el libro fue complejo hacer un análisis e interpretación del texto. Así que la dinámica que implementé fueron los organizadores gráficos como mapas mentales para sacar ideas y a través de eso entender el texto.

Una de las dificultades más grandes fue el internet, tuve que pensar en otras estrategias para que ellas no se fueran a quedar cortas con la información: les enviaba audios por WhatsApp, una guía explicativa de cómo ellas tenían que hacer las cosas y enfoqué su aprendizaje hacia la realización de cosas, más que a leer y entender.

Por otro lado, en el proceso encontré que se aumentaba la motivación hacia el proyecto si lo enfocaba a su proyecto de vida, esto fue lo que enmarcó todo, tanto que, una de ellas ya está en el SENA formándose como auxiliar de cocina y quiere hacer su proyecto en alimentación basado en ecosiembra.

Navegar y aprender: descubriendo en la incertidumbre

Nos metimos en este mundo de las huertas, de la vegetación aunque no tenía ni idea porque no soy ni bióloga ni profe de ciencias naturales. Cuando llegó la propuesta de biodiseño me iban a asignar otros estudiantes, pero decidimos lanzarnos las cinco a mirar cómo estructurarlo y adaptarlo para que ellas lo hicieran. A pesar de que parecía algo muy difícil y representaba una nota en su informe académico, les dije que no lo miráramos como una nota sino que lo enfocáramos en el aprendizaje. La apuesta fue siempre generar un proyecto de vida más allá de una nota y ellas por su parte, comenzaron a conectarse como equipo; creo que sacamos un buen provecho en afianzar la amistad, los aprendizajes y llevar el proyecto a su cotidianidad.

Profesionalmente aprendí mucho de biodiseño, entendí que es mucho más sencillo cuando se lleva a la práctica, que tiene una estructura muy básica y que las barreras no están en cada una de las personas sino en el entorno y que uno mismo hace que todo fluya dentro de las situaciones.

Docentes como capitanes: historia y reflexiones

Decidí ser docente por un accidente muy bonito en mi vida: mi servicio social fue específicamente con discapacidad y fue mi primer encuentro con este tema, quería hacer otras cosas antes de salir del colegio, pero me encontré con esta población y me quedé allí. He trabajado como voluntaria en varias instituciones y como profesional me he vinculado a trabajar netamente con discapacidades psicosociales y cognitivas, me he enfocado en cómo llegar a transformar la vida de estas personas, saliéndome un poco de lo convencional.

Teniendo eso en cuenta, siempre he creído en el aprendizaje basado en proyectos, donde el estudiante hace y crea. De igual forma, considero fundamental trabajar mucho desde la educación emocional, por ejemplo, si no tengo empatía va a ser muy difícil tener comunicación asertiva y solucionar problemas dentro del equipo.

Una recomendación importante es que nos salgamos de la educación tradicional. Creo que si los docentes nos diéramos cuenta de cómo podemos trabajar los aprendizajes, partiendo del cerebro de los estudiantes tendríamos muchos más jóvenes en áreas científicas. Debemos entender entonces que el cerebro se alimenta de nuevas experiencias y el trabajo en biodiseño activa las neuronas y nos permite trabajar con los estudiantes a través de diversos aprendizajes.

Les invito a que como docentes nos metamos en este mundo de biodiseño. Contamos con el equipo Atarraya que ha hecho del libro ese componente tan bonito, cada vez que lo leo pienso que me falta por hacer alguna cosa, pero en esta nueva oportunidad lo puedo hacer.

Seguiré preguntándome cómo enseñarle a mis estudiantes a tener estos retos científicos que nos ofrece biodiseño, que invitan a pensar y analizar al estudiante una situación muy sencilla, y me permiten generar muchas oportunidades, inspirar el aprendizaje basado en proyectos en el aula e incluso ayudar a plantear un proyecto de vida.

Este artículo fue publicado originalmente en el Medium de Atarraya.

 


Imagen freepik.es

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